MIKHAIL
—Mikhail...
—Davina...—susurro sin poder apartar mi mirada de ese puto vestido blanco el cual me pone peor, los oídos me zumban con la ira que me embarga, pero que mantengo a raya por esos tres, mientras ella le susurra algo al oído del perro que debí matar cuando tuve oportunidad.
¡Hijo de puta!
Eso es lo que es.
—¡Carajo, es nuestra Davi! —chilla Logan de quien me había olvidado que estaba a mi lado.
—Molly, llévatelos de aquí. ¡Ya! —ordena la mujer que es dueña de mi persona. De este bastardo que ha vuelto a vivir y respirar sólo por ella.
—Mis hijos se quedan donde están. —demando —Mantente al margen Logan, no lo diré dos veces. —susurro sólo para él. Asiente retrocediendo hacia una esquina.
El puto perro se estremece al mismo tiempo en que ella me mira como si estuviese loco mientras se toca la cabeza como si le doliera.
Más le vale tener una muy pero muy buena explicación para todos estos años de ausencia que fueron un maldito calvario para mí. Que me diga en que momento la preñé y me dio no uno sino tres pequeños mocosos que ya me tienen a sus malditos pies con una simple mirada.
Mis hijos.
Mios y de ella. No tengo ninguna maldita duda. Por su sangre corre la mía. Uno se parece a mí, y los otros, a su madre.
Hijos los cuales no pude ver crecer, que estoy seguro la mayor culpa la tiene ese bastardo de mierda que la maldita que tiene encadenado mi alma y corazón a ella.
—¡No son tus hijos! ¡Son míos y de mi esposa! —envuelve su cintura y ella se lo permite lo que es otra estaca clavada en mi jodido órgano que se llama corazón, mientras la tipa llamada Molly intenta sacar a mis hijos por una puerta que está a su atrás.
La ira y el dolor combaten en mi interior. Una parte de mi sólo quiere ver sangre de ese bastardo regada por el suelo mientras la otra sólo anhela...
Mikhail...—jadea de dolor volviéndose a tocar la cabeza mas no deja de mirarme y retarme con esa mirada la cual cambió mi puta vida. —Vete o te atienes a las consecuencias—puntualiza con una ferocidad sobreprotectora que jamás vi en ella.
«¿Quiere proteger a quien le disparó?»
Niego con la cabeza.
Me importa una mierda lo que quiera. La perdí una vez. No habrá una segunda vez porque sobre mi cadáver volverán a arrebatármela. Lo juro por mi vida.
Entonces ataco.
Ataco para recuperar lo que es mío.
—¡Incendian! —lanzo y dirijo el hechizo hacía el perro que tengo enfrente con la ira recorriendo mis venas. Crea una barrera protectora mientas que el resto de lugar causo que arda en llamas porque me apetece quemar este sitio el cual fue testigo de lo que nunca debió ser.
—¡Huyan todos ahora!
Escucho gritar a Davina justo cuando piezas de madera caen sobre los asientos donde hace un momento estaban los pueblerinos.
Damon se distrae y su barrera desaparece cuando crea otra sobre la cabeza de los pueblerinos. Sonrió de lado y lo aprovecho a mi favor.
Lo vuelvo atacar con mi magia pero ella se mueve colocándose en frente del bastardo con una barrera que ella crea.
«Sabía que harías eso, mi amor».
Entonces con un movimiento que no lo ve venir la jalo hacia mí cubriéndonos en una barrera creada por el fuego infernal que poseo. Las llamas nos envuelven mientras gritos del bastardo llenan mis oídos los cuales no capto con claridad pues mi atención recae en ella.
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Destrucción (Duología Desastre #2)
RomanceMeses han pasado desde aquel penoso día. Día el cual el mundo de Mikhail Pride se hundió por completo en la oscuridad, su luz se había ido, le fue arrebatado de la peor manera y ahora sólo vive por un propósito. Hacer pagar a los verdugos de Davina...