Aqui les dejo un pensamiento que escribí hace 10 años.
Este es mi rostro, el de todos los días, triste y apagado.
Sin tan sólo existiera alguien que pudiera levantarlo del suelo, podría olvidarme del pasado y llenar mi presente de amor, pero eso es sólo un sueño demasiado profundo, un sueño que podría ser realidad en las lejanas soledades de lo que no existe por alguna razón.
Mi sueño profundo cae al suelo y la tierra lo absorbe, ya jamás sale de abajo, los dolores lo entierran en vida. Mi sueño llora en sus sueños, que se convierten en pesadillas reales y tardan mucho tiempo en desaparecer.
Los ojos se cierran y la vida se complica, lo fantástico se convierte en una dolorosa realidad, realidad que duele y mata cada día.
Gladys Sarai Hernández Ruiz.
