Capitulo 12

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ᴜɴ ᴍᴇs ᴀɴᴛᴇs...

Luego de huir de su manada, de su mejor amigo; Scott decidió refugiarse en el bosque, dónde pertenecen las bestias como él.

Fue un viaje que le tomo menos de medio día en terminar gracias a la ayuda de sus poderes descontrolados. Mccall llegó al aterrador bosque del pueblo de Beacon Hills.

Exhausto, se dejó caer sobre el césped húmedo y comenzó a lamentar todas las terribles cosas que han pasado por su culpa. Sus quebradizos alaridos eran acompañados por el sonido del viento pasando con delicadeza por las hojas de los enormes árboles del lugar.

Lloró por haber lastimado a Stiles, sin mencionar que lo ha defraudado por completo. Juró siempre protegerlo del mundo sobrenatural, más no contaba con tener que protegerlo de si mismo.

Tomó con evidente rabia su cabeza, clavando sus afiladas garras en ella y se dejó romper por la culpa.

Los árboles eran los únicos testigos de los desgarradores llantos del moreno, quien frustrado, gritó para liberar un poco de toda la presión que sentía sobre su pecho. No funcionó.

Cómo si fuera a funcionar, Mccall comenzó a lastimar su propio pecho para liberar él mismo la presión. Clavó sus garras sobre si mismo y empezó a rasguñarse. Cómo era de esperar, lastimarse no solucionó nada, pero el dolor logró calmarlo.

Sentir como sus garras desgarraban su piel era lo que estaba logrando apaciguar su inmundicia. Es entonces cuando recordó que el dolor lo hace humano.

Miró con aflicción sus manos cubiertas de su propia sangre y se convenció de que era la única forma de conservar la escasa humanidad que queda en su ser. Scott volvió a atacar su cuerpo sin piedad.

Sus lamentos y quejidos daban a entender que Mccall estaba sufriendo demasiado, pero algo dentro de él decía que eso estaba bien. Se merecía todo el dolor del mundo por no poder defender a las personas que más ha amado, y provocarse dolor era lo más cercano a lo que él conocía como justicia.

Cuando su cuerpo comenzó a debilitarse por el exceso de sufrimiento, rasguñó por última vez su abdomen, quedando abatido por el dolor, el cansancio y la agonía.

El moreno cayó al suelo mientras sus heridas desprendían sangre a montón. Miró por última vez su mano cubierta de sangre y tierra, notando cómo está ya no tenía las garras que hace un momento había usado para infligirse daño a sí mismo.

El dolor le devolvió un poco de la humanidad que aún conservaba. Así que, con mucho pesar, cerró sus ojos, sin ponerse a pensar que tal vez sería su última noche.

 Así que, con mucho pesar, cerró sus ojos, sin ponerse a pensar que tal vez sería su última noche

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Un mal herido adolescente despertó a mitad del día. El moreno recobraba lentamente la memoria mientras observaba detenidamente a su alrededor.

Cuando al fin se sintió listo para levantarse, su cuerpo entumecido por el dolor de la noche anterior atacó al moreno, obligándolo a caer nuevamente mientras se quejaba. Giró sobre su cuerpo para mirar su abdomen, el cual, mostraba las marcas de anoche. Al ser un alfa, esas heridas tardarán más tiempo en sanar.

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