Todo el aula estaba en un gran ruido ya que uno de los maestros encargados de enseñar aritmética a los niños faltó el día de hoy debido a un problema con su esposa, había solicitado el divorcio y fue llevado a juicio con respecto a bienes y custodia de los hijos. Los pequeños no estaban felices por la desgracia del profesor en si, pero conociendo las reglas en Edén difícilmente los estudiantes tienen tiempos libres ya que sus obligaciones son exigirse así mismos en sobresalir más que los demás o mantener el orgullo de la familia en alto gracias a su instancia en la academia, por tal motivo quieren aprovechar ese valioso tiempo libre antes de la siguiente clase porque volverían a la misma rutina de siempre.
Sin embargo, no todos estaban rebozando de alegría en el aula porque una pequeña niña de cabello rosa y ojos verdes estaba triste sumergida en sus pensamientos, o más bien, angustiada cuando ella debería ser ella la persona más feliz del mundo por no recibir clases.
En cambio portaba una expresión afligida.
Su amiga Becky indagaba para saber la causa de su tristeza, no obstante ella con una sonrisa trataba de darle entender que todo estaba bien, no había razón por el cual preocuparse y lamentaba haberla hecho inquietar. Damian sabe que nada de lo que dice es cierto, ha observado a Anya tanto tiempo como para darse cuenta cuando algo le preocupa. No era muy cercano a ella al punto de preguntarle directamente el problema, pero llegaría a la causa de este misterio.
Odiaba ver a Anya triste, si por Damian fuera le entregaría a la pequeña todos los cacahuates del mundo con tal de ver su sonrisa e incluso, vestiría un traje de maní para hacerla reir aún si moría de vergüenza a causa de ello, nada valía más que la felicidad de Anya. Si, porque Damian la quería mucho, no importa si pone mil peros en su cabeza sobre no gustarle porque al final de todo era mentira, apreciaba demasiado a esa niña tonta.
Terminando las clases se levanta de su puputre para ir con Anya disimuladamente, tratando de no verse preocupado por ella.
—Oye Anya —Damian estaba a punto de llamarla usando el sobrenombre que le puso ❝ Niña fea❞ , mas no lo hizo porque creyó que no era el momento adecuado para molestarla de esa manera, incluso Damian puede leer el ambiente y si trata a la pelirosada sin delicadeza pueda provocar un desastre y ella lo odiaría de por vida.
Anya levantó la vista observando al pelinegro, al fin y al cabo necesitaba llevarse bien con él por la misión de su padre. Al principio se sorprendió porque rara vez la llama por su nombre, no obstante no sintió disgusto, y sonrió débilmente.
Damian titubeó unos momentos a causa de la sonrisa de Anya, Ewen intenta mover al pelinegro para que terminara de hablar porque todos esperaban a que Damian terminara su frase, pero un leve sonrojo se apoderó de sus mejillas olvidando que iba a decirle a su amor platónico.
—¿T-te gustaría que te invite un helado? —fue lo único que se le ocurrió a último momento, Ewen y Emile quedaron atónitos ante su pregunta conociendo a su lord jamás actuaría de esa forma y mucho menos invitándole un postre a Anya Forger.
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❜ |Protegerla de ti
Fanfiction♡La actitud de Anya es sospechosa, vive con miedo pero se niega a hablar de lo que sucede, no quiere preocupar a nadie y mucho menos a sus personas preferidas en el mundo... Yor y Loid. ¿Qué hará Damian al respecto? [Damianya ] ➙ •Fic corto. ...