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Tsukishima

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Tsukishima

No sabemos que es lo que pasó con esos idiotas ayer, Yamaguchi le envió algunos mensajes a Kageyama, pero no le respondió, ni siquiera los vio. Lo más probable es que se haya dormido y en la mañana no haya visto su celular, porque como todos sabemos, ese chico actúa casi de manera programada.

No tardamos mucho en llegar a la sala del club, donde nos esperaba el rey junto a una fila de cuatro cajas de leche, mientras bebía la quinta. Se paró en su sitio apenas nos divisó, parecía, ansioso, pues no tenía su cara de los odio a todos. Se veía ¿feliz? No soy muy bueno interpretando a la gente. Tadashi lo saludó como siempre, mientras yo ingresaba al cuarto, sólo para encontrarme a Hinata a medio vestir. Me saludó de manera alegre como todos los días ¿Cómo es qué puede estar tan feliz a esta hora de la mañana? Lo ignoro, como siempre, y comienzo a cambiarme la ropa.

Yamaguchi y Kageyama no ingresaron a la sala, se quedaron hablando por lo bajo. Miré de reojo al enano, quien no apartaba su vista, estaba serio, con el ceño ligeramente fruncido. Apretó los labios y apartó la mirada. Tenía la vista puesta en sus pertenencias. Ambos podíamos escuchar como los otros dos reían, más Tadashi que el rey, pero aún así lo hacían. Hinata se vistió con rapidez y salió pasando entre medio de ambos, haciendo que se separaran de golpe.

—¿Le dijiste algo? —ambos me miraron confundidos—. Él no suele estar tan callado —mi novio ingresó seguido por el otro idiota.

—No le dije nada —rodé los ojos—. Creo que está celoso. No sabría definirlo —me encogí de hombros mientras cambiaba mis lentes.

—Sobre eso —lo miré—. Ayer, Hinata, se comportó extraño —Tadashi asintió. Supongo que ya sabe los detalles.

—¿Cómo hoy?

—Sí, me preguntó sobre mi entrenamiento con Yamaguchi —elevé mis cejas indicándole que continuara —. También me dijo: “tu no me cambiaras, ¿verdad” —puso su mano en el mentón mientras cerraba los ojos. Asumo que está pensando, pero cada vez frunce más el ceño—. ¿Qué significa todo esto?

Diría que está bromeando ante esa pregunta, pero estamos hablando de Kageyama Tobio, un tipo de pocas luces que sólo piensa en el voleibol y, aparentemente, en cajas de leche.

—Tengo dos teorías —me giré a ambos—. O está celoso, o cree que podrían arrebatarle su posición de titular.

Ninguno dijo nada, supongo que están pensando qué hacer durante el día. Por suerte, sólo tengo que observar, Hinata es muy impredecible como para estar pensando qué hacer en cada ocasión. Ahora que lo pienso, no tuve en cuenta la personalidad del enano, es alegre, extrovertido y trata a todos por igual, nadie es inferior para él. Todo lo contrario a su enamorado. Pero, ¿está realmente celoso? Éste tipo de situaciones se pueden malinterpretar fácilmente y generar un sinfín de malos entendidos. Lo he visto sonrojarse con Shimizu-sempai u otras chicas de la escuela, también ponerse de envidioso cuando los del equipo contrario tienen muchas fans femeninas. Si Kageyama se le declara hay dos opciones: el sentimiento es mutuo y todos felices, o, lo rechaza y todo se torna sumamente incómodo, tanto para ellos, como para los que sabíamos. Pero, el que no arriesga no gana ¿no?. Este arranque de empatía es demasiado problemático.

El día pasó normal, Yamaguchi los interrumpía de vez en cuando, ganándose alguna que otra mala mirada de la mandarina, no obstante, les dejó interactuar más que ayer. Ya estábamos limpiando el gimnasio, cuando entra Takeda-sensei, tan agitado como siempre. Nos reunimos a su alrededor, posicionándome entre el dúo raro. A mi también me gusta molestar.

—Se que es algo repentino —acomodó sus lentes—. Pero Aoba Josei pidió un partido de práctica y acepté   —sonrió al ver la respuesta positiva de todos.

—¡¿El gran rey vendrá aquí?!

—No. Iremos a su escuela, como la última vez.

El profesor comenzó a darle los detalles a Daichi-san, por lo que nosotros comenzamos dispersarnos. Nishinoya-san y Tanaka-san, se llevaron prácticamente a las rastras a Hinata. Fingí ignorarlos y prestarle atención a Ennoshita-san que hablaba algo sobre la hermana de Tanaka-san, no me interesa eso.

—Tienes que proponerle matrimonio, tal y como yo hice con Kyoko-san  —sonrió orgulloso mientras sacaba pecho.

—Eres todo un hombre, Ryu —le apoyó el líbero.

¿Pedir matrimonio? A Hinata sí le gusta alguien o al menos le interesa, pero no puedo estar seguro si es Kageyama o no y esta conversación no ayuda en nada, estos dos son un desastre en cuanto vida amorosa se trata. Ambos están detrás de Shimizu-sempai, pero ella los ignora olímpicamente. Es bueno saber que está en sus facultades, perdería mi respeto si ella sale con alguno.

—Pero, ella te rechaza siempre.

—El rechazo sólo es el principio —tomó una postura dominante—. Además, se siente tan bien —rio llamando la atención de la mayoría, excepto la que él quería.

Quiero interferir y golpearlo, no es posible que de esos consejos con tanta confianza, es como si alguien que no puede adiestrar a su perro, te diga como hacerlo con el tuyo. ¡Es totalmente inútil! Aunque, bueno, no estamos hablando de las personas más inteligentes, no.

—No lo sé —bajó la mirada algo desconfiado. Si Hinata, desconfía de lo que puedan hacer esos idiotas.

—No te preocupes, tus sempais te ayudarán en todo, ¿verdad Noya-san?

—Por supuesto, además, mis consejos sobre parejas te pueden servir, creo —lo dudo, eres tan rechazado por las mujeres como tu amigo—. Así que por el momento, sólo se tu mismo, Shoyou. Así conquisté al mío.

¿Qué? ¿Nishinoya-san tiene pareja?

¿Qué? ¿Nishinoya-san tiene pareja?

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Necesito Tu Ayuda (KageHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora