Tentación 6-¿Cuál es el punto más sensible de Sesshomaru?

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🌟Hola, mis estrellitas. Soy Aika, la autora, y este es una pequeña historia para la Sessrin Sipice Week, una dinámica de SessrinIsCannon en Twitter, la cual consiste en responder una serie de preguntas picantes sobre el shipp. Yo he decidido hacerlo en forma de un fanfic, así que esta historia constará de siete capítulos respondiendo cada una de las preguntas.🌟

Esta es la segunda pregunta:

6.- ¿Cuál es el punto más sensible de Sesshomaru?
Los muslos. Sí señor... Pero justo la parte interna de estos, la que está justo antes del nacimiento de la Sesshoconda. 😈

Rin lo estimulará en una ocasión muy inconveniente. ¡Vamos a ver cómo resulta!

***Este capítulo lo acabo de escribir y no me dará tiempo limpiarlo por ahora, así que tal vez haya errores de dedo o palabras repetidas, perdonen mi dislexia :c



La mañana iniciaba activa para el matrimonio Taisho, era obvio por el sonido de sus pieles chocando, por los gruñidos del corpulento albino y los gemidos de la delicada castaña, quien de delicada no tenía nada, pues había aguantado durante la mayoría de la madrugada los deliciosos azotes que su marido le había propinado en busca de darle placer.

–Lo estás haciendo... Ah... Lo estás haciendo muy bien, cariño. –Sesshomaru la felicitaba por los saltos que daba sobre él a modo de sentones.

Los pechos de Rin subían y bajaban al compás de su cabalgata, su voz se diluía entre los sollozos y jadeos de su marido. Ambos estaban exhaustos, pero aún podían seguir haciéndolo, al menos Rin.

–Amor... Voy a correrme de nuevo. –Advirtió mordiendo su labio inferior.

–Dame. –Rogó deteniendo sus arremetidas. –Dame de beber, papá. –Suplicó arrodillándose en el colchón.

Sesshomaru se incorporó posándose ante ella dejando que Rin terminara el trabajo con su mano derecha y en menos de un par de minutos, el chorro de semen terminó por llenarle la cara.

El líquido blanco escurría por sus mejillas, cual cristalinas lágrimas; bajaba por sus pechos y se escurría por su abdomen. Era una imagen preciosa y tan conmovedora para Sesshomaru, quien le acarició la cabeza a su esposa con toda la delicadeza del mundo.

–Buena chica. –Exhaló tratando de moderar la respiración, estaba agotado, sudando con todo, incluso adolorido de las caderas.

–Más... Otra vez. –Rin quiso continuar comenzando a lamer la pelvis de su esposo.

–¿Eh? –Sesshomaru inquirió un tanto intimidado, la energía de su esposa era más impetuosa que otros días, lo habían estado haciendo sin descanso toda la noche. –Dame un respiro al menos.

–No. –Se negó rotundamente articulando un adorable mohín. –Dame más. –Ordenó poniéndose en cuatro.

–Ah, Rin. No podemos, debemos meternos a bañar para alistarnos y al menos yo necesito un descanso.

–Será rápido. –Trató de convencerlo contoneando sus marcadas caderas, llenas de rasguños preciosos y fantásticos moretones. Y Sesshomaru por poco y cae en ello, pero fue fuerte.

–Tiene la reunión con la importadora, directora, no podemos llegar tarde.

–Pues tu directora te ordena follarla ahora mismo. –Canturreó risueña.

–Amor... Vamos, lo haremos después... Llegando a la oficina después de la reunión, ¿sí?

–¿Lo prometes?

A sus órdenes, directora Taisho (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora