Capítulo 1: Pequeños destructores

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1 año después...

DAMON

Llevo el sabor del champagne a mis labios mientras deleito mi vista con el frío, pero hermoso paisaje. La nieve suele estar presente casi todo el año aquí en Valwood, pueblo pequeño ubicado al norte de Alaska y rodeado por 6 glaciares que uso a mi beneficio.

—Aquí estás—habla una voz a mi espalda rodeándome con sus brazos, acepto gustoso el afecto—. El desayuno ya está listo, ve por los niños.

Me encamino a buscar a los peques, pero antes deposito un beso en la frente de ella.

—Bien, ve poniendo la mesa, mi reina—se sonroja provocando una sonrisa idiota de mi parte.

—Te espero en el comedor—habla tan rápido que a penas le entendí lo que dijo. Desaparece de mi visión.

«Lleva 11 meses a mi lado y aún no se acostumbra a mis cumplidos».

Llego y entro al cuarto de los peques. Yacen en el suelo jugando con los bloques de juguete que les regalé. Apenas me ven los ojitos se les iluminan llevándolos a venirse contra mí.

—¡Papi!—al primero que abrazo es a la pequeña Selene.

El corazón se me achica. Cada que me llaman así es...es...increíble. Es como si me inyectaran millones de corazones y mariposas por todo el cuerpo.

—¡Papito!—Ethan se cuela bajo mi hombro izquierdo queriendo abrazarme por el cuello. Me agacho permitiéndoselo.

Observo a Cris que no se ha movido de su sitio.

—¿Tú no quieres un abrazo mío? —hago un espacio en mi pecho para él.

—No.

Asiento un poco dolido.

Cris es el menos abierto conmigo, pero con Aurora, Noah y sus hermanos se vuelve peor que un osito de felpa cariñoso. Y no me cabe en la cabeza el por qué ya que desde su nacimiento Aurora y yo los hemos criado, cuidado y amado por igual.

«O quizás sea porque no soy su...»

Sacudo la cabeza enterrando ese tipo de pensamientos.

—Bien campeones y campeona. ¡A desayunar!

—¡Sí! —gritan E y Sele.

Para ser niños de su edad me enorgullece que ya sepan entender muchas palabras y frases, hablen más que unos monosílabos y puedan caminar perfectamente. Un niño a su edad todavía no es capaz de hacer lo que ellos hacen. Y no es para menos sabiendo de quienes son hijos.

Cargo a Ethan y Selene sobre cada hombro mientras Cris me sigue despacio por el pasillo hasta llegar al comedor donde Beyli es el primero en recibirnos.

—¡Perrito! —dejo en el suelo a mis peques mientras deposito otro beso sobre la frente de Aurora.

—Pequeños destructores, ya. —les avisa —Dejen de observar al perro y vamos comer.

Cris hace un pequeño puchero. Es el que más ama al perro.

—No te daré tu puré...—Aurora toma el plato que es para Cris poniéndolo frente a sus narices. Él cierra los ojos y cruza los brazos—Y tampoco te daré tu besito de buenos días...

—¡Yo queo besitooo!—Ethan Y Selene colocan sus cachetes frente a Aurora. Ella les corresponde no dándoles uno sino varios besos en la cara.

Cris abre un ojo viendo la escena y frunce levemente el ceño.

—Entonces ¿dejarás a Beyli unos minutos? —Pregunta al tiempo que ubico a Ethan Y Selene en sus asientos especiales.

—Sí, queo beso.

Destrucción (Duología Desastre #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora