Ella

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-No estoy huyendo ni me estoy escondiendo.
-Díselo a alguien que te crea que yo no estoy para perder el tiempo.
Shia llevaba toda el viaje a casa de Layla explicando que estaban de camino allí por razones que nada tenían que ver con que no era capaz de ver a Minhyuk a la cara. Y hasta ahora Layla sólo repetía que estaba huyendo de él porque no podía sentarse a mirarlo de lejos como lo hacía en el bus.
-¿Vas a contarme qué pasó?
-No pasó nada. Si ya me tenía tonta verle la nuca un rato cada día imagina vivir con él.
No había forma de que le contara que le había visto todo, literalmente, y que ahora era imposible no ponerse roja cada vez que se lo cruzaba porque su mente se negaba a registrar que él estaba usando ropa.
-¿Cómo es vivir con él? ¿Es maleducado? ¿Molesto? ¿Ruidoso? ¿Mastica con la boca llena? ¿Deja los trastos para que tú los laves? ¿Olvida bajar la tapa del inodoro? Dime todo lo malo, eso te va a ayudar a verlo humano.
-Es muy educado y cortés, aunque sabe ser borde en ocasiones. No hace mucho mas que estudiar, comer y dormir en la casa. Limpia lo que ensucia y no toca mi comida. A veces hace ruido al comer, pero se ve super tierno, como cachorrito cuando come. Mantiene el baño ordenado y limpio también, la semana que le tocó el aseo me sentí una cochina porque limpia mucho mejor que yo.
El silencio de su amiga la hizo reaccionar.
-Claro que también tiene defectos.
Layla levantó una ceja esperando
-No se me ocurre ninguno, pero es humano así que obvio los debe tener.
-Así que pasó de ser el chico que está super bueno, a ser el chico que está super bueno y es el marido ideal.
La suerte le sonrió a Shia porque era hora de bajarse y no fue necesario que contestara.
Lo odioso de decir algo así en voz alta, incluso si no lo has pensado antes, es que luego de que tu cerebro sin filtros lo suelta al mundo ya no dejas de pensar en ello.
Llevaba un mes viviendo con Hyuk,  quiso restarle importancia, pero notó que se sonrojó al pensar en él simplemente como Hyuk. Y en ese tiempo a la obvia atracción física que sentía por él cuando lo veía en el bus, se le había sumado la admiración por su dedicación a sus estudios, incluso cuando apenas dormía algunas noches. El reconocerle su valentía y determinación aceptando un trabajo por el que podía ser muy criticado, para poder costearse su carrera y su vida independiente. También una siempre creciente ternura viéndolo ser un cervatillo torpe cuando está recién levantado, siendo tímido cuando se chocaban o rozaban “sin querer”. Debía reconocer que al menos un 80% de las veces era culpa de ella o algo con toda la intención de su parte.
Después de la escena de la ducha, que ahora estaba casi segura fue eso, una escena para demostrarle a ella que él siempre hablaba en serio cuando se trataba de sus horarios de exámenes, habían armado una convivencia bastante cómoda.
Hyuk se había ido relajando y era un poco menos frío con ella. Quizás en realidad nunca fue frío, simplemente no eran amigos ni tenían cosas en común de las que hablar, algo que por simple lógica va cambiando cuando dos personas viven juntas.
-Le gustan los dramas. Su favorito aun es Goblin, pero usualmente mira algunos en emisión.
-Hablas de tu compañero de casa?
-Si, aunque no sé si eso es un defecto.
Si sabía, no lo era. Habían tenido varias charlas sobre dramas, era divertido y tenía puntos de vista interesantes. Para sorpresa de ella, parecía tener una veta romántica.
-Le gustan las canciones tristes, baladas viejas también. Y cuando tiene tiempo los domingos toca el órgano.
-Eso si puede ser un defecto. ¿Es muy malo?
-Usa sus auriculares, no escucho nada de lo que hace.
Layla detectó la mentira al instante, pero como Shia estaba compartiendo información voluntariamente se la dejó pasar.
-Intenta cocinar recetas de YouTube, pero quiere ponerle su toque personal y muchas veces son horribles. Y no quieres saber cómo lava el pollo.
-No lo hace bien?
-Llegamos!
Recordar lo del pollo había traído otra ronda de tonos rojos y una garganta totalmente seca, así que Shia corrió al baño con la excusa del viaje largo y la importancia de la higiene de manos.
Layla sonrió, su amiga ya no tenía un simple crush, se estaba enamorando con todas las letras.
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