· • —– ٠ la noche y la Luna ٠ —– • ·
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Jungkook empujó a Jimin contra la pared, sus labios unidos en un beso apasionado que parecía consumirlos. La casa estaba sumida en un silencio y oscuridad que solo enfatizaban la intensidad del momento. Sus cuerpos ardían de deseo, necesitando liberarse de la tensión que los consumía.
Pero de repente, Jimin se apartó, su respiración entrecortada.
—Jungkook no-no puedo hacer esto, no es correcto tú ahora, necesito que sepas que yo aún no he tenido... —su voz se desvaneció cuando Jungkook colocó un dedo sobre sus labios, sellando su boca.
—Shhh, no digas nada —susurró Jeon, su voz baja y seductora—. No te preocupes, me encargaré de que sea un momento mágico y placentero que recordarás toda tu vida —apretó la cintura de Jimin, pegándolo a su intenso cuerpo. Sus labios estaban a punto de tocarse, y sus respiraciones pesadas se mezclaron en un ritmo sensual—. Por mil demonios, no sabes cómo te deseo Jimin, ahora más que nunca, te quiero maldición, mi hermoso prometido.
—Jungkook... —susurró Park, su voz un resuello. No necesitó más. Se rindió a la pasión, besando los labios de Jungkook con desesperación. Lo sujetó de la nuca, profundizando el beso.
Jungkook lo besó con un hambre insaciable, rodeando el torso de Jimin con su brazo y manteniéndolo pegado a él. Su cuerpo se presionaba contra el del rubio, rozando sus partes íntimas sobre los pantalones de Jimin, lo que le arrancaba jadeos ahogados que se perdían en la boca del otro.
La ropa parecía evaporarse, yendo a parar al suelo en un rastro que conducía desde la puerta hasta la sala de estar. Jimin cayó sobre uno de los sofás, vestido solo con su ropa interior y un calcetín. Jungkook se derrumbó sobre él, sin dejar caer todo su peso, completamente desnudo y con su erección ansiosa expuesta.
Jungkook comenzó a besar el cuello de Jimin, dejando marcas suaves que hicieron estremecer al rubio. Luego, su boca descendió hacia las clavículas, y finalmente, llegó al pecho, donde rodeó un pezón con sus labios y comenzó a lamerlo y succionarlo con delicadeza. Los gemidos de Jimin llenaron el aire.
Park se mordió el labio inferior, intentando contener su pasión, mientras Jeon le quitaba la ropa interior, revelando su cuerpo desnudo ante él. Jimin era como un bello ángel, con su piel lisa y blanquecina, su cuerpo esbelto y curvilíneo, su rostro hermoso y su inocencia y dulzura intactas, incluso en ese momento erótico. Jungkook estaba hechizado.
—Jimin, quiero hacerte mío, quiero que seas solo mío —rogó Jungkook, mirándolo intensamente a los ojos—. Debo admitir que soy un hombre de insaciable codicia, y solo deseo que tus ojos se fijen en mí, que tus palabras dulces solo resuenen en mis oídos, y que tus días más felices los vivas a mi lado.
—Jungkook... —el rubio sujetó su mejilla, mirándolo embelesado, sonriendo—. Soy tu futuro esposo, por supuesto que soy todo tuyo.
El azabache también sonrió, besando nuevamente los labios de Jimin con pasión y dulzura. Mientras, su mano descendió por el cuerpo del chico, trazando contornos, hasta llegar a la entrada de su ser. Allí, introdujo un dedo lentamente, y el gemido agudo de Park se quedó atrapado entre sus labios.
Jungkook movió su dedo circularmente, lento y deliberado, luego agregó otro y los introdujo más profundamente, tocando el punto dulce de Jimin. Un gemido más sonoro que los anteriores escapó de los labios del rubio, mientras arqueaba su espalda.
—¡Ahh~! ¡Ahí, ahí! Muévelos... —Jimin se aferró a los hombros de Jungkook, buscando apoyo.
El mayor sonrió, satisfecho al ver el rostro de su prometido contorsionado de placer. Comenzó a mover sus dedos con velocidad y precisión, observando cómo Jimin mordía su labio inferior, cerraba los ojos y fruncía el ceño, aferrándose a sus hombros con fuerza.
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Propuesta laboral┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍
Hayran Kurgu𝑷𝑳 | Jungkook, el gruñón primogénito de la familia Jeon, ha evadido con éxito las presiones matrimoniales de su familia durante años, sin embargo el destino lo obliga a casarse para poder heredar el imperio familiar. Es ahí cuando surge interés p...