dieciocho.

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· • —– ٠ Cosas que curar ٠ —– • ·

La confesión de Jungkook había sido como un rayo de luz que había iluminado mi mente y mi corazón. Me sentía sorprendido, pero también aliviado, ya que finalmente sabía que mis sentimientos no eran unilaterales. Jungkook sentía lo mismo que yo por él, y eso cambiaba todo.

La lejanía y la distancia que nos había separado hasta ahora se desvanecieron, y un nuevo comienzo se abría ante nosotros. La idea de que podríamos querernos y llegar al altar enamorados me llenaba de felicidad y emoción. Me sentía alegre y emocionado como nunca antes.

Sin embargo, aún quedaba una cicatriz en mi corazón. La traición de Jungkook y la figura de Taehyung seguían siendo un recuerdo amargo que me atormentaba. Pero ahora que Jungkook había prometido dejarlo atrás, podía empezar a olvidar y sanar.

Ese día, después de nuestra caminata por la playa, decidimos ir a comer a un pequeño restaurante hogareño en el centro. Fue allí donde descubrí al Jungkook verdadero, sin máscaras ni pretensiones. Nos reímos y compartimos fideos, y hablamos como nunca antes.

Me sorprendió descubrir que Jungkook era un amante de la leche de plátano, que su color favorito era el rojo y que siempre había soñado con ser coleccionista de arte. Y lo que más me impactó fue que nunca se había enamorado antes. Esa vulnerabilidad y sinceridad me cautivaron por completo.

Por primera vez, vi a Jungkook al natural, sin la armadura de su ego y su orgullo. Vi sus ojos brillantes de ilusión y su sonrisa genuina. Y me di cuenta de que este era el verdadero Jeon Jungkook: un hombre complejo y multifacético, con partes sensibles y soñadoras que me hacían sentir que estaba enamorado de él.

Mientras lo miraba, supe que estaba dispuesto a dejar atrás el pasado y a construir un futuro juntos. Y eso me llenaba de esperanza y felicidad.

—¿Por qué no te olvidas de las empresas y haces realidad tus sueños? —quiso saber Jimin.

—No es tan fácil. Esas empresas son la base de mis raíces, así que... simplemente no puedo dejarlo y ya —contesto Jungkook y encogió los hombros—. Pero ya no importa.

—No digas eso —Jimin puso su mano sobre la del pelinegro y lo miró afligido—. Tus sueños son importantes, podrías dejarlo por un tiempo solamente y dejar a cargo alguno de tus hermanos.

—No saben nada sobre cómo llevar las empresas, están demasiado ocupados en sus propias vidas, además he sacrificado demasiado y si lo dejara todo eso ya no habría valido la pena —replicó—. Por eso tomé la decisión de casarnos, de lo contrario hubiera declinado y simplemente ir detrás de mis sueños, y no me arrepiento —sonrió y entrelazó sus dedos con los del rubio—. De esa forma pude verte como algo más que mi secretario.

Park río en voz baja, con las mejillas sonrojadas.

—Tienes razón, en cierta parte me alegra, que cliché ¿no lo crees?.

—Los clichés le gustan a todos, para eso fueron hechos, es un gusto culposo —Jungkook acercó su rostro al del rubio, bajo la mirada hacia sus pomposos labios y relamió los suyos.

—Es un cliché atrevido, el secretario con el jefe que delito —rio para luego irse acercando para juntar sus labios pero, en ese momento el sonido de las notificaciones entrantes del celular de Jimin arruinaron todo—. Creo que debo... —se separaron, sacó su celular y miro los mensajes.

Kim Namjoon

Jimin hola, no te he visto desde ese día y me gustaría verte de nuevo ¿estás libre?.

Propuesta laboral┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍            Donde viven las historias. Descúbrelo ahora