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Bien, terminamos por explicarle todo a Yamaguchi, bueno, sólo fue Kageyama diciéndole sobre sus sentimientos y en como él asegura que es correspondido

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Bien, terminamos por explicarle todo a Yamaguchi, bueno, sólo fue Kageyama diciéndole sobre sus sentimientos y en como él asegura que es correspondido. El pecoso no emitía sonido alguno o mostraba alguna expresión siquiera. Cuando se pone así es imposible leerlo, incluso para mí que lo conozco desde niño. Obviamente no lo va a rechazar, él, por muchísimas razones sería el último en hacerlo, pero no puedo predecir lo que vaya a decir o hacer. ¿Y si su amabilidad desapareció luego de estar tanto tiempo conmigo?, no creo que eso suceda. Creo.

—Entonces —dijo luego de unos minutos que parecieron eternos—. Estabas así de raro porque te diste cuenta de tus sentimientos, —Kageyama asintió ante la afirmación, más no habló para dejarlo continuar—. Y creíste que Tsukki podría ayudarte —volvió a asentir. Yamaguchi comenzó a reír de manera casi escandalosa. ¿Qué es tan gracioso?

—¿Cuál es la gracia? —preguntó el pelinegro visiblemente confundido. Podía jurar que su cabeza echaba humo. Miré a mi novio dándole a entender que preguntaba lo mismo. Nunca creí que compartiría neurona con el rey.

—Tsukki, es muy inteligente en la escuela y a la hora de jugar —intentaba calmar su risa. Creo que ya se hacia donde se dirige esto—. Pero, con las declaraciones es un desastre —lo fulminé con la mirada, no era necesario decirlo.

—Cállate, Yamaguchi —acomodé mis lentes en un intento por ocultar mi vergüenza. Ahora Kageyama tiene algo con que molestarme, podría chantajearlo con Hinata, pero de seguro atacaría con el hecho de que no se declararme. Patético.

—Lo siento, Tsukki —esa frase con los años ha perdido culpa y sólo lo dice por mero gusto. Tadashi, te has vuelto un ser malvado, me enorgulleces.

—¡¿Entonces accediste a ayudarme sin saber nada?! —me gritó, pude sentir algunas gotas de saliva llegar a mi cara. Que asco.

—¡Agradece que haya accedido ayudarte, rey idiota! —lo alejo un poco mientras limpio de manera exagerada mi rostro.

Miro a mi novio que sonríe divertido, como casi siempre hace cada vez que discuto con el dúo raro. Siento que mi corazón da un vuelco, posa su mirada en mí, lo hace siempre pero aún así no me puedo acostumbrar. Por eso entiendo totalmente al pelinegro, una simple acción puede alterar todo tu sistema y por no hablar del comportamiento, sonríes como un idiota, se te atoran las palabras y sólo dices idioteces. Bueno, eso es lo que conozco por experiencia propia, según Kuroo-san todos tienen experiencias distintas y luego procedió a contarme como conquisto a Kenma-san disfrazado de Nintendo, pero sólo hasta ahí escuché porque decidí ignorarlo. También Bokuto-san me dijo lo mismo, sólo que según él, sus increíbles remates conquistaron a su novio, cosa que Akaashi-san negó rotundamente. Aún no entiendo como es que les confié mis sentimientos a ellos, tal vez porque irradian una confianza inquebrantable que hace que quieras contarle hasta tus más oscuros secretos. No son malos, solo son idiotas que comparten la única neurona que tienen.

—Ya, ya, no peleen —sonrió. Pero era la misma sonrisa que siempre nos daba Sawamura-san cada vez que lo hacíamos enojar. Hasta Yamaguchi se ve aterrador—. Lo único que se me ocurre en este momento, es darle celos.

Algo en mi cabeza pareció hacer click. ¡Eso es! ¿Cómo es que no se me ocurrió antes? Si yo mismo había empleado esa técnica sin éxito alguno, sólo conseguí un: “me pone tan feliz de que tengas más amigos, Tsukki”. Sí, así de patético soy.

—Así que, por el momento, —continuó—. Tsukki, tu te encargarás de observar las reacciones de Hinata, pues, no estamos seguros de que sienta lo mismo. Y yo, —se volteó hacia Kageyama— me encargaré de interferir entre tú y él —sonrió.

—¿Podrás soportarlo? —me mofé.

—Por supuesto que sí —infló el pecho—. Eso creo.

El timbre sonó y tuvimos que dar por terminado la charla. Kageyama se fue por su lado, mientras que Yamaguchi y yo nos íbamos a nuestra clase. Él iba con su sonrisa de siempre, en la mañana había estado muy serio, pero ahora, irradia la misma alegría de siempre. Supongo que todos sus celos se fueron por el caño al enterarse de todo. Sin embargo, me sorprende la rapidez para idear un plan, aunque sea sólo momentáneo, es sólido. Yo sólo puedo pensar así de rápido en los partidos, y eso que me toma algo de tiempo acoplarme a los remates contrarios. Sin duda será un gran capitán, lo sé y no sólo porque sea su novio. Claro que no.

El resto del día pasó sin muchas complicaciones, hasta que llegó la hora del entrenamiento, ahí comenzaríamos el plan u “Organización de Enamoramiento a Hinata Shoyou”, cortesía de mis dos acompañantes.

—Hora de poner en práctica el plan “OEHS” —dijo con seriedad mientras se paraba dramáticamente frente a la puerta del gimnasio.

—¿El qué?

—¡No jodas, Tsukishima, ya habíamos repasado el nombre!

Dios, dame la paciencia que no tengo para no matarlo antes de que pierda la virginidad.

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Necesito Tu Ayuda (KageHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora