25 de agosto de 2021.
Hoy es el día. Hoy conoceremos el destino de nuestro esperado viaje.
A pesar del episodio de anoche y de las súplicas de mis padres, decido seguir con el plan. Lo peor de la enfermedad es que supone una limitación para hacer muchas cosas. Llevo pastillas, además del ventolín, tanto en la mochila como en la maleta. Mis padres les han pedido a mis amigas que ellas también lleven en sus maletas por si la mía se pierde.Son los padres de Aina los que nos llevan al aeropuerto. Durante el trayecto, converso animadamente con ellos, como de costumbre. Ellos me dicen que no es lo que espero, pero va a gustarme incluso más. Tenemos una relación realmente estrecha.
Aina es la amistad más larga que conservo. Es lo más cercano que tengo a una hermana. Nos conocimos en el colegio y nuestros padres enseguida congeniaron. Para mis padres, Aina es como su hija, y viceversa. Pasamos innumerables tardes juntas el parque y en verano, viajábamos con nuestros padres a Cádiz para pasar las vacaciones.
El aeropuerto es muy pequeño. Cuando anuncian la puerta de embarque para Barcelona, mis amigas sacan un sobre en el que pone mi nombre. Al abrirlo, veo escrito lo siguiente:
Las aventuras comienzan aquí.
Detrás del papel, hay cinco entradas para PortAventura. Estoy alucinando. Tengo las mejores amigas del mundo.
Andrea, para la que también era la sorpresa, también se alegra, pero no se muestra tan emocionada como yo, que salto de alegría, literalmente. Intensita es mi apellido.
El vuelo transcurre con total normalidad, sin embargo, muestro el mismo nerviosismo de siempre, por lo que mis amigas me obligan a tomarme un calmante. No me da miedo volar, pero es inevitable que se me pasen por la cabeza las miles de situaciones que pueden acontecer. Supongo que esto también es fruto de mi trastorno, pero no puedo permitir que mi enfermedad me impida disfrutar, esta vez, de mis amigas. La tensión no cesa una vez que aterrizamos, si no que se mantiene hasta el angustioso momento de recoger nuestras maletas.
Paso todo el trayecto hasta Salou callada, pensando en todo lo que pudiese haber pasado y no ha pasado. Esto, lejos de agobiarme, me ayuda a familiarizarme con situaciones que implican que salga de mi zona de confort. Mis amigas no dejan de discutir acerca de los planes sobre un denominador común: Salir de fiesta. Siempre me gustó la fiesta, pero, supongo, que cuando empecé con Ethan, encontré otras alternativas para pasármelo bien. Me recuerdo totalmente fuera de lugar en las últimas fiestas a las que fui. A mis amigas se las daba mucho mejor hablar con la gente, mientras que yo era muy tímida. Pasaba las noches mirando el reloj y mandando mensajes a Ethan. La situación llegó a un punto en el que no podía pasar un solo minuto sin recibir un mensaje suyo. Nos levantábamos y acostábamos a la misma hora. Por eso, cuando se marchó, me sentí totalmente vacía.
—¡Moni, Moni!—Me llama Andrea, sacándome de mis pensamientos, dándome golpes en el brazo.—¡La tienda del Barça!—Me señala a través de la ventana del taxi. Yo asiento y la pido que vayamos luego.
Cuando llegamos a nuestro apartamento, nos cambiamos y nos disponemos a salir a comer a un chiringuito súper chic cercano a la playa que nos han recomendado los padres de Sandra. No es la primera vez que Sandra está aquí, ya que su madre es de Reus. Tampoco es la primera vez para el resto de mis amigas, que ya habían visitado PortAventura en otras ocasiones.
Tras acabar de comer y dar un corto paseo por la playa, me toca cumplir con lo prometido. Mis amigas se vuelven locas cuando entramos en la tienda del FC Barcelona. Gritan como auténticas adolescentes hormonadas. No es para menos, hay fotos de Pedri por todas partes. Yo soy la que muestra más cordura de todas nosotras. Tengo que comprar una camiseta de Pedri para mi primo. Tiene todas las camisetas de Messi desde que 2003 y, tras la marcha del argentino, dice que le parece una traición comprarse la camiseta de Ansu Fati. La verdad que la segunda equipación de este año me parece preciosa. Además de tener un color lila, el escudo es iridiscente y, allá donde haya brilli brilli, estoy yo.
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Perfecto | Pedri González
Fiksi PenggemarMónica Rubio Ortiz sabe que tocar fondo es la mejor opción para llegar a lo más alto. En su intenso camino hacia la perfección, se cruza con la joven estrella del Fútbol Club Barcelona, Pedri González López, quien la hará sentir como si brillase con...