Se dice que hay mundos paralelos, líneas del tiempo alternas y en cada una de ellas somos los mismos en diferentes épocas y con diferentes trabajos, pero en esencia somos los mismos
Bueno. Espero disfruten si no habían leído esta "historia"
Me encontraba jadeando y empapado en sudor. El día había estado como un infierno, 40° en sombra y no tenía más de una hora de haber llegado del trabajo.
Me encontraba haciendo un ritual bastante sencillo que consistía en hacer un gran círculo arcano y poner velas alrededor de mi futón.
-Lo estoy haciendo una y otra vez. No tengo remedio- Suspiré, me encontraba bastante cansado, esto era la única cosa que me hacía tener un poco de esperanza.
Cada mañana veo el sol filtrándose tímidamente por la ventana, pintando de luz mi habitación vacía. La vida transcurría en un ritmo predecible y silencioso.
Mis días se tejen entre la rutina y la ausencia de alguien que comparta un café matutino o una charla al final del día.
En este mundo que parece girar sin mí, a menudo me encuentro observando la vida desde la distancia, como si fuera un espectador en lugar de un participante. Los días pasan con una sensación de desapego, como si mi presencia o ausencia no importaran en lo más mínimo.
A veces me pregunto si la desconexión es una elección, una especie de exilio auto impuesto en este vasto entramado de conexiones sociales. La sensación de no encajar cada vez es más grande, pero en medio de esta soledad que se siente como un manto, anhelo encontrar un hilo de conexión, un lazo.
Entre las páginas de libros y las melodías que llenan el silencio, busque mucho tiempo un refugio, en el que pudiera encontrar esa sensación de pertenencia que tanto he anhelado. Aunque la ausencia de la presencia familiar y la falta de conexiones íntimas se hagan sentir, sigo adelante, tratando de hallar pequeños destellos que me hagan sentir mejor que una mierda.
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Abrí los ojos entre pesadillas, sintiendo cómo la inquietud se apoderaba de mí una vez más. Me erguí en la esquina de la cama, rodeado de una sensación de vacío y soledad que parecía insuperable. Mi estómago rugía de hambre, pero al observar la hora en el reloj, me di cuenta de que conciliar el sueño para enfrentar otro día de trabajo sería una batalla perdida.
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Al despertar, otro día monótono transcurrió. Pasaron las horas del trabajo lentas y aburridas como siempre hasta que mi fin de turno acabó. De nuevo me apresure a llegar a casa e hice el ritual, ya han pasado más de 2 semanas en las que no he presenciado a la supuesta sucubo. Por intentar no he perdido nada así que nuevamente hice el círculo en la pared y puse las velas alrededor de mi futón como indicaba el texto de invocación.
Cuando empezaba a quedar dormido escuché el timbre y me levanté con algo de esperanza. La incertidumbre me puso un poco nervioso con cada paso que di a la puerta.
Una hermosa y sexy chica me esperaba al otro lado con una pose tímida y la cara sonrojada, pero una vez se dio cuenta que abrí se presentó de forma extravagante y extraña.
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