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Desde que le habían dado la noticia que se encerró en su habitación y no quiso salir para nada ni hablar con nadie

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Desde que le habían dado la noticia que se encerró en su habitación y no quiso salir para nada ni hablar con nadie. Ni siquiera con su novio que estaba fuera del dormitorio sentado en frente de la puerta llorando.

Minho escuchaba los sollozos de su novio pero no tenia las fuerzas suficientes como para ir a consolarlo. Su cabeza comenzaba a doler y sus ojos estaban pesados por las lágrimas. Su celular no dejaba de vibrar, eran sus amigos llamándolo pero no quería estar para nadie.

El dolor en su pecho era demasiado. Cerraba sus ojos y veía a su amigo sonriéndole. La imagen de Han en el suelo bañado en sangre se repetía una y otra vez. Recordó como el castaño de apariencia de ardillita la primera vez que se vieron sabían que iban a ser grandes amigos.

Su compañero de pena, felicidad y de todo se había ido. Ya no tenia a nadie con quien llorar viendo dramas, o al escuchar músicas. Su corazón se estaba rompiendo poco a poco.

Y la idea de un mundo sin Han era horrible.

Escucho unos pequeños golpecitos en la puerta y suspiro. Sabia que Felix estaba mal también y se dio cuenta que era egoísta hacerle eso. Con mucha dificultad se levantó de su lugar y fue hacia la puerta. Al abrirla vio a su pequeño novio cubierto en lágrimas, tenia un suéter que Han le había regalo en su cumpleaños pasado.

Ambos estaban dolidos. Minho no lo dudo ni un segundo y abrazo a su novio. Comenzaron a llorar por el dolor que sentían.

__ Minho... lo siento, lo siento — comenzó a decir el rubio.

Lee sabia a lo que se refería y se odio por todo esto. No quería que Felix se sintiera así.

__ Amor... - tomo de la cara a su novio

__ No pienses cosas tontas, ok? — la voz de Minho salía en un tono dulce.

Aún estando abrazados caminaron hacia la cama y se acostaron. Felix con la cabeza en el pecho de Minho y este último hacia caricias en la espalda de su pareja. Se quedaron en silencio, la habitación estaba a oscuras. Ambos chicos lloraban en silencio.

Y los recuerdos de su amigo lo golpeaban de manera abrupta, era como una película, todos los momentos junto al chico se repetían en sus cabezas.

RULES | Minlix AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora