Hay momentos en los que aún te extraño, se que pasará, lo sé, aún dueles y mucho, y lo peor es que todavía siento algo.
¿Por qué?
Tu ni te lo mereces, me hiciste demasiado daño, me dolía cada centímetro del corazón, e intercambiaba esos largos momentos de dolor por pequeños momentos de placer.
¿Era lo único que querías de mi?
¿Si era así por qué no me lo pediste?
Yo podía dar mi existencia por tí, pero todo lo tiraste a la basura, como si fuera un desechable más.
Yo te amaba, como a nadie, como nunca he amado a nada, y te dió igual, y quiero perdonarte, solo me falta eso para ser feliz.
Pero me cuesta sabes...
Me duele demasiado, ha pasado ya tanto tiempo, y me duele demasiado, déjame soltarte
¡Deja de aparecer en cada maldito lugar!
Déjame ser feliz...
Déjame sonreir de verdad, y poder confiar sin miedo.
Y sabes, tengo tanto miedo...
No puedo confiar en nadie, no puedo ir por mi cuenta.
Me extraño...
Mas que a nadie...
¿Qué me hiciste?
Me duele no poder ser la misma de antes, veo mi yo de ayer y me da lástima ver en lo que me he convertido, en un juguete desechado y sucio inanimado inmóvil y pusilanime.
Intento actuar madura y hago como que las cosas en mis manos van a estar bien, trato de mostrarme autosuficiente y fuerte, pero solo es una fachada para ocultar mi destrozada y adolorida alma, la cual no puedo reconstruir porque te has llevado partes de ella...
Todo pasará.
Supongo...
