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Taeyong despertó un día de marzo en horas de la madrugada. El grito desgarrador de Ahra fue suficiente para alarmar a todos en la casa y, muy probablemente, también a los vecinos.

Tenía once años y su hermana cinco cuando Taeyang murió.

Su padre era un hombre increíble, siempre estaba sonriente, lo cual no encajaba del todo con su trabajo como policía.

Recuerda que esa fatídica noche su padre murió como oficial de apoyo para desactivar una bomba. Se sacrificó por los demás, eso era digno de admirar.

Los siguientes días no fueron los mejores. Sólo se escuchaba el llanto desgarrador de su madre al perder a quien era el amor de su vida. Taeyong siempre estaba allí para abrazarla, con la pequeña Seungwan mirándolos confundida con las cejas fruncidas porque “Papi no va a regresar”.

─Papi malo, dejó a mami y a todos llorando─. Seungwan dijo en voz baja, para que sólo su hermano la escuchara.

Ya era el día del funeral, Taeyong alzaba a su hermana e intentaba ser fuerte para ella.

─Taeeee ¿Papi no puede salir de la caja y abrazar a mami?

Taeyong negó con la cabeza, aguantando las ganas de llorar y desvió la mirada, negándose a ver como el ataúd descendía.

A partir de ahí fingir que nada sucedía era su mecanismo de defensa.

Por eso fingió que todo estaba bien cuando su madre empezó a tomar y fumar cada noche. También pasó de largo que ella desapareciera por días y él se viera obligado a dejar sus estudios para cuidar a Seungwan.

Pero no pasó por alto que ella salió una noche buscando un encendedor y jamás regresó.

─Tranquila Seung, mami vendrá por nosotros─. Era lo que le decía a su hermana, pero eso jamás pasó.

Lo más triste es que para el ojo público Ahra era una madre cruel que los abandonó, eso hasta que encontraron su cuerpo con señales de abuso y violencia. Las autoridades los describieron como un feminicidio.

Ella nunca los abandonó.

Y ese dolor era lo que acumulaba Taeyong en su corazón, aunque se veía feliz, en el fondo sólo era un niño perdido y huérfano al igual que su pequeña hermana.

Pero todo lo hacía por ella y ahora también por él.

Porque si ella desapareció buscando un encendedor, él siempre tendría uno consigo para que Jaehyun jamás se fuera.

Humo - Jaeyong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora