capítulo VI

0 0 0
                                    

Abril 24

Quedaba una semana para la celebración de primavera y todo el pueblo estaba decorando las calles con guirnaldas de flores, pilares de rosas y caminos de piedras de cuarzo.

Eva había insistido en ir de compras y yo, para mi desgracia, había accedido.

Estábamos en la cuidad en una tienda de vestidos de fiesta, mi amiga llevaba un puñado de perchas con vestidos de todos los colores, yo solo llevaba uno color crema de gasa hasta las rodillas, el pecho iba descubierto con una tela transparente tapando lo descubierto, me gustaba, Eva estuvo una hora probándose vestidos hasta que se enamoró de uno rojo con una pedrería en el pecho y largo hasta los tobillos.

Salimos de ahí a las nueve de la noche y nos dirigimos al bosque para volver a casa, oí crujir una hoja detrás de nosotros y nos dimos la vuelta inmediatamente, pensamos en los cazadores pero los dos hombres que estaban detrás de nosotras eran normales, olían a alcohol y se reían.

Nos miramos y yo asentí para que a la de tres echáramos a correr.

- ¿Que hacéis pequeñas zorras?

Dijo uno rubio.

-Creo que quieren pobrar un poco de esto

Contestó uno moreno restregando su mano sobre sus partes intimas.

Eva y yo echamos a correr en diferentes direcciones para acabar en el mismo lugar; el acantilado.

Corrí todo lo rápido que pude, cuando estuve lo suficientemente lejos al hombre trepé un árbol que había a unos metros del acantilado, desde ahí pude ver a Eva subida a otro árbol.

La hice una señal e hicimos que los dos hombres se encontraran.

- Tú, tío, esto no me mola, vámonos

-¡No joder! quiero encontrar a esas dos putas niñatas

- No creo que sea buena idea estár dentro del bosque, ya sabes lo que dicen de los lobos que matan gente y eso

- ¡Tonterías! tienen que estar por aquí...

El chico rubio se asomó entre los arbustos mientras que el moreno miraba hacia los lados, asustado.

Eva fué la primera en bajar, sus ojos eran rojos y de sus manos salía humo negro, captó toda la atención del chico moreno, el cual ignoraba las súplicas de su amigo.

Ella soltó una onda de humo que empujó unos metros hacia atrás a los chicos.

Y ahí es cuando entro yo.

Bajé sigilosamente del árbol y cambié a mi loba, salí de entre la maleza gruñendo y enseguida el chico rubio gritó y salió corriendo, Eva fue a por él, tampoco avanzo mucho ya que volvió rápidamente con el hombre acobardado.

- Por favor no me mates ¡Tengo familia!

- Solo pasaremos un buen rato - dijo Eva - no tengáis miedo

Avancé unos metros hasta llegar al chico moreno y quedarme frente a el, de repente un lobo de pelaje negro saltó sobre la cabeza del rubio, arrancándosela, me giré confundida mientras que mi hermano atacaba al otro chico.

Volví a mi forma humana y les grité.

- ¡Se puede saber que hacéis aquí!

-¿Se puede saber que haces TU aquí?

-Volver a casa pero no es nuestra culpa que dos idiotas se nos crucen

-Suficiente, nos vamos -dijo mi hermano tirando de mi brazo.

Cuando llegamos a casa Aaron no me dirigió para alguna, no entendía que estaba pasando, ¿Por qué aparecieron en el bosque de repente y tan enfadados?.

Sin darle mucha importancia me metí en mi cama y me quedé dormida al instante.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ultima luna de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora