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— Hola, ¿Se encuentra Lara Tybur?

— ¿Quién la busca?

— Soy su sobrina. Ava.

Asintió. Se hizo a un lado. Ava entró a la gran casa siguiendo a un mayordomo que estaba esperando por ella adentro.
A diferencia de su casa, esta contaba con demasiadas ventanas iluminando cada rincón del hogar. La de ella sólo tenía dos ventanas en la planta baja y una en cada habitación. Los pasillos eran extensos con el suficiente espacio para colocar un adorno. Pasar sobre la alfombra roja la hacia sentir cómo si estuviera caminando sobre algodón, tan suave y ligero.

— Aquí.

Se detuvieron frente a una puerta café con pequeños adornos en el centro. Dio leves toques esperando pacientemente la orden de la mujer que estaba dentro. Una vez escuchado el "Pase", el mayordomo abrió la puerta.

— Señorita Lara, desean verla.

— ¿Quién?

— Su sobrina.

Encantada, sonrió y asintió, dándole permiso a la muchacha de entrar a su habitación. Cerraron la puerta una vez ella dentro.

— Hola, linda.

— Buenas tardes.

— Dime, ¿Qué te ha traído hasta aquí?

— Yo... Quisiera hablar contigo.

Ese semblante nervioso no era característico de ella, por lo cual, Lara comprendió que era un tema importante del que no debe ser escuchado por nadie más que no sea ella.

— ¿Te agradaría ir al jardín? Supongo que vienes un poco cansada por el trabajo y el transcurso del viaje — se levantó de su asiento — y quisieras despejar tu mente un poco.

— Por supuesto. Gracias.

Con una sonrisa, asintió.
La siguió por los grandes pasillos de la casa sin perder de vista alguno que otro detalle de las paredes. Con sólo permanecer pocos segundos en el lugar, sentía una gran satisfacción gracias a la limpieza, orden y buena combinación de colores. No sólo compartió equipo con el capitán Levi, sino también, su gran obsesión por la limpieza.
El jardín era amplio, había arbustos con pequeños frutos naciendo de ellos, el césped estaba bien cuidado; de igual manera el pequeño lago que se encontraba algunos metros alejado de la vegetación, parecía ser un buen lugar para conversar.
Tomaron asiento en una pequeña banca de concreto con adornos en los bordes siendo una buena combinación con el ambiente.

— ¿Conoces esta flor? — preguntó, tomando en sus manos las hojas amarillas de la pequeña flor.

— No.

— Laurel. Ayuda a tener un equilibrio en las emociones y fortalece las energías del espacio. Es considerada una de las flores que brindan energía positiva, casi como si te estuviera trayendo de nuevo a la vida. Así como tu nombre — llevó su vista a Ava que estaba atenta a sus palabras —, “La que da vida”, eso quiere decir tu nombre, ¿No?

— Sí — respondió sonriendo con la cabeza baja —. Sí, eso significa.

— Ahora sí, dime, ¿Qué ocurre?

— No estoy embarazada — contestó sin previo aviso. La mujer mayor suspiró profundamente.

— ¿Entonces ese chico por qué...?

— Es mi novio — respondió en forma de mentira —, él lo hizo para protegerme porque... No deseo ser portadora del Martillo.

— De una forma u otra vas a tener que asumir las consecuencias de tus acciones — envolvió la mano de Ava con las suyas —. Te entiendo, yo tampoco quería asumir esta gran responsabilidad, pero, conforme pasa el tiempo, comprendes la razón por la que se te ha encargado y los beneficios que tienes.

Love Dive; Porco GalliardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora