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Yan WuShi llegó al restaurante en el que se daría el no tan deseado encuentro. No sabía el motivo, pero tenía una extraña sensación que lo tenía inquieto por no decir nervioso. Y nerviosismo era una palabra que no existía en su vocabulario.

Estaba tan absorto en sus pensamientos hasta que escuchó que alguien aclaraba su garganta, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver al hermoso joven frente a él, esa mirada se le hacía familiar, aunque no recordaba de dónde. Repentinamente su atención se desvió al bonito rostro del chico para después recorrer con la mirada el delgado cuerpo. No cabía duda, su amigo definitivamente era merecedor del mejor té del mundo, le haría llegar montones de cajas. Solo había un detalle... uno bastante notorio ¿Por qué tenía que citarlo con alguien tan joven? Bien podría ser su hijo, lo cual era perturbador. Mejor no le mandaría nada a Qi Fengge.

El muchacho no había tomado asiento, se limitó a ver como los descarados ojos del hombre lo estudiaban con una mezcla de admiración y tal vez un poco de deseo algo que repentinamente desapareció para volverse cautelosa ¿Cuál era su problema? ¿Acaso no le gustaba lo que veía? Reconocía que no era la persona más guapa o atractiva, pero... ¿era necesario usar esa mirada? ¿Lo estaba rechazando sin haber cruzado siquiera una palabra? Eso dolía... casi como la primera vez. Bueno admitía que era incomodo que un mocoso de quince años se declarara a un hombre veinte años mayor... sí, analizando su actuar hizo mal, pudieron meter a la cárcel a ese hombre por culpa suya, aparte de que a raíz de esa declaración Yan WuShi dejó de ir a casa de Qi Fengge; el mismo que había concretado esa cita. Ya lo había visto y con eso estaba satisfecho. No era como que esperara irse con él a la cama sabiendo la condición que tenía, sería una pérdida de tiempo tratar de sentir algo.

Ambos se estudiaban esperando el movimiento del contrario, Yan WuShi insistía en que le parecía familiar, pero por mucho que tratara de recordar no podía.

Cuando vio las intenciones del chico de dar la vuelta e irse, su boca reaccionó antes que su cerebro. Recriminándose por no haberle dado la oportunidad de acabar con eso, de haberlo hecho daría por terminada la cita. Pero no lo hizo.

—Al parecer mi amigo se equivocó y me envió a un niño para tener una cita. Pero créeme ante todo soy un caballero, toma asiento y no dejemos que la reservación sea en vano.

—... Ya veo, no me recuerdas.

—¿Debería? Aunque me recuerdas a alguien que conocí hace mucho tiempo.

—No tengo porque hacer esto, así que, con su permiso, disfrute la cena.

Shen Qiao no le dio oportunidad de hablar y salió lo más rápido del restaurante, afortunadamente para él el hecho de practicar deporte le daba cierta agilidad.

Aunque no esperaba que cierta persona saliera detrás de él y que sin ningún esfuerzo logrará tomarlo del brazo y llevarlo de vuelta a la mesa. Shen Qiao estaba un poco agitado mientras Yan WuShi no parecía para nada afectado.

—Esta es la primera vez que corro detrás de alguien. No me quejo eres guapo así que no tengo problema con eso... solo que no se haga costumbre.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me detuviste si no me recuerdas?

—Entonces es tu oportunidad de hacerme recordar. ¿No crees? Podemos aprovechar la reservación que hizo Qi Fengge.

—Le dije a mi maestro que esto era una mala idea.

—¿No le dices padre?

—Es cierto, me adoptó cuando era pequeño. Pero nunca me dijo que pudiera llamarlo de esa manera, así que no lo hice.

🍂🌸Yo, tu otoño. Tú... mi primavera🌸🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora