| 01 |

431 47 9
                                    

Se conocieron una tarde lluviosa del 14 de agosto de 1920.

Las gotas de lluvia caían con fuerza y velocidad mojando así las calles de la ciudad, las ráfagas de fuerte viento no ayudaban en nada y eso solo hacia que el frío fuese un golpe directo en el cuerpo.

El pequeño cuerpo de un omega se mojaba bajo la fuerte lluvia mientras temblaba de frío al sentir el aire golpear en su cuerpo mojado. El omega había salido tarde del trabajo, por lo que los camiones ya no pasaban por la línea, puesto que era peligroso andarse por las noches en los caminos de tierra.

Su trabajo era en una pequeña florería las afueras del reino de Siam en los límites de la imperial Ayutthaya. Viví en el centro, más sin embargo, como omega su única opción era la florería en la trabajaba desde que cumplió los doce.

A lo lejos, el omega diviso un auto, que andaba lento por la terracería. Sin dudarlo, levantó una de sus manos. Las luces se apagaron durante un segundo y en un momento, el auto se había detenido justo a su lado a la orilla de la carretera de tierra.

Enseguida, del auto bajo un hombre, tal vez en sus veinte. Un alfa, de dulce aroma a durazno y canela. Un aroma dulce, picante y fresco.

Como omega, se tensó un poco al verlo con el uniforme del ejército, llevaba puesto el uniforme y además un abrigo grueso. Estaba seguro de que era un sargento primero, puesto que reconocía el uniformes como el que su padre solía usar antes de morir cuando el mismo era solo un cachorro.

—¿Estás bien?— la pregunta que fue hecha al bajar, asintió un poco ido

—Si, uh, yo voy al centro pero se me ha hecho tarde, ¿Podría dejarme en la entrada? No es necesario llegar hasta el lugar, solo necesito que me acerquen— pidió, casi en un ruego

—No es problema, de hecho, necesito comprar algunas cosas que se me han solicitado en la zona centro— accedió sin mucho problema

El alfa, con una sonrisa apenas notable se sacó el grueso abrigo, pues sus ojos habían notado con cierto detalle e interés como el dulce omega se abrazaba a su mismo y temblaba cuando el aire corría.

Un poco fuera de lugar, el omega se coloco por completo el abrigo que había sido cuidadosamente sobre sus hombros y subió al asiento del copiloto de silencio..

Un trayecto lento, en un silencio que se podría cortar con el hilo de unas tijeras y con el sonido de una fuerte lluvia golpeando las ventanas.

—Soy Ohm, por cierto— el alfa musitó, intentando acabar con el ambiente un poco tenso formado en el auto

—Uhm... Fluke— fue la baja respuesta del omega que comenzaba a dormitar y a sentir un poco mareado

﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌

El silencio es abrumador.

Ohm no ha dicho una sola palabra y solo observa con un poco de desesperación creciendo en su pecho las lágrimas que resbalan furiosas en las mejillas de Fluke, mientras sostiene en sus manos el radiograma que fue entregado en su puerta esa mañana.

—Fluke, amor...— es detenido por el sollozó que escapa de los labios de su omega y no puede evitar solo quedarse callado y bajar la cabeza

—P-Por favor, no— escucha al final el llanto lastimero y niega lentamente, es inevitable —N-No me dejes— y el llanto incrementa, junto con el aroma bañado en tristeza de jazmines y cerezas

—Solo eran unos meses, no tienes que preocuparte— toma asiento junto al omega y lo abraza por los hombros, dejando que este ponga su cabeza en su pecho y se esconda un buen rato ahí llorando

Ohm da palmadas leves a la espalda de Fluke, mientras solo escucha el llanto triste y los bajos hipidos que logra escuchar aunque quieran ser contenidos. Besa con cuidado la cabeza de su omega y lo obliga a salir de su escondite en la curvatura de su cuello y hombro, entonces, se inclina a besar la marca de unión que los enlaza como la pareja destinada que son.

No importa si debe sacrificarlo todo, el cumplirá con su parte para poder mantener a salvó a su omega.

—Si no voy las consecuencias podrían ser severas, tanto para ti como para mí— habla lento —Pero si voy, estarás en un campo a las afueras, con agua, comida, seguridad y un techo fijo bajo tierra sin la necesidad de estarte escondiendo en las ruinas cuando la guerra se vuelva un caos aquí en el centro— murmura, esperando que se entienda el punto

—Si no estás conmigo nada tiene sentido, estás retirado del ejército, no puedes volver, no pueden obligarte a volver— se niega, Fluke no puede dejar a Ohm volver y mucho menos como general de brigada

—Eres fuerte cariño, aún si algo llegase a pasar, estoy seguro de que podrás con todo, porque no necesitas de mi, ya eres fuerte y serás libre— un beso, suave y lento

﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌

El ambiente es diferente al cual se habían sumergido.

Ambos están felices el uno con el otro, mientras se besan en la suavidad de la cama de su habitación en la segunda planta de la casa en la que viven desde que comenzaron con su matrimonio.

Después del primer encuentro, llegaron muchos más, algunos terminaron en citas, hasta que el cortejo quedó en segundo plano y ambos decidieron saltar al matrimonio, sin importar que sus padres se opusieran a lo suyo por el hecho de no haber sido la alfa ni la omega que sus respectivas familias esperaban.

Y ahora están ahí, siendo uno mientras intentan calmar la necesidad de su parte animal de unirse antes de que la inevitable separación llegué a desbalancear su vida.

Son besos y caricias mutuas en las que su cuerpo se sumerge, es un éxtasis de amor y pasión al que sus cuerpo llegan.

Es un momento el que comparten.

Es un último momento maravilloso en el que Fluke se aferra con sus uñas a la esperanza mientras recibe todo lo que su pareja le ofrece haciéndolo llegar al cielo.

Es una última unión en la que Ohm se esfuerza por llenar por completo ese vacío que quedará entre ellos, disfrutando de las expresiones que su chico posee al recibirlo.

Así mismo, es un último momento en el que una promesa se sella.

“Nos volveremos a ver”


──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

No voy a llorar...
Espero les guste ✨
© Jooly.

Between Us | OhmFluke {Omegaverse}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora