𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑽: 𝑁𝑜 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑗𝑒𝑠 𝑣𝑒𝑟𝑡𝑒.

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La navaja en su mano aún cerrada, el hombre que insistía en provocarlo y la mirada expectante de su padre. No había pensamientos, sólo debía tomar una decisión y actuar.  ¿Que estaba Louis esperando que haga con la navaja?, las preguntas y expectativas palpitaban en su mano, su decisión.

Alzó la navaja hasta la altura de sus ojos y la abrió, exhibiendo el filo a todos los presentes, pero a uno en particular, ese hombre que lo estaba confrontando. Se acomodaron en sus asientos, emocionados por lo que él Príncipe haría, en cuanto el otro hombre el cual esperaba reacción no se había alterado en absoluto, no se veía amenazado incluso sonrió.

—¿Me vas a clavar eso?.—Preguntó, hizo énfasis señalando la navaja con burla, demostrando que no lo tomaba en serio.

—¿Y ensuciar este bellísimo traje de Gucci con tu sangre?, No, no hay chance.—Respondió de vuelta, jugando con la navaja entre sus dedos.

Louis adoraba el momento con todo su ser, hacia tiempo ya que no veía acción de la buena, y esta vez era especial, era de Alexander de quien se trataba, que lo sorprendió por completo, impresionado de como se defendía reclamaba su puesto y valor.  Un completo novato luciendose en la primera, era algo para admirar, y deseaba tanto ser parte de ello como compañero y no como esclavo, disfrutar de la soberberbia con aquellos hombres que eran igual de repugnantes que ricos, honestamente el amaba pasarlos por encima, y  sin mencionar que tenian el placer de reírse por ser intocables. Pero la suerte nunca estuvo de su lado, y ahora debía estar a su costado callado viendo como Alexander tomaba solo el control, y aunque aquella actitud salía con naturalidad, solo él sabía cuanto Fox estaba fingiendo, y cuanto lo estaba dañando también.

—Solo dejaré algunas cosas claras.—Dijo Alexander.

Enseguida sujetó a Louis del brazo y lo sentó en su asiento, se colocó al frente y desde allí arriba cruzó miradas, queriendole decir de todo y explicar lo que estaba apunto de hacer.

Detente.

Y Louis pareció entenderlo todo tal y como él quería, alzó sus cejas una vez y una pequeña sonrisa pícara apareció en sus labios. Rider le había dicho >>Hazlo.

Pero aún así su corazón decía todo lo contrario. No.

Rajó la tela del costoso traje de Louis con la navaja, justo en la altura del cuádricep de la pierna izquierda y tiró de ella rompiendo el pantalón, dejando descubierta la piel. Se inclinó hacia Louis y se acomodó para comenzar hacerlo.

—Será mejor que te quedes quieto, ojitos lindos. Esto quedara en tu piel por el resto de tu vida.—Murmuró Alexander a Louis, queriendole poner chispa a él momento.

—Jodete.—Susurró Louis cerrando sus ojos, maldiciendo al karma por dentro.

Era un espectáculo, y todos estaban emocionados por verlo, ambos de ellos también, cegados por el momento y la euforia pudo controlarlos hasta el punto de sentirse una pizca de emoción, lo necesario para impulsarlo. Apoyó el filo de la navaja en la blanquecina piel de Louis, abriendo paso a la sangre a aparecer, cortando y desgarrando los tejidos con suavidad, lastimando tan solo un poco el músculos a su paso, dibujando su nombre con mucha más prolijidad que Louis cuando hizo lo mismo, sin ir muy profundo marcó su nombre y apellido en la pierna de su esclavo, para que todos sepan a quien pertenecía.

ALEXANDER FOX.

La sangre se derramaba y manchaba todo alrededor, cayendo al suelo y formando un pequeño charco, los ojos de Louis brillaban un poco más de lo normal y sus labios estaban rojizos e hinchados de morderlos para resistir el dolor. Una vez que lo finalizó no se detuvo a ver su "obra de arte", alzó a Louis del brazo y lo sostuvo de la cintura para sentarse nuevamente en su lugar y lo colocó encima de su regazo, sin importarle la sangre que caía en ambos cuerpos.

PRÍNCIPE. ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora