[BL] "Querido Zack; a veces pienso que simplemente nos conocimos en las circunstancias equivocadas".
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Zack ha tenido una vida tranquila, llena de lujos y con buenos amigos, pero un día, cuando una nota que claramente no era para él, está insultá...
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Suspiré y apoyé mi cabeza entre mis brazos.
—Llevas todo el día suspirando, ¿qué pasa?
Elián dejó de leer el libro que tenía en las manos y se giró para mirarme con molestia.
—K no me responde.
—¿Cómo te va a responder a mitad del horario escolar si su intención es que no lo descubran?
—Es que ayer se asustó porque casi lo descubrí.
—Pues espérate a que termine... Espera, ¿¡qué!? ¿Cómo que casi descubrirlo? ¿Y no me lo habías contado? Me siento ofendido.
—A ver, "casi descubrirlo", simplemente lo vi dejar la nota y se fue corriendo. Además, estábamos a oscuras.
—Básicamente lo tenías en tus narices. —Asentí en respuesta—. ¿Y no lo perseguiste?
—No. —Agaché la cabeza.
—¿Y por qué mierda no lo hiciste?
—Solo estaba respetando su decisión de no mostrarse.
—¿Y desde cuándo eres tú tan respetuoso?
—¿Desde cuándo lees tú? —Me crucé de brazos.
—Desde nunca.
—¿Entonces ese libro qué es? —señalé.
—¿Hablas de este? ¿El que nos mandaron a leer para el examen de hoy?
Abrí la boca y la cerré. Me había quedado sin respuesta.
—Se me había olvidado, yo es que lo leí hace bastante tiempo.
—Diría lo mismo, pero sería mentira, ya sabes que no soy un gran apasionado de la lectura.
—Cierto —suspiré.
Las clases se me pasaron muy lentamente, sobre todo ahora que no tenía nada para leer, porque el libro del examen ya lo había leído hacía tiempo. Quizá debía pedirle recomendaciones de libros a K.
Pasé varias veces por mi taquilla a lo largo del día, pero en ningún momento vi una respuesta, aunque sí vi que K había cogido mi folio.
Al final del día tampoco hubo alguna señal de su contestación.
—Vamos ya al entrenamiento, Zack, deja de pensar en él.
—Es que, es que, creo que no me va a volver a contestar. —Hice un puchero.
—Qué sorpresa, para nada te había avisado con antelación.
—Cierto. —Agaché la cabeza.
—Si hace nada no te importaba que te dejara de responder, solo querías molestarlo... A saber de qué habéis hablado para que ahora dependas de su respuesta.
