Huan

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-o-

La siguiente vez que Luan sintió la presencia del Jiang ya no era un niño, era un hombre hecho y derecho y trajo con él un látigo que expelía energía espiritual en forma de rayos violetas que crepitaban de forma espeluznante. Sin decir nada el hombre empezó a destruir todo a su alrededor, las enredaderas cayeron y algunas de las hojas secas acumuladas desde el otoño empezaron a arder.

El hombre lloraba

-Un adulto no puede llamar amigo a un pedazo de madera- renegó hacia el- Destruiré esta estúpida fantasía- agito el látigo varias veces a su alrededor sin tocar a Luan- ¡Debo hacerlo! -

El látigo choco contra los hombros de Luan, al principio dejando marcas oscuras de quemadura, pero al siguiente golpe las enredaderas que parecían el pelo largo de la figura empezaron a incendiarse

Y ardió

El Jiang vio esto por largos minutos antes de quitarse la túnica y correr para apagar el fuego en los hombros y espalda de Luan

-Lo siento, perdóname, no quiero perderte, no también a ti-

El hombre tenía la voz rota

-Ahora tengo a mi sobrino conmigo y no puedo dejar tonterías infantiles a mis espaldas-

Se justificó muchas veces en voz baja y dio argumentos que había pensado durante mucho tiempo antes de mostrarse. Era el líder de secta ahora, tenía muchas cosas que hacer y debía criar de forma adecuada a su sobrino para que sea un buen líder en el futuro, debía aprender a cocinar y a coser de forma adecuada porque se dio cuenta que no podía dejar esos detalles en manos poco confiables, en la secta Jin su sobrino había sido víctima de un intento de asesinato.

El hombre lloro y apago el fuego restante con su energía espiritual, entre sollozos le dio como ultima confesión a Luan, la historia de lo que lo llevo ahí, le conto su estadía en Gusu y sobre Wei Wuxian, la campaña para derribar al sol y la dolorosa muerte de su hermana.

En silencio el hombre tardo horas pero se recompuso.

-No volveré-

-o-

La reconstrucción del muelle de loto había terminado hace un par de meses y Jiang Cheng se ha dedicado a reclutar nuevos discípulos. El líder no ha podido descansar mucho las últimas semanas, hay muchas cosas de que encargarse, manejar la contabilidad y empezar con los encargos locales con los pocos discípulos que sobrevivieron, además de que él bebé que carga en su pecho todo el tiempo exige demasiado de su tiempo.

Esa noche llueve y los cielos han estado oscurecidos desde la tarde, hay pocos sirvientes en la casa principal, unos pocos que ofrecieron sus servicios y que aún son inexpertos. A media noche empieza a caer rayos, a esto él bebe despierta y temeroso exige el sitio seguro cerca de su cuidador para poder dormir. El Jiang solo lo abraza con fuerza y cierra las ventanas que se han abierto por los huracanados vientos

Es extraño ya que no es la época correcta del año

Los rayos rompen la tierra y son cercanos, el Jiang da la alerta de mantenerse atentos a los incendios y espera, ya con él bebe más apaciguado. El silencio es largo y el Jiang se quita la túnica exterior y se prepara para dormir, pone a bebé en una cuna cercana y pone un par de talismanes de silencio a su alrededor por si la lluvia retorna de madrugada

Son solo minutos antes de que el cielo se ilumine repentinamente, es tarde cuando el líder escuchar el sonido de los rayos a la distancia, son tan fuertes que puede sentirlos en las paredes de la habitación, con prisa sale observando a los discípulos a la distancia, todos salen para observar como los rayos caen uno tras otro y en el mismo punto.

Bajo La Sombra Del LuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora