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Narra Aizawa

Ya tengo 5 días, 4 noches, 45 minutos con 18...19...20...21 segundos desde que me internaron aquí, estoy realmente aburrido, ni siquiera puedo leer ya que me empieza a doler la cabeza por esforzar el...bueno el único ojo que me queda, ver televisión es lo mismo, de vez de encuando la veo normalmente salen en alguna que otra entrevista o en las noticias mis exalumnos o los de Emi...

- Crecieron bastante... - susurré con una sonrisa.

Todavía faltaban unas horas para que sea la media noche, no es que haya retomado la costumbre de dormir de día paro...en lo que falta de tiempo va a ser el... podría decirse que el "cumpleaños" de muerte de Emi...el sueño me está matando, sin embargo no quiero dormir, quiero estar despierto todo el día...siento el terrible ardor en mi pecho, ese maldito día, quizás si hubiese estado más presente, debí quedarme con ella ese día, no debí...

- Definitivamente fuí un terrible esposo...un mediocre amigo...un padre despreciable...un maestro... ligeramente cruel...algunos se lo merecían... - me costaba mantener los ojos abiertos, con una lucha ardua por manter los ojos abiertos pero caí rendido por el sueño.

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Negro, absolutamente todo es negro ¿Debería sorprenderme?, Sin embargo poco a poco todo se fue aclarando, pude reconocer el suelo de mármol de mi casa y así poco a poco se fueron revelando los muebles y demás. Lo extraño era que...no es igual a cómo está mi casa actualmente, está distribuida como...no...carajo no...no me traiciones así subconsciente.

- ¿Te afecta mucho? ¿Por qué? Si así viviste más de 15 años - dijo una voz dulcemente, tan dulce como peligrosa.

- Solo eres una maldita ilusión...- ni quise voltear a ver esa pesadilla - lárgate...

- Aizawa Shota...voltea a verme - no obedecí - Shota...no estoy bromeando...ahora no...- fastidiado voltee y la ví, igualita a como la última vez que la pude ver.

- ¿Que quieres? - dije frío.

- Eres un idiota - dijo la mujer frente a mí.

- Gracias, Kayama ya lo sé si eso es todo puedes lárgate - dije hostil.

- No, todavía no terminé - se levantó del mueble en el que estaba sentada y se me acercó con paso decidido - agradece que no tengo mis látigos si no ya estarías rogándole por qué me detuviera - exagerada, rodé los ojos - eres un gruñón, idiota, maniático, perezoso, desalineado, grosero...pero también eres buen amigo, padre, profesor y héroe - me regaló un sonrisa sincera.

- Sigues joven...- se en escapó ese comentario.

- Obviamente, morí joven, pero mejor así, si no estaría como tú, viejo decrépito - fruncí el seño más una sonrisa disimular se me escapó.

- Loca...

- Pronto nos veremos viejo pirata - dijo juntando sus talones, inclinando su dorso y su brazo izquierdo se alzó e hizo un saludo de pirata como en los cuentos que le leía a Katashi.

- ¿Moriré pronto?

- Cálmate, disfruta un poco más pero sí, morirás - dijo con simpleza.

Permanecí en silencio y tomo mi gesto, se volteó y se fue caminando, poco a poco se fue desapareciendo. Me voltee y allí ví a otra persona, me asusté bastante.

- ¡Hola Sho-chan! - dijo con su típico tono de alegría.

- Oboro...

- Ahy, que frío...creí que estarías más alegre de verme - dijo cruzándose de brazos haciendo un puchero - mmmmm, ¿No te molesta si busco algo en tu cosina mental? - okey eso es raro...me abstuve a simplemente asentir, quizás pueda sacar ventaja en eso - ¡bien, gracias! - abrió un portal con borde de nubes y se metió en el, segundos más tarde gritó horrorizado, sonreí gustoso - ¡Eres malo Sho-chan!, ¡¿Gusanos, encerio!? - grito volviendo por donde entro.

- Deja de ser tragón - dije con mi sonrisa.

- ¡Pero mira que ojote me echas! - dijo haciendo puchero mientras se revolvía como un gusano aún parado, así siguió unos segundos más hasta que se calmó - a Hizashi le hubiese dado un infarto.

- Eso si que es seguro - dije imaginando su reacción - me hubiera dejado sordo.

- Siiii, eso es seguro - río.

Suspiramos al mismo tiempo con melancolía, si no hubiese pasado ese accidente, si hubiese sido más rápido, tal vez hubiese sido todo distinto.

- No fue tu culpa, deja de cargar cargas que no son tuyas... - frunció el seño molesto.

- Pero...

- Pero nada - me interrumpió abruptamente - yo te quiero mucho Shota, no me queda mucho tiempo hay alguien más que quiere hablar contigo así que...me debo ir pronto nos vemos.

- Te preguntaré lo mismo que a Nemuri...¿Moriré pronto?

Permaneció callado.

- Adiós amigo mío - dijo colocando una mano en mi hombro e hizo lo mismo que Nemuri solo que este abrí un portal y se fue.

- Que extraño sueño...

- ¿Si verdad? - abrí mis ojos tanto como me lo permitieron.

- Emi...

- Hola, mi amor

- Emi...

- A pasado tiempo - voltee y allí estaba de pie, su voz amorosa, ojos verdes llenos de vida y sonrisa luminosa.

- ¡Emi! - no resistí más las ganas y me arrojé hacía ella no dudó en recibirme con un cálido abrazo y besos en mi cabeza.

- ¡Pero mira cuan envejecido estás! - dijo con su voz tan animada como siempre.

- Eso ya lo sé - dije algo divertido.

- Eso no te quita lo sexy - levanté la cabeza de su pecho y Vi su sonrisa pícara.

- Te amo - se me escapó una lágrima la cuál no tardo ella en retirar de mi mejilla.

- Y yo a ti y a mis bebés - dijo dándome un beso en los labios, tantos años sin sentirlos.

Mis manos viajaron a su cintura y la estreché contra mí, sus frías y delicadas manos abrazaron mi nuca y una de ellas se enredó entre mis cabellos pintados de canas, minutos después se separó de mi con... culpabilidad.

- Debes despertar - me estremecí por su deseo...

- No...no...no quiero...yo

- Ya se...yo también te extraño mucho pero solo será un poco más de tiempo para que nos reunamos - dijo besando mi frente y unió nuestras frentes - diles a mis hijos que los amo - tenía sus ojos cerrados - nos vemos pronto Shota - repentinamente los abrió.

Aspiré la mayor cantidad de aire posible y cerré mis ojos nuevamente, me sentí mareado.

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