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—¡No! ¡Noooo! —Exclamó la pequeña pelirosada. —¡Odio la hora del estudio!
Goku la observó por unos segundos, su pasado al parecer le había dejado algunas marcas, dando un pequeño suspiro habló.
—Jah, Anya... ven. —Diría el Son mientras se sentaba en el sofá y le hacía señas para que se sentará también.
...
—Lo sé... —Dijo el saiyan, Anya quedó confundida por el comentario del Son.
Trató de leerle la mente al pelinegro para saber que era lo que ocultaba pero sorprendentemente no pudo, cosa que la extraño un poco.
—Se que puedes leer la mente y también que sabes que soy un espía. —Continúo Goku dejando congelada a la niña ante esa revelación.
—¡¿Có-Cómo...?! —Diría está con nerviosismo y algo de miedo.
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—Digamos que yo también poseo habilidades únicas. —Diría el Son con serenidad tranquilizado a la pequeña pero aún así estaba temerosa cosa que no pasó desapercibida por este.
—No tienes nada que temer, recuerda que ahora eres mi hija. —Mencionó este con una leve sonrisa, pero sus palabras sinceras hicieron que la pequeña soltara en llanto.
—¡Papi! —Exclamó Anya mientras abrazaba al Son, quién simplemente la abrazo con cariño.
—Tranquila, nadie volverá a dañarte... —Diría el Saiyan en voz baja.
-Minutos después-
El Son ahora se encontraba hablando con un informante de su disposición, Anya se había quedado dormida en el departamento, pues está al desahogarse se había quedado plácidamente dormida.
—Aquí está lo que me pediste. —Diría el sujeto con lentes mientras le entregaba una carta al espía Sayajin. —Una solicitud para rendir el examen, y la hoja de preguntas, no fue nada fácil conseguir eso, sabes. —Diría este mientras observaba al saiyan.
