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Jeon vio cómo su pequeño ángel se adentraba en el salón de clases como era de costumbre, llevaba puesto un abrigo de lana color azul cielo y unos jeans negros, su cabello bien peinado y con una expresión seria en su rostro.

«Sin duda lo más hermoso que veré el día de hoy».
Pensó Jeon con una sonrisa en su rostro.

Soltó un suspiro al darse cuenta de que ni siquiera lo había mirado y ni un "Buenos días" le había dicho.

Solo entró y fue directamente a su asiento, el solo se limitó a mirarlo con "disimuló".

Minutos más tarde, cuando la mayoría de sus alumnos se encontraban en el salón, no esperó más y comenzó a dar su clase, sin muchos ánimos.

Miró hacia donde estaba Jimin serio. Eso se estaba volviendo algo común, extrañaba tanto ver una sonrisa en el rostro de Park, ahora solo podía presenciar su rostro sin expresión o seriedad.

Extrañaba verlo responder sus preguntas, verlo entusiasmado por algo en la clase, pero ahora estaba serio, ni siquiera prestaba atención a la clase.

Ya no iba con él al final de las clases para qué le explicará o le ayudará en algo, tampoco era uno de los últimos en salir del salón, ahora era uno de los primeros en irse.

Y había pasado una semana desde que empezó actuar así. Extrañaba tanto la actualidad de Jimin con él, antes.

Y lo peor de todo es que no sabía el porqué de su actuar.

- ¡Maldita sea joder! - gritó con frustración, llamando la atención de todos sus alumnos.

Decir que todos los presentes se encontraban sorprendidos era poco, algunos hasta tenían la boca entreabierta. Nunca habían oído a Jeon Jungkook, su profesor de literatura, decir alguna grosería.

Es que incluso él se sorprendió. Él decía cualquier tipo de groserías, claro que lo hacía más cuando se enojaba, pero no en su salón de clase, ni frente a sus alumnos. Era la primera vez que decía algo así frente a ellos.

Pero aquello le dio simplemente igual y siguió su clase, algo cansado.

Solo dio las orientaciones importantes, no estaba de ánimos para dar una clase animada como de costumbre.

Y en menos de nada la clase había terminado.

Aún faltaban más de 20 minutos para que la clase terminara. Así que dejo que hablaran entre ellos.

>>>

El timbre sonó dando a conocer a los estudiantes que la clase había terminado y debían de ir a la siguiente. Todos salieron del salón poco a poco. Jeon solo pudo suspirar al pensar que otra vez nuevamente Jimin sería uno de los primeros en salir del salón.

Pero grande fue su sorpresa al ver que Jimin aún no había salido del salón, estaba frente a él, nervioso.

- ¿Acepto la propuesta de mi madre, profesor Jeon? - dijo con seriedad, pero en sus pequeños ojitos color miel se podía notar un pequeño brillo.

Cosa que no pasó de esa percibida por Jeon, este lo miró curioso. ¿Acaso Jimin quería que le diera tutorías?

- Sí... Acepté su propuesta hoy en la mañana, confieso que la oferta me sorprendió mucho, no eres malo en mi materia, al contrario, eres uno de los mejores, pero si tu madre vino a mí a hacerme esa propuesta fue por algo -miró al menor - Así que decidí aceptar.

Park dio varios saltitos en su lugar. Se notaba lo emocionado que estaba y esa sonrisa que tenía en su bonito rostro, le dio mil años de vida a Jeon.

Una sonrisa se formó en su rostro al ver aquella escena tan hermosa frente a sus ojos. Jimin se veía tan bonito todo emocionado.

«Tan adorable»
Pensó Jeon.

Jimin corrió hacia él y lo abrazó fuertemente. Jeon tardó unos segundos en corresponder, sin duda no esperaba aquella acción del rubio, pero le había hecho demasiado feliz.

Sentir el cuerpo del menor entre sus brazos era una de las mejores sensaciones que podía sentir.

Si fuera por él, lo tuviera entre sus brazos toda la vida.

Jimin al darse cuenta de lo que había hecho, se separó de su profesor muy apenado y con las mejillas pintadas de un fuerte carmesí.

- L-lo... Lo siento, solo me emocioné...

El mayor lo miró y estaba sorprendido. ¿Emocionado? ¿Por qué estaba tan emocionado porque le diera tutorías? Bueno, le valían una mierda las respuestas (no tanto). Él también estaba emocionado por aquello. Mucho.

- Tranquilo, Park, no importa - le sonrió un poco-. Mejor ve a tus clases ahora o llegarás tarde, nos veremos más tarde en tu casa.

- Está bien - sonrió y salió corriendo del salón, no sin antes gritar un: Adiós, profesor Jeon.

Jeon sonrió aún más y, cuando lo vio desaparecer por la puerta, habló.

- Adiós, pequeño - susurró.

- Sí que ese niño te trae loco, Jeon - soltó una risita.

Jeon se sobresaltó y miró mal a su mejor amigo. Yoongi. Este ha sido su amigo desde la infancia y tenían una amistad algo peculiar.

- ¡Maldito seas, Min Yoongi! - gritó con la mano en su pecho, lo había asustado.

- Así tendrás la conciencia - volvió a reír- Y no te enojes conmigo, ni que estuviera mintiendo - sonrió pícaro.

- Jamás dije que mintieras, solo que me asustaste y tengo la conciencia muy limpia - dijo lo último sin el mismo creerlo- Por cierto, ¿de dónde cojones saliste, gato mal parido?

Min lo miró con seriedad.

- Estoy aquí desde hace unos minutos, rata de alcantarilla. Lo que pasa es que estabas tan concertado en ese niño, que ni siquiera notabas mi presencia - dijo indignado- ¿Y por qué te abrazo? Llegué justo cuando te abrazó, pero no sé la razón. ¿Me cuentas qué pasó? - hizo un pequeño puchero.

- No sé...

- Vamos, solo dime, no seas malo conmigo, ratita... Cuéntame, sabes que soy chismoso y no pararé hasta que me cuentes todo.

- ¡Qué no sé!.. -Lo mira mal - Cuando le dije que acepté la propuesta de su madre... empezó a dar saltitos todo emocionado, con una sonrisa tan hermosa y con sus ojitos brillantes... Luego se acercó a mí y me abrazó.

El mayor lo miró extrañado y muy confuso.

- Eso, sí que es extraño - dijo algo pensativo y luego de unos tres minutos volvió a hablar- ¿Él no era el que parecía estar enojado y estaba distante contigo?

- Pues sí...

Min se quedó pensando acerca de aquello, le parecía muy curiosa la forma en la que actuaba Jimin, él, gracias a Jungkook, sabía todo lo que pasaba entre ellos y no porque quisiera (un poco sí), sino porque Jeon era tan poco sociable que apenas tenía amigos y como él era uno de esos pocos, le contaba hasta lo más mínimo que pasaba, cada día.

Tuvo que dejar sus pensamientos a un lado cuando Jeon le dijo que era hora de que se fueran, ya que él tenía que prepararse para la tutoría que le daría a Park más tarde.

Tuvo que dejar sus pensamientos a un lado cuando Jeon le dijo que era hora de que se fueran, ya que él tenía que prepararse para la tutoría que le daría a Park más tarde

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🪼 | Hola, hola ¿Como están?
¿Qué tal sus días?

TEACHER い KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora