Pequeñas historias sobre estos lindos personajes, espero y sean todas de su agrado ♡♡.
♤Los personajes no me pertenecen
♤Acepto pedidos, sugerencias y criticas.
♤Las historias son 100% mías, por lo cual, no acepto plagio de estas.
Sin más que añadir...
Las calles en la corta ciudad se encontraban vacías, el frío viento golpeaba a una chica peli rosa que feliz se dirigía a su colegio.
Caía nieve, y esto solo la hacia temblar tenuemente cada vez que daba sus pequeños pasos, su nariz estaba rojita debido a lo bajas que estaban las temperaturas aquel día.
Torpemente intento enrollarse su bufanda de lana que su mamá Yor había cosido con mucho cariño, esto para evitar que inhalara el helado aire que se encontraba en la zona. Seguía caminando, y cada vez se encontraba más cerca del Edén, su actual institución. Era una chica nueva, por tanto, no se hablaba con absolutamente nadie, claro está que a sus compañeros los conoce, pero se le dificultaba tanto socializar con aquellos que prefería quedarse callada antes de pasar un acto vergonzoso.
Sintió una mano posicionarse en su hombro suavemente para acto seguido escuchar —Hey Annya, buenos días.
La nombrada se volteo, topándose con Damián, uno de los chicos que tenía loca a media escuela debido a su hermosa belleza, el muchacho de cabello café y ojos aguamelados culmino para sonreírle cálidamente a la más pequeña.
—H-hola. —Musito levemente dando un pequeño estornudo que alertó al contrario.
—Si no te pones bien tu bufanda te dará un resfriado. —Dijo el chico posicionándose detrás de la peli rosa —, Te ayudo.
Con sus preciosas manos, tan finas y delgadas acomodo correctamente la prenda, rozando sin ninguna intención el delgado cuello de la ojiverde, que al sentir el tacto se ruborizo melodiosamente a la vez que la nieve se depositaba de manera blanda en sus cabellos.
—¿Nos vamos? —Opinó el más grande viendo la bella silueta de Anya escondiendo su naricita en la bufanda.
—Sí.
Por el trayecto no intercambiaron tantas palabras, la joven miraba hacia adelante mientras inconscientemente se sostenía del bolso de el mas alto, que este a su vez la miraba con un gesto de ternura, como si fuera la niña más pura y linda que jamás haya conocido, lo tenía encantado, hechizado, no podía quitar su vista de ella.
Y en esos momentos por primera vez en su vida sintió que todo estaba bien. Y que lucharía por tenerla a ella, a aquella chica de tan hermosos ojitos que lo cautivo el primer día en que la vio.
Sus mejillas se tornaron de un suave color carmín al sentirla como se aferraba un poco más a el, buscando seguridad, ya que era muy nerviosa. Damián mantuvo la compostura, brindándole confianza, aunque era obvio de que ese movimiento repentino lo había tomado desprevenido.
No sabia articular nada que no fuera su respiración, la miro nuevamente sintiendo el olor que desprendía, una deleitosa combinación de fresas y moras, era adictivo.
''Tal vez me estoy enamorando de Anya'' Pensó. Obviamente no le disgustaba la idea, era su chica ideal, no como las otras que lo buscaban solo por su dinero y por su físico. Ella era el ángel que siempre busco, ese ser tan perfecto y majestuoso que lo empezó a atraer emocionalmente hace 1 semana.
Recién había empezado a entablar conversaciones cortas con ella hace dos días, esto porque afortunadamente le tocó compartir asientos.
Hoy, casualmente la vio caminar algo perdida rumbo al Edén, así que aprovecho la situación para hablar aún más con ella, sin duda alguna lo tenía cautivado.
—Entremos. —Dijo viendo la enorme puerta mirando de re ojo a Anya que sin soltarse de su mochila ella yacía.
Le quito su pequeña mano de manera apacible para juntarla con la contraria, entrelazando sus dedos y dándose calor mutuo.
Todas las vistas recaían a la par de los dos niños, evidentemente no faltaron los murmullos mientras iban con destino a su aula de clases, sobre todo en los pasillos, donde se escuchaba claramente ''—Damián tiene novia.'' Entre otras cosas que solo avergonzaban al dúo.
Agarro más fuerte la pequeña mano de Anya sin lastimarla, ella lo observaba, hipnotizada a la vez que era arrastrada por los amplios y lujosos pasillos de aquella academia, cuando lograron entrar unos cuantos escalones y se sentaron en un puesto, ambos se relajaron y soltaron su agarre.
—Bueno... Fue divertido, deberíamos irnos todos los días juntos al colegio. —Afirmó mientras acomodaba el bolso Anya detrás de su sillón.
—Me parece bien —Le sonrió agradablemente lo cual hizo apartar la vista de el ojimiel a otro lugar, definitivamente se moría de ternura por esa chica desde el primer día en que la vio.
Lo flecho, lo flecho amorosamente.
—Te conquistare.
—¿Hum? ¿Qué dijiste?
—A-ah, que tengo hambre.
''Quiero verte intentarlo, Damián Desmond ♡''
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¿Qué les pareció?
Subiré otros en el transcurso de estas semanas <3, cuídense.
