Día 3: they are...too many

351 14 0
                                    


Un día normal en UA, todo tranquilo a pesar del clima ligeramente nublado que se presentaba. Las clases se presentan sin problema alguno y con la mayor calma posible, tal vez con uno que otro pequeño alboroto por parte de algún alumno revoltoso pero nada demasiado grave. La ya conocida clase 1A, por muy loco que parezca, también era de esas clases que pasaban su jornada escolar con normalidad. Claro, digo “pasaban” ya que un pequeño inconveniente los estaba atormentando en este momento.
 
- ¡te dije que no me tocaras maldita sea! – exclamo con furia una peli ceniza al verse nuevamente acosada por un enano pervertido con cabeza de bolas
 
- ¡ya deja de chillar bastarda! – grito un peli ceniza de apariencia juvenil y ropas completamente negras hacia aquella muchacha que no dudó en regresarle el grito
 
- ¡¿se quieren callar?! ¡me tienen harto! ¡cara redonda, arregla esto de una puta vez o juro que les cortó el cuello! – rugió otro cenizo apuntando con una filosa espada hacia la castaña que no tenía ni la más remota idea de porque el chico explosivo le exigía tal cosa que, en primera estancia, no era culpa suya
 
- ¡ya te dije que no puedo! – y empezaron una pequeña discusión que trató de ser detenida por un pecoso peliverde y un pelirrojo de peculiar dentadura
 
Hasta este punto he de suponer que la situación se explica por sí sola, pero lo haré sencillo para quienes no entienden aún. Durante una de sus salidas “obligadas” con la bakusquad, katsuki tuvo un pequeño enfrentamiento con una persona que, según el blondo, se cruzó en su camino. En palabras del pelirrojo amigo de bakugou ellos estaban tranquilamente caminando cuando este muchacho pasó y empujó accidentalmente al rubio cenizo, trató de disculparse pero no tuvo oportunidad y parece ser que la actitud del pomerania fue de su total desagrado, lo que los llevó a discutir fervientemente. El pleito no pasó a mayores gracias a la intervención de ambos grupos pero el otro chico quiso darle una lección a katsuki y e aquí el resultado. Seis katsukis de personalidades totalmente diferentes pero apariencias similares eran la causa de todo ese alboroto formado en la sala común del edificio perteneciente a la 1ª de Heights Alliance. O bueno, cuatro de ellos. Dos parecían ser muy apacibles.
 
- calmémonos un poco ¿sí? Perder los estribos no nos llevará a nada, sólo ponemos incómodos a nuestros compañeros – hablo con más calma el que parecía ser el katsuki más sereno pero el mayor terror de izuku quien trataba de no desmayarse cada vez que lo escuchaba hablar o lo veía sonreír
 
- ¿y tú por qué no te vas al maldito infierno? A ver si así se te quita la cara de estúpido – gruño con evidente molestia el, según deku, katsuki de la secundaria al blondo sereno
 
- ¿te recuerdo que tenemos prácticamente la misma cara? Aunque yo no ando gruñendo como perro rabioso a todos los que se me pasan por al lado, si sigues frunciendo el ceño de esa manera te vas a ver más viejo y eso no es nada lindo, morirás sólo – dijo con una sonrisa que sólo hizo saltar venas en el rostro contrario
 
- ¿cómo me dijiste maldito bastardo? – trono los dedos de su mano derecha en clara amenaza, pero es acción no asustó para nada al otro katsuki quien con una sonrisa inocente y libre de intenciones maliciosas respondió gustoso  
 
- viejo, feo, y a parte rabioso – y con cada palabra aumentaba la ira del katsuki más joven, este no esperó otro segundo y se lanzó a golpearlo
 
Mientras ellos tenían su pequeño enfrentamiento, bastante gracioso a decir verdad, las otras dos partes también se hallaban enredadas en una potente pelea que nadie sabía decir con exactitud por qué empezó. Sin saber cómo los cuatro acabaron jalándose de las greñas en una nube de polvo llena de patadas y gritos.
 
Los alumnos de la clase A eran incapaces de hacer algo, si ya de por sí el bakugou que ellos conocen no reacciona de la mejor manera cuando alguien se entromete en sus asuntos no quieren ni imaginarse lo que pasaría con esos cuatro.
 
- lo bueno de esto es que ninguno es capaz de activar su don puesto que la misma técnica por la que fueron divididos es la que se los anuló, así que podemos estar tranquilos de que ninguna cabeza explotará – ante las palabras del chico de las cintas los demás suspiraron aliviados, eso los dejaba un poco tranquilos pero seguían sin saber como parar a esos cuatro alborotadores
 
- ¿alguien sabe de donde es el bakugou con la capa roja y todos esos collares? Su apariencia se me hace algo salvaje, quiero decir ¿quién demonios apunta a una dama con una espada? Ese tipo está loco – kaminari se cruzó de brazos al recordar ese momento
 
- bakubro me ha llamado de muchas formas, pero de algún modo me sentí un poco extraño cuando esa versión suya me llamó lagartija
 
Toda la sala estaba atenta al salvaje enfrentamiento que esas cuatro versiones de su compañero explosivo estaban teniendo, y estos cuatro estaban tan centrados en su batalla que no cayeron en cuanta de una quinta presencia entre ellos hasta que los tres muchachos recibieron un golpe cada uno en la cabeza y la única mujer fue apartada hacia un lado.
 
- suficiente de sus payasadas, hacen demasiado ruido y acabarán despertando al niño – la chica iba a protestar pero rápidamente acalló sus quejas cuando el cenizo mayor la miró con ojos reprobatorios, chisto y apartó la mirada siendo inmediatamente liberada del agarre impuesto en ella para retenerla
 
- oh ¿el pequeño kacchan se quedó dormido? Que adorable – dijo con alegría el sonriente bakugou a pesar del notoriamente doloroso chichón que palpitaba en su cabeza
 
El katsuki de la secundaria se sobaba el golpe con un puchero de enojo y al que todos apodaban el katsuki salvaje sólo gruñía por la indeseada reprimenda, sorprendiendo a todos que esas fueran sus únicas reacciones y ninguno haya mostrado intención, a parte de la muchacha, de querer desafiar a su versión adulta. Este bufo un poco ante el obvio disgusto los cuatro adolecentes pero les resto importancia y volvió al lugar que ocupaba en el sofá antes de levantarse a frenar todo ese alboroto que comenzaba a darle migraña.
 
- etto, kacchan – a sabiendas de que se dirigía a él por el bajo tono que usó al llamarlo el katsuki adulto se volteó para ver con un ceño ligeramente fruncido – si quieres puedes usar mi cuarto para que el pequeño kacchan pueda descansar bien, el sofá es algo incómodo para dormir y acabará despertándose con el cuerpo adolorido o se enfermará – habló el chico peliverde algo nervioso por la expresión más suave que la versión futura de su amigo de la infancia le estaba dirigiendo
 
Katsuki lo pensó detenidamente, a diferencia de él que conocía todo y a todos el pequeño que yacía acostado en el sofá atravesando el tercer sueño no tenia ni la más remota idea de donde estaba, lo que sucedía y quienes eran esas personas. Primero había pensado dejarlo descansar en el que es el cuarto de su yo en ese tiempo pero tal vez lo que dice el pecoso no es mala idea ya que, lamentablemente, la única cara conocida para el niño en ese momento era la del estúpido deku y quizá la única persona en la que confiaba en ese momento.
 
- ¡no es justo deku-kun, yo iba a pedir que el pequeño bakugou-kun se quedara conmigo! – reprocho la castaña de mejillas rosadas mientras agitaba de arriba abajo sus manos hechas puños
 
- ¡oh no, eso sí que no mi querida amiga de redondos mofletes! ¡mini bombita dormirá conmigo! – exclamo ashido
 
- ¡yo quería que durmiera conmigo para poder apreciar su lado tranquilo y tierno en lugar del rabioso de todos los días! – hagakure también quiso pelear por la oportunidad de que el tierno y adorable chico explosivo de su clase durmiera en su cuarto
 
Fue así que las tres enérgicas muchachas iniciaron una discusión acerca de quien sería la afortunada de dormir con el pequeño blondo aquella noche. Izuku sólo podía observar con mucho nerviosismo el cómo sus tres compañeras mostraban claras intenciones de lanzarse una sobre la otra con tal de ganar ese privilegio.
 
El mayor ya podía sentir las venas remarcarse en su cien y la comezón en sus manos. Debía controlarse, ser el adulto entre tantos niños y la voz de la razón, ya que su deber era dar el ejemplo y no estallar ante la más mínima provocación como solía hacerlo su yo más joven. Claro que en su tiempo actual aún tiende a estallar fácilmente pero ha aprendido a controlarse por ciertas razones.
 
Suspiró. De este modo su migraña sólo empeoraría.
 
Estaban todos tan absortos en el pleito de las tres adolecentes y el nuevo drama que se armaron el bakugou pre-adolecente y el salvaje que ninguno cayó en cuenta del momento en que cierto mini rubio cenizo se bajaba del sofá y abandonaba el lugar porque su sueño fue fastidiado a causa de tanto bullicio. Caminó sin rumbo fijo por un rato, subió las escaleras paso por paso teniendo mucho cuidado de no caerse hasta llegar al final de estas. Atravesó el pasillo con algo de nervios, no tenia idea de donde estaba y hacía donde ir, tal vez fue mala idea alejarse de todas esas amables personas.
 
Detuvo sus pequeños pasos justo al frente de una puerta que tenía grabado en una chapa color dorado ajustada a la pared el nombre de su amigo izuku, eso significaba que lo que sea que haya detrás de esa puerta pertenecía a su amigo peliverde pecoso. O bueno, a la que parecía su versión más grande. Antes de quedarse dormido le habían explicado un poco lo que le había sucedido. No comprendió al principio pero todos fueron muy pacientes y le explicaron a detalle su situación. Él estaba contento, había cumplido su sueño de entrar en la mejor academia para héroes junto con su mejor amigo izuku y seguramente ambos se convertirían en los mejores héroes que el mundo conocerá. Serían un dúo imparable y los villanos se lo pensarían dos veces antes de intentar cometer alguna de sus fechorías.
 
Intentó abrir la puerta pero fue algo inútil, probó varias veces pero siempre fue el mismo resultado. Se estaba frustrando mucho, tenia suelo y su hora de dormir había pasado hace ya rato. Sus ojitos pesaban y sentía que acabaría cayéndose del sueño en cualquier momento. Caminó un poco más, abrazando el conejo de peluche de largas orejas que la chica con la coleta extraña le había obsequiado.
 
Siguió caminando un poco más, ya prácticamente tambaleándose del sueño. Su vista se volvió algo borrosa por lo que se frotó sus ojitos para tratar de aclararla pero eso sólo hizo que sus párpados pesaran más que antes. Un pequeño bostezo escapó de sus labios y el aviario azabache que abrió su puerta justo en ese instante no pudo evitar pensar en que esa fue una acción bastante tierna. Aparto rápidamente esos pensamientos de su mente cuando cayó en cuenta de que el niño había volteado a verlo. Pudo notar la mirada somnolienta que este cargaba y el ligero tambaleo de su cuerpo, fue ahí que se cuestionó el porqué ese niño se hallaba en ese lugar y no con las demás versiones de su compañero explosivo.
 
Se acercó y lo tomó entre brazos para llevarlo donde sus otros compañeros. Sorpresivamente no sólo se dejó hacer, el pequeño katsuki se acurrucó en busca de más comodidad y cerró sus ojos abrazando aquel conejo de peluche. Bajó las escaleras hasta el primer piso, aún pensando en el singular comportamiento del infante, quedando totalmente impactado al ver la sala completamente vacía.
 
- *que extraño ¿por qué no hay nadie?* - preguntó para sus adentros a medida que se acercaba más a la zona de descanso, su intención de recostar en el sofá el pequeño cuerpo entre sus brazos se vio imposibilitada cuando un fuerte presión se hizo presente sobre su suéter - *a pesar de ser tan pequeño su fuerza de agarre es sorprendente*
 
Tomó asiento en el acolchonado mueble aún con el niño en brazos e inconscientemente recostó su pequeña cabeza sobre su pecho. Katsuki, ante la calma que le provocaban los latidos del azabache, se acurrucó de modo que pudiese tener más contacto y sentir mejor su calidez.
 
- no puedo creer lo tierno que era a esa edad ¿porqué tenia que convertirse en el viejo cascarrabias que nos tocó como compañero? -  al ente de curiosa apariencia se le hacía un poco indignante toda esta situación así que no se guardó su comentario aprovechando la nula presencia en la habitación exceptuando por su amo y el niño, más sin embargo sabía que este no estaría escuchando por hallarse en el tercer sueño
 
- la gente cambia por distintas razones, dark shadow. Bakugou debió pasar por distintas experiencias para convertirse en la persona que conocemos hoy en día. Sin embargo, mis suposiciones me llevan a deducir que su comportamiento tan dócil en este momento es más por el sueño que por otra cosa, tal vez su personalidad tan…
- ¿caprichosa? - comentó en un tono burlón
 
- única - remarco a modo de regaño, ignorando las palmadas que brindaba en la espalda del menor - ya formaba parte de él incluso a tan temprana edad, no lo conocemos lo suficiente para juzgar de modo tan crítico su actitud
 
- bha, sigo pensando que es un quisquilloso – ante las quejas de dark shadow tokoyami no hizo más que soltar un suspiro de resignación y la extraña charla entre don y portador finalizó allí
 
Pasados unos minutos luego de que el ente oscuro se retirase a su lugar de descanso el gótico de rojiza mirada buscó cuidadosamente su teléfono su móvil en el bolsillo de su pantalón, suspiró nuevamente al recaer en que su principal idea era bajar por agua y luego regresar pero todas sus intenciones se vieron imposibilitadas por cierto detallito de puntiagudos cabellos ceniza que se cruzó repentinamente en su camino. Ahora su único medio de comunicación con sus compañeros para preguntar por su paradero se encontraba en el escritorio de su cuarto y dudaba mucho ver posible la tarea de moverse siquiera un centímetro sin perturbar el sueño de aquel niño.
 
- *no deseo tener que lidiar con una rabieta si es que despierta de mal humor* - dijo para sus adentros resignándose a tener que quedarse allí
 
No es un experto conocedor en el comportamiento de los niños, no ha tenido que tratar con muchos y los pocos con los que ha lidiado no se asemejan en nada al pequeño niño que tiene en brazos en este momento. Su mente se llena de dudas y no tiene una respuesta certera para cada una.
 
Casi una hora después los alumnos de 1A entraban en el edificio con los rostros casi pálidos que denotaban cansancio y pánico.
 
- buscamos de arriba abajo, detrás de cada árbol, bajo cada piedra y en cada edificio, casi que damos vuelta toda UA y ni un rastro, ni uno solo de kacchan – izuku prácticamente estaba sin alma
 
- tranquilo deku-kun, estoy segura de que ya aparecerá, no pudo haber ido muy lejos y menos con unos piececitos tan cortos
 
A pesar de buscar animar a su pecoso amigo ochaco estaba que le temblaba la voz por la preocupación y el espanto de lo que podría sucederle a ese pequeño travieso si no lo encontraban.
 
- tch ¿y por qué tanta mierda por ese mocoso? Desaparecerá del mismo modo que todos nosotros cuando se cumpla el tiempo límite – exclamó la bella rubia ceniza con irritación
 
- estas en un error – llamó la atención el único adulto presente – si no estamos todos juntos no seremos capaces de volver a la normalidad, el tiempo se extenderá y si eso sucede podría haber algún problema en la línea espacio temporal  
 
- ¿de qué carajo estás hablando? – gruñó el pre-adolecente
 
- tú podrías perder tu don, ella se quedaría calva, él se convertiría en un duende – apuntó de último hacia el de capa roja – cualquier cosa podría pasar y si no queremos que eso suceda debemos estar TODOS
 
Nuevamente otro chasquido y esta vez no fue de la muchacha. El mayor suspiró con pesadez y masajeo con tres dedos la zona entre sus cejas buscando calmar la migraña que comenzaba a surgir nuevamente. Midoriya derramaba lágrimas en cascada con el consuelo de uraraka y todo el lugar quedó en silencio, lo que permitió que ciertos pasos detrás del peliverde se escucharan con claridad y todos voltearon de manera curiosa quedando sorprendidos ante la nueva presencia entre ellos.
 
Izuku fue uno de los últimos en voltear, pues sus depresivos ánimos no le daban la energía suficiente para ser curioso, y fue un pequeño toque en su hombro la razón de este. Esta vez sus ojos se llenaron de lágrimas de alivio al momento de ver la versión infantil de su amigo en los brazos de su compañero azabache de rostro aviario.
 
Inicio un tartamudeo entre fluidos acuosos que se deslizaban tanto de sus ojos como de su nariz, una vista algo repugnante que irritó mucho a las tres versiones menos apacibles del blondo explosivo.
 
- de-deku-kun intenta preguntar donde lo encontraste, buscamos por todas partes y no hubo ni un mínimo rastro de él – explicó la castaña buscando que el emotivo palabrerío de su amigo fuese comprensible
 
- en el pasillo del segundo piso, deambulaba somnoliento y bajé para dejarlo a cargo del bakugou mayor pero no había nadie y había dejado mi teléfono arriba – segundos después la mayor parte de los presentes se llevó una mano al rostro y los demás sólo pudieron cara de incredulidad, le costó entender ese comportamiento pero rápidamente cayó en cuenta – a ninguno se le ocurrió buscar primero en el edificio ¿verdad?
 
- ante su repentina desaparición nuestro primer pensamiento fue que había abandonado el edificio, jamás cruzó por nuestra mente buscarlo arriba primero – el delegado de la clase admitió con vergüenza su pequeño descuido
 
- lo bueno es que ya está aquí, ahora sólo debemos ponerlo en una jaula para evitar que vuelva a ocurrir todo este embrollo
 
- jiro-chan, hazme el favor de golpearlo porque si yo lo hago iré directamente a su cuello – sin problema alguno la de cabellera morada golpeo con su jack al rubio del mechón negro
 
Ya pasado todo el pánico de ese pequeño accidente cada quien pudo volver a respirar, en especial cierto peliverde pecoso. El tiempo límite de aquel problemático don había llegado más rápido de lo esperado y ahora todos estaban sentados en la sala común a la espera de que su querido compañero explosivo volviera a la normalidad. Durante la espera lograron conocer más acerca de cada versión.
 
El katsuki amable se dio a conocer como gogo debido al simple hecho de que le desagradaba en su totalidad ser llamado del mismo modo que todas sus otras contrapartes. El katsuki salvaje les ordenó dirigirse a él como su majestad y se la pasa todo el día llamando al pelirrojo “lagartija estúpida” o “cerebro de escamas”. Kacchan de la secundaria es bastante rebelde y sólo se dedica a insultar y mirar con odio a deku.
 
- Siento como si hubiera vuelto a la secundaria – lloraba el peliverde cómicamente
 
La muchacha, por muy loco que suene, es bastante amistosa, pero sólo con las chicas. Pocos chicos tenían la suerte de caerle bien o de ser tolerados por ella. Finalmente el más pequeño de todos. Este atrevido e hiperactivo ser correteaba de lado a lado y le sacaba uno que otro susto a sus cuidadores, izuku se las apañaba de algún modo al ser quien más cosas sabia del pequeño huracán viviente y por ello no la pasaba tan mal. Sin embargo, toda esa energía típica en un niño de su edad parecía desaparecer repentinamente cuando del azabache portador de dark shadow se trataba. Solía comportarse mejor y más tranquilo con el bakugou adulto, pero al estar con el gótico muchacho todo lo que lo convertía en la diminuta versión de su explosivo y arrogante compañero de volátil personalidad parecía esfumarse por completo. Literalmente era otra persona.
 
Sus compañeros no pueden evitar pensar que se tratan de mamá pato y su patito cuando tokoyami camina tranquilo y es seguido de cerca por el pequeño kacchan. Dark shadow era un poco celoso al principio pero no le tomó demasiado encaminarse con él, ahora se la pasan muy bien cuando están juntos. Lo malo de ello es que todos saben lo que pasará una vez las cosas vuelvan a la normalidad, y con ello me refiero a que el efecto del quirk se disolverá y katsuki regresará a ser el uno sólo.
 
- yo no quiero que se valla – gimoteaba entre lagrimas la sombra parlante al saber que ya no le quedaba mucho tiempo con el pequeño rubio ceniza
 
- es inevitable, nada podemos hacer, bakugou debía volver a la normalidad en algún momento y eso lo sabes perfectamente, no te quejes – dark shadow se sintió dolido al no recibir el consuelo que necesitaba de su portador en ese momento
 
- ¿es que acaso no te duele? ¿Ahora me dirás que no te afecta? Porque ya te voy diciendo que ese cuento no me lo trago fumi, ambos sabemos perfectamente que tú también le agarraste cariño
 
Y era verdad, estaría mintiéndose a si mismo si admitiste algo que no era verdad. Ese niño, contra todo lo previsto, había logrado ganarse su aprecio, algo que consideraba imposible si tenemos en cuenta que se trataba de nada más ni menos que la versión infantil de su nada amigable compañero bakugou katsuki. Sólo puede centrar la mirada en sus deberes escolares e ignorar todo lo demás.
 
Su concentración se vio totalmente interrumpida por unos repentinos golpeteos en la puerta de su habitación. Se levanta algo fastidiado para atender a su inesperado visitante.
 
- ¿no deberías estar con los demás? – pregunto dudoso al pequeño de revoltosos cabellos ceniza
 
- no te vi en todo el día, y quería verte – respondió este con algo de pena, mas no apartó la mirada
 
- en estos momentos tu mayor prioridad es mantenerte lo menos alejado posible de todas tus divisiones, no estamos seguros en que momento podría el efecto desaparecer completamente y lo que menos queremos ahora es un problema mayor al que ya tenemos, por favor regresa con los demás y no te separes de ellos – sus palabras salieron más duras de lo que le habría gustado y eso pudo notarlo por la casi imperceptible cristalización en los ojos contrarios
 
Quiso remediarlo pero ya era tarde, el pequeño salió presuroso de allí y pocos segundos después desapareció de su vista. Tokoyami se agachó hasta recoger con su mano izquierda el pequeño conejo de peluche que el niño había dejado en el suelo antes de salir huyendo. Presionando el juguete con algo de molestia en su ser se adentro en su cuarto cerrando la puerta con mucha suavidad.  
 
- ¡quítense de encima malditas sanguijuelas! – exigía rabiosamente la conocida bomba sin mecha andante de la clase 1A bakugou katsuki mientras su espacio personal era descaradamente invadido por aquellos que integraban su grupo de amigos
 
Nuestros estudiantes se hallaban de regreso a las habitaciones luego de un agitado día escolar en el que su mayor disfrute fue el tener a su amigo de regreso.
 
-¿de veras no recuerdas NADA de lo que pasó? ¿Nadita nada?
 
- ¡Ya te dije que no, mierda! ¡Deja de insistir con eso o te romperé la nariz! – hastiado ya con las inasistencias del Pikachu retrasado katsuki abandonó la sala común en busca de paz, algo que no conseguiría fácilmente cuando supiera que sus acosadores iban detrás de él
 
-algunas cosas no cambian, gero – la muchacha peliverde recibió un asentimiento a modo de afirmativa a sus palabras por parte de su querido amigo shoji, ambos observaron al portador de dark shadow levantarse y tomar rumbo a las escaleras
 
No preguntaron, quizá él cambien quería algo de paz pues el ambiente en la sala común no era muy tranquilo en ese momento. Aunque la mayoría de las veces nunca lo era.
 
Cuando el azabache entró en su habitación lo primero que sus ojos captaron fue el adorable conejo de peluche que reposaba sobre su cama. Orillado en el colchón admiraba al conejo con cierto ápice de culpa instalado en su pecho al recordar las pequeñas lagrimas que amenazaron con escapársele al pequeño que tenia parado frente a su puerta la noche anterior. Se acomodó en la cama correctamente y cayó dormido poco después mientras pensaba en lo diferente que habrían sido las cosas si hubiera usado otras palabras en ese momento, pero no quería ceder ante el dolor de tener que apartarse de ese niño. No había chance, él era sólo una división de su compañero explosivo, más específicamente la etapa de su infancia, y una vez bakugou volviera a la normalidad no recordaría en lo absoluto alguna de las cosas que le sucedieron mientras estuvo en ese estado.
 
Si ahora intentaba acercársele daba por hecho que sería mandando a la mierda y no planeaba pasar por eso, así que lo preferible es mantener todo tal y como siempre estuvo. Esos fueron sus pensamientos a medida que cedía ante el cansancio que no sabía estaba cargando, aunque antes de ello algo más pasó por su mente.
 
- *lo siento…desearía haberme despedido correctamente* - y con ello cayó rendido en brazos de Morfeo, reteniendo entre sus manos el bonito peluche de largas orejas blancas y profundos ojos rojos































































Continuara...?












































































Sin ideas y con mucha presión de la uni, pero aquí estoy porque hacer esto me relaja y da paz, en especial si a ustedes les gusta o parece medianamente aceptable, me conformo con cualquiera de los dos.

Comenten si se les ocurre algo para los siguientes cuatro días, yo tengo algo en mente pero quiero ver de qué son capaces ustedes.

Sin pena mis polluelos, toda idea o comentario es bien recibido.

¡Los amo, bye! ^3^

Bakutoko/Tokobaku WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora