7: Necesito amor y espacio.

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La puerta de su casa estaba pintada con gruesas brochas y pintura oscura. La casa tenía dos plantas, pero era una casa compartida. En el piso de abajo vivían sus vecinos. El el piso de arriba vivían ellos. Cada tarde iban al parque que había a unas manzanas de ahí y él se reunía con sus amigos más cercanos. Su hermana pequeña jugaba a las muñecas con sus amigas. Luego iban a hacer la compra y a visitar a su padre. Él trabajaba en una panadería. Era la única del pueblo.

"¿Qué tal estás, amor?" Le preguntó la madre.

"Genial. Hoy hemos tenido más personas que lo usual. Cincuenta, para ser exactos."

"Qué bien. Te esperaremos en casa. Pásalo bien." La madre se despidió.

La madre con sus dos hijos entraron en la casa y dejaron la compra en la encimera de la cocina. Se bañaron y estuvieron viendo la televisión hasta el atardecer. Su padre, que había acabado de trabajar, entró por la puerta.

"¡Ya estoy en casa!"

Todos le recibieron amablemente. Sobre todo sus hijos, que le abrazaron fuertemente. Su esposa estaba haciendo la cena en la cocina cuando llamaron a la puerta. Ella abrió. No vio a nadie esperándola. Al bajar la vista al suelo, encontró una carta a sus pies. La cogió y la abrió. Después, la leyó.

"Querida familia. Según nuestro trato, hace dos años que nos tendrían que entregar el objeto que le pedimos, pero esa promesa no se ha cumplido. El plazo de espera que les dijimos era de dos años y hoy se cumplen esos dos exactos años. Las consecuencias no serán demasiado graves, pero usted y su prometido serán asesinados dentro de treinta minutos. Les recomendamos que pongan a salvo sus dos hijos antes de que ellos mueran también."

La madre se asustó. Gritó el nombre se su marido y corrió a su habitación. De una mesa de noche sacó unos cuantos billetes de dinero. Cogió una mochila de otro cajón y metió el dinero en ella. Se fue a la cocina y avisó a su marido. Cogió unas latas de conserva de la despensa y sacó a los niños de la casa. Fueron a la casa de los vecinos de al lado. Llamaron a la puerta. Su amiga abrió la puerta. La explicaron que su hija pequeña se tenía que quedar con ella de por vida. La vecina aceptó y metió adentro a la niña. Poco después se adentraron en el bosque. Llegaron a la orilla de un río. Le entregaron la mochila llena de dinero y comida al hijo mayor.

"Hijo. Sé que esto es duro pero, por motivos de tus padres, tendrás que buscar una casa en la que te acojan y vivir ahí hasta que seas mayor. Quiero que seas fuerte y responsable." Le dijo.

"Pero, papá. Yo quiero estar con vosotros. Quiero vivir aquí."

"Hijo. No puedes. Anda, vete lo antes posible. Te queremos mucho tu madre y yo." Su padre le empujó hacia el centro del bosque. El niño se vio triste y se quedó mirando a su padre. Luego, salió corriendo. Al perder de vista a su hijo, la madre y el padre se quedaron vigilando los alrededores. Los dos cogieron dos espadas y las empuñaron con inseguridad. Estuvieron un rato esperando hasta que la persona que les mandó esa carta amenazante apareció entre los árboles. Esta estaba encapuchada y sostenía una espada en la mano.

"Por favor. No hemos hecho nada malo. Déjanos vivir." Suplicó la madre.

"Os exigí el cristal cuando lo teníais entre vuestras manos. Nueve años después os lo vuelvo a preguntar: ¿Dónde está el cristal?"

"Lo tiene nuestro hijo, pero ahora está lo suficientemente lejos como para alcanzarle. No le atraparás." Respondió el padre.

𝐃𝐢𝐞 𝐎𝐧 𝐖𝐚𝐫 ||| 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦 𝐒𝐦𝐩 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora