Capitulo 4

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Adhara

No llego nada, pensé que me escribiría y que hablaríamos como en la noche, que disfrutaríamos de más risas y, que me sentiría en confianza. Que a pesar de que me derrumbé, estuvo para mí. Y se disculpó, aunque no fue su culpa, él no sabe nada de mí y yo no sé nada de él, y aún así, estuvo. Pero no llego su mensaje, y no admitiría que me decepcionó un poco.

Cuando me dejé en la entrada de mi casa lo que me recibió fue soledad y un silencio mortal.

Me preguntaba qué se sentiría entrar en tu casa y que te recibiría el olor a comida casera, que tu mamá te esperaría con una sonrisa. El ambiente cálido de un hogar.

Y no era que me estuviera quejando, porque mi papá daba todo porque Amaia y yo estuviéramos bien, él trabajaba y debido a su puesto estaba muy ocupado, a eso sumándole que mi hermana no estaba bien de salud, era muy complicado que estuviera conmigo. Así que si, Wezen tuvo razón en lo que dedujo, y si, no era nada fácil vivir de aquella forma.

Al entrar en la cocina solo encontré el plato de comida que nos dejaba un señor que mi papá contrato cuando recién llegamos aquí para que nos cocinará, ya que, aunque sabía hacerlo, a veces por la escuela no podía cocinarnos.

Lo calenté y esperé, solo quería irme a mi cama y hablarle a Amaia, hoy no fui a verla. No tenía ganas ni quería ir al hospital. Había días que ni siquiera quería pararme de la cama y me costaba tanto trabajo lograrlo, y hoy fue un día de esos.

Después de cenar me cambié a mi ropa de dormir y me metí a la cama. Le mandé un mensaje a mi hermana deseándole buenas noches y me dormí. Esperaba mañana fuera un mejor día.

Me desperté tardísimo, muy tarde. Casi caigo de trompicones bajando las escaleras intentando ponerme mi tenis lo más rápido posible y rogándole al universo me mandará un milagro. Pero ese milagro no llegó, así que tuve que correr para llegar a tiempo.

Al llegar a la escuela me encontré hiperventilando y transpirando un poco, pero por lo menos había llegado a tiempo y había bastantes estudiantes entrando a las instalaciones.

De lejos vi a Wezen recostado en un barandal que estaba en las escaleras de la entrada, supuse estaba esperando a alguien ya que se encontraba solo y mirando un punto fijo del suelo.

Quise acercarme, realmente quise, pero había algo que no me dejaba hacerlo. Tal vez era el sentimiento que si me acercaba se olvidaría de quien era y me ignoraría.

Yo no sé por qué, pero últimamente esperaba mucho en él, especialmente cuando grababa como Amaia me contaba sobre el en el hospital, lo lindo que era, el saber que él le prestó atención, que le ayudó a no sentirse sola o triste. No quería imaginar que mi hermana pequeña se estaba enamorando de él. Aunque siendo francos Wezen era el tipo de muchas, hasta me atrevería a decir que, de todas. Era atento, caballeroso, tenía un carisma muy particular y destacando algo de su anatomía física es que es demasiado guapo para su propio bien, como ya lo había mencionado antes, tiene unos ojos demasiado bonitos.

Cuando llegue al pie de la escalera vi que alzo la mirada demasiado rápido, cause que yo la desviara y no fijándome en que venía alguien justo en frente de mi con una maqueta de lo que parecía ser un sistema solar, que debido a mi maldita suerte termine chocando con la persona y haciendo que el sol de su sistema caiga y fuera a dar a los pies de Wezen que habia presenciado la escena. En su rostro vi una pisca de diversión, se acercó hacia el chico con su sol en las manos y después me dirigió una mirada con un bonito brillo en sus ojos.

-Por favor no te rías, no fue gracioso – Dije cuando estuvo lo suficiente cerca de mí.

- No lo iba a hacer de verdad – Le lance una mirada de "no te creo nada" y soltó una carcajada bastante sonora – Te estaba esperando.

Okey eso de verdad que no lo esperaba.

Empezamos a caminar en dirección a los casilleros, no tenía idea de porque el me estaría esperando, pero mi cuerpo se lleno de una pequeña esperanza que no iba a negar que se sintía muy bien.

-Me estaba preguntando, si te gustaría que fuéramos juntos hacia el hospital después de la escuela – La propuesta me descoloco un poco ya que habían pasado alrededor de dos semanas desde que empezó a ser el acompañante de Amaia y en ese tiempo casi no habíamos interactuado para que me pidiera eso – Es más sencillo si vamos juntos, además Amaia te extraña mucho, dice que no la quieres porque casi no la vas a ver.

La felicidad que había tenido en el cuerpo se esfumó por completo al escuchar aquello, mi corazón se comprimió de la manera más fea posible. Yo no quería que mi hermana pensara de esa forma y que creyera que no me importaba. Sucedía todo lo contrario, me dormía, despertaba, comía, caminaba y hacia cualquier cosa preocupada por ella, cada sentimiento que tenia se manifestaba a través de mi preocupación.

-Y-yo no quiero que se sienta de esa forma– no me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que sentí la mano de Wezen limpiar una lagrima que resbalo por mis mejillas. Lo voltee a ver y sus ojos arrastraban una preocupación inmensa– Me preocupo por ella en todo momento, solo que me cuesta demasiado ir al hospital y verla ahí. Me siento muy mal cada que la veo en aquella cama intentando llevar una vida normal fingiendo que ve la televisión.

Mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas que fueron imposibles de contener. Empecé a hipar, era una mala señal, mi pecho empezó a doler de aquella forma que conocía tan bien, empezaba a no poder respirar, cuando creí que todo empeoraría sintió los brazos de Wezen rodearme con una delicadeza que hizo que todos los demás fuera disminuyendo . Su abrazo me transmitió tanta calma que hacía mucho no sentía.

Me susurro unas cosas que no entendí porque solo estaba concentrada en los latidos de su corazón, dado a lo alto que era no llegaba bien a su pecho, pero me concentré en solo eso y el mundo pareció detenerse, todo a nuestro alrededor se pauso y se creó una burbuja en la que solo estamos el y yo, nadie más.

-Ella lo sabe, se siente sola y quiere que su hermana mayor este con ella en momentos difíciles – Me dijo tan bajito que apenas y lo escuchaba – Siento mucho haberte hecho pensar eso, de verdad discúlpame. Entonces, ¿nos vamos juntos?

Alcé la vista y encontré sus ojos llenos de calidez, asentí con la cabeza y me sonrió de una manera muy dulce.

Nuestra burbuja fue interrumpida por un amigo de Wezen que le empezó a gritar desde el inicio del pasillo. Cuando llego hacia nosotros parecío notar mi presencia y me miro.

-Hola, ¡Vaya si que eres pequeña! – Mi expresión a una de total confusión, no sabia de donde venia aquello, en mi vida había cruzado palabras con él – Soy Enzo, el mejor amigo de este largucho.

Wezen puso los ojos en blanco, pero rio con mucha gracia hacia su amigo.

-Adhara – No supe si me escucho dado que no lo pronuncie muy fuerte, solo se limitó a sonreírme y darle palmaditas en el hombro a Wezen. El timbre sonó y Enzo ya estaba impaciente por irse para por lo que escuché y entendí, ir a ver a su novia.

-Enzo está loco, me tengo que ir, pero nos vemos en la salida.

Lo que hizo fue aun más inesperado que todo lo anterior que paso.

Me dio un beso en la mejilla. Se dio la vuelta y vi un ligero rojo en sus mejillas y una sonrisa de oreja a oreja.

[***]

Holaaaaa, cuanto tiempo ¿eh? Siento muchísimo no haber actualizado en este tiempo, la escuela me tiene ahogada de tareas, proyectos y miles de cosas más, pero solo dos semanas y seré libre (eso espero).

Espero haya sido de su agrado este capítulo, que, en lo personal, creo que conocemos un poco más de nuestra Adhara, falta poco para conocer de nuestro largucho.

Quiero anticipar una disculpa por que las actualizaciones se van a retrasar un poco, ya que voy a iniciar en periodos de evaluación de la escuela, y estaré muy ocupado con todos mis trabajos, proyectos finales y con los exámenes. Pero prometo buscare espacios para poder escribir y actualizarlos antes posible.

Los quierooo. Hasta la próxima actualización. Un besote de aquí a donde estén ¡Muaaaak! PB <3

Dos almas perdidasWhere stories live. Discover now