El día se veía genial. Los pájaros cantaban, la bolsa estaba bien y hacía un sol resplandeciente. En el pueblo, la gente intercambiaba los alimentos necesarios por dracmas. A unos kilómetros de él, en una cabaña en medio del bosque, un hombre salió para buscar el correo. Cerró la puerta y fue a revisar el buzón destrozado de su casa. Lo abrió y encontró una sola carta. Esta tenía un sello de cera rojo. Era el sello real. Miró extrañado la carta y después, la abrió. Después, entró a su casa. Se sentó en un amplio sofá de terciopelo rojizo y extrajo la carta del sobre. Esta estaba cuidadosamente doblada para que entrase en el sobre. Examinó el texto de la carta y leyó en voz alta:
"Amigo mío, no creo que pueda resistir demasiado sin tu compañía. Añoro los días que íbamos a cazar zorros al bosque. Siempre acabábamos con cuatro o cinco en cada mano. Ahora tengo más cargos de los que ocuparme y debido a mi edad, mi memoria no da para mucho hoy en día. Ahora soy responsable de dos hermosos hijos. Mi esposa ha fallecido recientemente y lo único que me invade ahora es la tristeza y la ansiedad. Todo un reino está a mis pies, pero no tengo la espada para nombrarlos caballeros. Mis hijos no pueden ocuparse de esto debido a su edad temprana. Me gustaría volver a encontrarme algún día contigo, si es que llegas a leer esta carta. Desearía volver a ver tu melena rosa y tu gran destreza con la espada. Si no tienes oídos sordos, y no tienes adonde ir, yo te recibiré con mis manos en alto y bien abiertas. Tu fiel compañero."
Enseguida supo quién le escribía la carta. Se levantó del sofá y se dirigió a su armario. Cogió una bolsa de cuero y metió diferentes cosas como unos frascos con líquidos de colores, vendas y una cuerda larga. Luego, fue al establo donde guardaba sus caballos favoritos y cargo a un caballo negro la bolsa que estaba llenando. Después, se montó en él y empezó a cabalgar por los caminos hacia el pueblo del que provenía esa carta. Cuando salió del bosque, vio un gran muro de piedra con un inmenso arco. En la entrada, un chico con camisa y gorro le atendió.
"¿Desea entrar?"
"Si, por favor. Vengo en nombre del rey. Recibí una carta de él."
"Fantástico, ¿Así que viene para ver al rey? Entonces dígame su nombre y le dejaré pasar." Le dijo el chico.
"Mi nombre es Technoblade. Ahora, tengo prisa."
"Señor Technoblade, ¿No?" El chico miró a la oreja de Techno y vio una reluciente joya colgando de ella. El pendiente de esmeralda. Pocos se veían por la zona.
"Exacto."
"Entonces, que tenga una buena estancia en nuestro pueblo." El chico se despidió de él y le dejó espacio para que pudiese pasar. Technoblade se bajó del caballo y lo dirigió a un establo que había en la entrada. Luego, fue a un mercado a comprar unas manzanas para él. Finalmente, se dirigió al palacio. En la entrada habían dos guardias armados con pistolas y espadas. Pero no eran tan altos como Technoblade pensaba.
"Deseo pasar a visitar al rey. Recibí una carta de él." Reclamó.
"Necesitamos una prueba. El rey está ahora ocupado." Le dijo uno de los guardias.
Techno alzó una ceja y rebuscó en su bolsa el sobre con la carta. Cuando lo encontró, se lo enseñó al guardia. Este abrió el sobre y leyó la carta. Cuando verificó la causa. Se apartó. Technoblade abrió la puerta de un portazo. Esta daba al recibidor, donde estaban los tronos de la familia real. Tenía altos techos sujetados por columnas de cuarzo. Techno siguió la larga alfombra roja. Cuando acabó se encontró con un niño de pelo castaño sentado en el trono del rey. Este parecía serio.
"¿Quién es usted?" Le preguntó el niño.
"Soy un amigo del rey. Supongo que tú no eres mi amigo, tampoco el rey. ¿Dónde está tu padre?"
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𝐃𝐢𝐞 𝐎𝐧 𝐖𝐚𝐫 ||| 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦 𝐒𝐦𝐩 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭
Fanfic⚜️HISTORIA PAUSADA⚜️ Hace millones de años, la humanidad convivía en paz y armonía gracias a los cinco dioses que reinaban por encima de todos los reyes. Después de florecer la flor, el invierno vino y dejó atras toda la hermosura de la planta. En...