27 de agosto de 2021.
Ya estamos de vuelta en el apartamento después de habernos despedido de PortAventura por todo lo alto. Jamás pensé que nos colaríamos en el lago para bañarnos. Ha sido asqueroso. A pesar del sofocante calor, aún estamos empapadas hasta los huesos y yo creo que tengo algas hasta en las bragas. Ya voy entendiendo porque está prohibido.El plan para esta noche es el mismo que el de las anteriores, salir de fiesta, pero esta vez a una discoteca que nos ha recomendado el grupo de chicos con el que hemos estado esta mañana, lo que no es especialmente de mi agrado. Sinceramente, ya me ha costado bastante aguantar a esos cinco sobrios.
Carol se ha mostrado especialmente entusiasmada por maquillarme, a lo que yo accedo encantada. La verdad es que es una artista y a mi me encanta que me maquillen.
—¡Bien de brilli brilli en los ojos, como a ti te gusta!—Me dice Carol después de aplicarme medio kilo de sombra rosa con glitter en cada ojo, a juego con el outfit que ellas se han encargado de elegir para mí. Mis amigas se han empeñado a que me ponga el vestido de la discordia, el que compré el lunes en Zara con Andrea, Marina y Cathaysa.
—¡MONI, HAZTE LAS TRENCITAS DE ZORRITA!—Me grita Aina desde el salón, donde están Andrea, Sandra y ella maquillándose, con la música a todo volumen.
—Gordi, yo no sé hacérmelas.—Digo apareciendo en el salón, ya completamente arreglada, y bajando la música. Esta mañana ya nos llamaron la atención por el escándalo en la piscina.
—¡Moni, vas espectacular, tía! Déjame hacerte una foto para mandársela a las niñas.—Me dice Andrea, haciendo referencia a Marina y Cathaysa, con el móvil en la mano, a lo que me tapo la cara de inmediato, intentando evitar que lo haga.—¡Y NO QUERÍA COMPRARSE EL VESTIDO...!
—Mira a ver si con un poco de suerte, la ve también su primo.—Grita Carol desde el baño, mientras ella se maquilla.
—¡QUE OS CALLÉIS YA, QUE PESADAS!–Digo mientras me siento en el sofá, esperando a que Aina traiga las gomitas para hacerme las trenzas.
—Me reporto en tu zona, cada día más culona.—Canta Aina mientras me peina. Bad Gyal es la diosa a la que rezamos en este grupo.—Por este cuerpo tu me mudas a Barcelona.—Canta a modo de indirecta con una sonrisa picarona y tira de la trenza que me acaba de hacer, haciendo que hagamos contacto visual mientras me da un toquecito en la nariz, a lo que yo automáticamente desvío la mirada negando y pegándola un golpe en el brazo.—¿Qué te apuestas a qué en menos de seis meses te lo follas?
—¡Calla!—Digo poniéndome roja, pero ella sigue poniéndome una mirada desafiante.—¡Un Luisvi! Así que, cállate.
—Trato hecho.—Dice ella extendiéndome su brazo en busca de un apretón de manos para sellar la apuesta.
Cuando, por fin, todas acabamos de arreglarnos, bajamos del apartamento y nos ponemos camino hacia el restaurante en el que vamos a cenar. Estoy tan agradecida con ellas. Me siento más guapa que nunca. Quizá esto era todo lo que necesitaba para levantar mi autoestima.
—¿Nos podemos ir ya, por favor? Tengo hambre.—Pregunto a mis amigas cansada. Llevamos más de un cuarto de hora haciéndonos fotos en el paseo marítimo.—¿Voy a tener que arrastraros como el miércoles?—Resoplo al recordar ese vergonzoso momento, haciendo que mis amigas emprendan camino hacia el restaurante en el que vamos a cenar.
Una vez sentadas y habiendo pedido la cena, Aina, quien está sentada frente a mí, me hace una foto que me pilla totalmente desprevenida.
—¡Mira que guapa!—Dice mostrándome la foto. Salgo mirando a Sandra, quien está a mi derecha, sonriendo, ya que estábamos recordando el momento en el que Carol empezó a coquetear con Adrián esta mañana. Mi mirada va directa a mi escote, lo que hace que inmediatamente me suba la parte superior del vestido. Le ruego a Aina que no suba la foto a sus historias, lo que es totalmente inútil.
ESTÁS LEYENDO
Perfecto | Pedri González
FanfictionMónica Rubio Ortiz sabe que tocar fondo es la mejor opción para llegar a lo más alto. En su intenso camino hacia la perfección, se cruza con la joven estrella del Fútbol Club Barcelona, Pedri González López, quien la hará sentir como si brillase con...