Secretos (Trilogía Amor Oscuro: Libro I)

Capítulo 42

Días después

—Vamos Megan entra. —Entro en la casa de Chloe—En esta casa te vas a quedar Meg. —me giro para verla.

—No hace falta que hagas esto. —Susurro en voz baja—Podría haberme quedado en mi casa.

—Lo sé pero por tu seguridad es mejor que te quedes en mi casa. —Explica con tristeza en sus ojos—Ven vamos a la habitación en la que te vas a quedar. —asiento antes de seguirla por las escaleras.

Al llegar a la segunda planta de la casa nos vamos hacia el lado izquierdo en don entramos en la última puerta del fondo.

Chloe abre la puerta rápidamente, ella es la primera en entrar, seguro para luego se gira para hacerme una señal de asentimiento que indica que me pase. Al entrar me quedo embobada al ver el dormitorio que es muy grande y espacioso.

—No tienes que hacer esto. —vuelvo a susurrar.

—Ya sabes lo que pienso. —advierte.

—Sé que piensas que todo fue tu culpa pero no es así. —Le aseguro—Tu sabias que eso iba a pasar.

—Pero aun así no estuve contigo.

—Créeme. —Le pido viéndole a los ojos—Fue mejor que no estuvieras conmigo en ese momento.

—Megan...

—Estoy rota Chloe. —acepto con tristeza en mi—Y no sé si podre algún día recuperarme.

—No digas eso. —me pide. —Tú te recuperaras.

—No Chloe. —sollozo—Liam no solo me destrozo por dentro sino que también por fuera.

—Tienes que ser fuerte y valiente para que puedas superarlo todo.

—No puedo Chloe.

—Tú puedes. —pide con determinación—No permitirás que nada de lo que sucedió te atormente. —asiento ante de abrazarla. —Ahora prepárate que ya va ser hora de dormir. —pide antes de separarse. —Mañana volvermos a la escuela y todo este austo estará olvidado.

———

Termino de abotonar el ultimo botón de mi uniforme, luego de eso me voy hacia el espejo de cuerpo entero que esta frente a la cama.

Es justo ahí cuando me doy cuenta de los moretones que decoran mi rostro incluyendo mi labio que está roto, no puedo contener las lágrimas de mis ojos sé que esto es débil pero me duele ver mi rostro tan maltratado.

—Creo que deberíamos maquillarte. —la voz de Chloe me saca de mi sistema.

— ¿A qué te refieres? —pregunto volteándome para verla.

—A que si gustas puedo maquillarte para que no se noten esas marcas.

—No. —Niego—Estos moretones son la prueba de que sigo viva.

—No tienes por qué ir así.

—Despreocúpate. —Le quito importancia—Esta es mi realidad y me toca que aceptarla. —me encojo de hombros.

—De acuerdo. —Acepta— ¿Has hablado con Adam? —pregunta.

—No.

— ¿Por? —la confusión invada en su rostro.

—Le agradeceré toda la vida que me haya salvado pero eso no significa que las cosas se resuelvan.

—Sé que sería incomodo preguntarte pero tengo que hacerlo. —Admite— ¿Qué paso antes del accidente? —lo pienso antes de hablar.