Capítulo 30: Chocolate flavor

231 38 29
                                    

Pienso que una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada, y es a eso a lo que he dedicado la mía.

-Luciano Pavarotti




Inuyasha

Kagome sonríe un poco mientras Sango y Kikyo hablan con ella, sus ojos se hacen más pequeños cuando hace algo que tenía tiempo sin ver en ella; ríe a carcajadas. Estoy tan sorprendido que de hecho no me muevo, permanezco de pie a la lejanía mientras que Naraku y Miroku hablan de algo a lo que no le estoy prestando nada de atención.

Tengo que admitir que admitir que luego de que Kagome leyera la carta que Koga dejó es como si un peso hubiese desaparecido de sus hombros. Kagome se ve más ligera y sé que desde ahora poco a poco ella irá mejorando.

Una confirmación de eso es la sonrisa que lleva en los labios, además de que la terapeuta que está viendo le está ayudando mucho.

—Esta chica te trae de las babas—habla Naraku haciendo que aparte la vista de Kagome para posarla en él.

—¿Qué?—pregunto haciendo que Miroku ría.

—Hoy es viernes, sabes que hay karaokes, Kagome nunca ha estado en uno por lo que pensamos en que sería bueno para ella que se distraiga un poco—muerdo mi labio pensando, porque si bien Kagome mejora todavía no olvido las notas llenas de odio que recibía a su habitación.

Kagome no sabe que yo mismo me encargué de revisar todas las cámaras de seguridad hasta conseguir a cada una de las personas que le envió esas horrorosas notas. Tuve una charla algo tensa porque independiente de que se trate de Kagome, ese tipo de comportamiento no lo aceptare en la academia.

Ahora, lo de nuestra supuesta relación está haciéndose cada vez más ruidosa lo cual me tiene algo incómodo porque lo último que quiero es que caiga más peso sobre Kagome, pero tampoco quiero negar lo que tenemos.

¡Dios! Como quisiera gritar que esa preciosa y talentosa mujer me ha aceptado en su vida.

—Eso habría que preguntarle a Kagome—aseguro y ellos asienten. Vemos a las chicas acercarse sonriendo y cuando Kagome se posa a mi lado no puedo evitar buscar su mano para entrelazar nuestros dedos.

Ella se sonroja un poco, pero gira a mirarme haciendo que todo mi entorno gire alrededor de ella cuando caigo una vez más bajo la pureza, dulzura y limpia mirada que posee.

Kagome es una chica preciosa, pero creo que su interior es aún más hermoso. Tiene tantos sentimientos hermosos para el mundo, así como sueños tan puros que es admirable que aún existan personas como ella.

—¿De qué hablaban?—pregunta Sango con curiosidad.

—Hoy es noche de karaoke ¿quieren venir?—pregunta Miroku.

Observo a Kagome quien se tensa un poco y sé que debe estar pensando en que habrán muchas personas, pero yo aprieto su mano y ella me mira, le regalo una sonrisa calmando la ansiedad en su rostro y ella suspira.

—Está bien—susurra con esa voz melodiosa que posee. Miroku sonríe satisfecho al igual que Naraku, supongo que todos ellos acordaron esto.

—¿Deberíamos cantar?—pregunta Kikyo con emoción.

Veo como Sango la aleja de mi mano mientras habla con ella, me hace seña de manera disimulada y miro sobre mi hombro como hay dos personas mayores mirándome para luego murmurar. Mi cuerpo entra en tensión sabiendo lo que significa; me estarán vigilando.

Sigue el ritmo de mi vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora