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¿Cómo es que terminé aquí? Ah sí, fue porque tuve un ataque de empatía, Yamaguchi me ablandó demasiado

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¿Cómo es que terminé aquí? Ah sí, fue porque tuve un ataque de empatía, Yamaguchi me ablandó demasiado. Pero ya no hay vuelta atrás, estoy parado fuera de la clase de ese idiota esperando a que salga. ¿Por qué se tarda tanto? Hace diez minutos que estoy esperando, el recreo terminará en cualquier momento, así que simplemente entro para encontrármelo recostado sobre su mesa. No me sorprende que tenga esas notas. Me acerco y jalo un poco su cabello para despertarlo.

—¿Tsukishima? —se incorporó mirándome extraño—. ¿Qué haces aquí? —habló en medio de un bostezo. Ni siquiera se cubrió la boca.

—¿Y bien? —me senté en el asiento de en frente—. ¿Me dirás de quién estás enamorado? —elevé una ceja sólo para molestarlo.

Me miró con el ceño demasiado fruncido. Parecía dudar, pero lo entiendo, es decir, vivimos en un país homófobo, por lo que es muy difícil confiar en alguien y que esa persona no te mire con asco. Es por eso que Yamaguchi y yo salimos en secreto, si nos besamos procuramos de que no haya nadie o nos aguantamos hasta estar en la habitación de alguno de los dos. Afortunadamente yo conté con los consejos de Kuroo-san y Bokuto-san, quienes aceptaron con total normalidad el que esté enamorado de mi mejor amigo, pero Kageyama, él no es particularmente cercano a nadie más que Hinata. Tal vez es por eso que decidí ayudarlo, porque se lo que es no tener a nadie con quien hablar.

—Vayamos a otro sitio —dijo luego de ver a su alrededor. Es verdad, que se enteraran sus compañeros podría ser perjudicial para él.

Caminamos hasta llegar a un lugar apartado del patio, apenas y se oían las voces de los demás, por lo que aquí podemos hablar tranquilamente.

—Hinata —me quedé en silencio esperando que continuara—. Él es quien me gusta.

Bien. Esperaba que titubeara un poco o que al menos se pusiera nervioso, pero estamos hablando del rey, él no tiene ningún reparo a la hora de hablar.

—De seguro te doy asco —rio, pero yo no moví ni un músculo. ¿Por qué saca conclusiones apresuradas?—. Tal vez esperabas que dijera Yachi-san o el nom…

—No me das asco —lo interrumpí—. Sólo me sorprendiste un poco, no esperaba que lo dijeras tan fácilmente —me encogí de hombros.

—¿Qué? —parpadeó sorprendido—. ¿Ya lo sabías? —otra vez su cara se tornó roja. En serio quiero tomarle una foto para luego chantajearlo.

—Bueno, ayer me di cuenta, estabas muy raro.

—Es que… —rascó su nuca—. Hace dos días me di cuenta de lo que sentía —ahora el sorprendido soy yo—. Tal vez no lo entiendas, pero ahora cada vez que lo veo, todo, incluso sus estupideces me parecen demasiado lindas —admitió con una pequeña sonrisa. El enano si que lo trae perdido.

Será un problema para el equipo si no lo ayudo. Bueno, no es como si eso me importara mucho, después de todo es sólo un club. Si Yamaguchi me oye decir eso, lo más probable es que me golpee.

—Te entiendo totalmente —no eres el único enamorado, rey—. Pero no entiendo el por qué me estás contando esto.

—Quiero que me ayudes a declararme, muchas chicas se te declaran casi a diario, debes tener experiencia saliendo con ellas —¿debería decírselo? Ni siquiera me he declarado a mi novio, fue él quien dio un paso adelante.

—¿Y estás seguro de esto? —asintió—. Una vez que lo hagas ya no hay vuelta atrás y no quiero tener que escucharte llorar.

—Estoy seguro de que soy correspondido —aseguró. Ojalá yo hubiera tenido esa seguridad para poder declararme.

La campana sonó, así que no pude agregar más, estamos lejos del edificio y tenemos que apresurarnos para llegar antes que los profesores.

—Bien, pensaré en algo y luego te lo diré.

No sé nada sobre declaraciones. Creo que una carta sería demasiado cursi para ser Kageyama, una serenata muchísimo menos. ¿Indirectas? No, Hinata es demasiado idiota, no las captará a ninguna. Tal vez que el pelinegro le diga todo de manera sincera, pero dudo mucho de eso, él no es una persona con un vocabulario muy amplio, si bien puede hablar de manera directa, lo más probable es que no se le entienda o que el enano no entienda el mensaje y culminaría con un ¡Hinata, idiota!.

Si fuera otra situación le pediría ayuda a Yamaguchi, pero no estoy seguro de si a Kageyama le sea cómodo. Yachi-san es otra opción, pero lo más probable es que de los nervios hable de más, ¿Shimizu-sempai? Ella es la más madura de todos junto a Sawamura-san, tal vez comprenda y me pueda ayudar. Pero hasta no estar seguro, seguiré pensando solo.

Maldición, ni para declararme a Yamaguchi pensé tanto.

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Necesito Tu Ayuda (KageHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora