Capitolul nouăsprezece┇𝚂𝚘́𝚕𝚘 𝚜𝚎𝚛𝚊́ 𝚝𝚎𝚖𝚙𝚘𝚛𝚊𝚕

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Se abrazaron el silencio hasta que ya no quisieron derramar una lágrima más.

Draco beso sus mejillas, su nariz y sus rojizos labios, aprovechando que no podría hacerlo mañana.

Tomó su rostro, haciendo que Harry lo mirara, con ojos cansados de llorar, aun así, sonrió.

— ¿Puedo amar a alguien en tan poco tiempo? — murmuró el mayor, aunque fue un pensamiento que se escapó.

Harry sonrió, decorado sus ojitos con arruguitas.

— El corazón no pide permiso para amar, alfa. Tampoco pide tiempo— dijo—. Además... Somos predestinados, Draco, ya nos amábamos, sólo necesitabas darte cuenta...

Draco no pudo sonreír del todo.

No sabía si aquello era muy injusto, o muy justo.

Harry era demasiado para él, alguien tan dulce, tan tierno, con esa apariencia digna de un ángel, con el don de ser un adorable amigo peludo a voluntad... Alguien así no merecía un delta como él, una vergüenza de alfa, un don nadie en el mundo.

Tenía toda la suerte del mundo por sólo conocerlo, y no se iba a cansar de repetirlo, porque era la única certeza que tenía en ese momento.

— Harry— lo llamó, el tono hizo que el omega borrará su sonrisa—, hay personas que nunca encuentran su predestinado... Hay quienes ni siquiera tienen... Yo... Creo que debes buscar a alguien mejor.

Harry pareció decepcionarse con sus palabras.

— No quiero a nadie más— dijo, con total seguridad, mirando directamente a sus ojos.

Draco negó ligeramente.

— No quiero que esto sea difícil.

— Nunca fue fácil, no pongas excusas.

— Bien— Draco dio un pequeño suspiro—. No quiero que sea más difícil.

Harry no dijo nada.

No quería rendirse, no podía rendirse, no después de haber llegado hasta ahí.

— ¿Sabes cuándo fue la primera ver que sentí tu olor, Draco?

El rubio alzó una ceja, no sabía de a dónde ni a qué venía esa pregunta.

— Cuando viajé a Epsom para conocer a uno de mis pretendientes— dijo—, Ronald Weasley, alfa, con olor a cerezas y menta un poco demasiado fuerte, al punto de que pensé que era así porque estaba en celo, y agradecí tener el collar por cualquier cosa que intentara conmigo.

>> Pero no intentó nada. No estaba interesado, y tampoco en celo, su olor fuerte era una peculiaridad. Me dijo que necesitaría tiempo para saber si quería algo conmigo o no, y que había aceptado la reunión conmigo porque no tenía ninguna razón para decir que no.

>> Pero todo ese día pasábamos hablando, y me habló de ti, mucho.

Draco se sentía un poco atacado por el informalismo, pero sabía que era una costumbre del omega, de cuando se molestaba.

— Me mostró tu habitación, Draco— continuó—. Ronald no lo sentía, pero yo percibía perfectamente tu olor, en toda la habitación.

>> Por primera vez sentí algo, mí lobo reaccionó a tu olor, quería mostrar sumisión y tuve que salir de allí para no agobiarme, no sabía lo que me pasaba... Pero mi lobo sí, sabía que había encontrado a mi predestinado, aunque no estaba allí, eso lo hizo desesperarse un poco.

DELTA- DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora