Solo una obsesión | Oscar Isaac

La amiga de Marion

A Marion no le gustaba hablar mucho de ella misma, no se consideraba interesante, apenas había cumplido 18 años y no tenía muchos hobbies, de vez en cuando veia una que otra serie o pelicula, o leía algun libro en sus ratos libres. Antes solía tocar la viola pero lo dejó porque no se consideraba lo suficientemente buena, además era muy molesto escuchar el sonido chillante cerca de su oído, no era lo suyo, era un instrumento que sus padres habían escogido para que ella se "distrajera" como ellos decían. Y no hablemos de deportes, porque cuando iba en primaria entró a un equipo de basketball porque su mejor amiga estaba en el mismo equipo, pero siempre la dejaban en la banca porque no era nada buena, y cuando entró a secundaria jamás volvió a hablar con esa mejor amiga, simplemente se distanciaron, cosas que pasan, así que tampoco era una atleta, y ustedes pensaran, entonces es la tipica nerd que saca buenas calificaciones, el ratón de biblioteca que se la pasa estudiando para sacar siempre diez, porque nunca está satisfecha, pues no, Marion siempre hacía lo minímo para sacar un ocho a lo mucho, y no tenía muchos amigos, bueno ella consideraba amigos a sus compañeros de clase con los que a veces se reunía para realizar algún proyecto. Tal vez podía considerar amigos a sus padres, ambos siempre la procuraban para que creciera en un ambiente sano y lleno de amor, su padre era un cirujano de 40 años llamado Oscar y su madre era una enfermera de tres años menor llamada Calorina pero a veces le gustaba que la llamaran Carol, su romance nació cuando ambos eran adolescentes, era como si fueran almas gemelas, tenían el mismo sentido del humor y aunque a veces discutían, su amor por el otro nunca se hacía más pequeño, cuando Carol se enteró de que estaba embarazada, Oscar le pidió matrimonio de inmediato, claro que fue una sorpresa pero nunca un inconveniente, ya que la familia de Oscar tenia suficientes recursos para apoyarlos a ambos y que acabaran sus estudios, y así fue. No era la historia más romántica ni la más interesante, pero así eran sus padres y así era Marion, muy aburrida, por eso no le gustaba hablar mucho de ella misma, pero le gustaba hablar de su reciente mejor amiga Victoria. Ella se había tomado la molestia de contarle algo de su historia aunque siempre era un enigma lo que pasaba por su mente, no era porque fuera muy seria, era bastante simpática en realidad, pero no era de esas personas que transparentan tanto sus emociones, no era un libro abierto.
Antes de conocerla, Marion pensaba que las flores olían a abuelita pero Victoria siempre olía a flores frescas, hacía de ese aroma algo único y personal, algo sumamente femenino e hipnotizante. Victoria tenía la piel ligeramente más bronceada que la suya y su cabello era largo, brillante y de color negro, tenía los ojos de un color que parecía cambiar con su ánimo, a veces paceían de tonos azulados y otras veces verdes, ambos descansaban debajo de unas cejas pobladas igual que su pelo y le gustaba aparentar una edad más madura con la ropa que usaba, combinaba muy bien con sus uñas y labios pintados de color carmesí. No era que Victoria alardeara sobre eso, pero Marion sabía que venía de una familia adinerada, era obvio, su padre era un empresario y su madre una importante abogada, por culpa del trabajo de su padre se habían mudado en múltiples ocasiones, por lo que Victoria nunca habia permanecido inscrita en una escuela el tiempo suficiente para hacer algún "mejor amigo", pero sus padres se habían divorciado recientemente y Victoria no quería vivir con ninguno de los dos así que se mudó con su tía Sarah mientras terminaba la preparatoria y así poder estudiar actuación, porque ella soñaba con ser actriz, y tenía madera para eso, la podía imaginar enamorando a la audiencia del cine en una película taquillera de gran presupuesto, o en una enorme obra interpretando a algún personaje icónico, podría ser la próxima Angelina Jolie o Winona Ryder, lo podía imaginar.