PARTE 4

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6 PECADOS

PARTE 4

FINAL

Tras un rutinario y desastroso viaje en auto, en el cual Nao le mentó la madre a Natsuki más de lo acostumbrado, llegaron a la universidad, sin sillas de ruedas, ni paciencia, ni ganas de vivir, aunque de esas últimas casi nunca tenían.

-¡Por décima vez! ¡No insultes a la pendeja de mi mamá!-. Kuga casi hizo volar la puerta del coche.

-¡Tú acabas de insultarla!-. Nao no se cansaba de echarle gasolina al incendio. -¡De seguro cuando naciste lloró ella y no tú!-.

-De hecho sí...-. Ella en lugar de llorar había fruncido el ceño. -¡Pero ese no es el punto!-. Aquel día, Natsuki le prendió fuego al cabello de Saeko y ella le aventó por la ventana del segundo piso, sí... amor maternal del bueno.

-¿Podemos concentrarnos en el tema de Tate?-. Mai llevaba horas intentando decirles algo importante.

-¡Ni me menciones a ese bueno para nada!-. La oji verde echaba humo por las orejas al oír el nombre del rubio. -¡Me bloqueó telepáticamente! ¿¡Pueden creerlo!?-. Le irritaba que le ignoraran, que le pusieran atención, que le hablaran y también que no lo hicieran, hasta tener servicio telepático le jodía, nuevamente, todo le hacía derramar bilis.

-¿Se podía hacer eso?-. La pelirroja se emocionó. -¡Y yo aquí perdiendo el tiempo!-.

-¡Ni se te ocurra, mierda con piernas!-. Si le enfurecía tener el servicio telepático, le enfurecía más no tenerlo, sí, ni ella se entendía.

-En verdad debo decirles algo sobre...-. Ignoraron a Mai. -Ahhh me rindo-. Total, detestaba ser ignorada pero siempre podía vengarse por eso recortando aun más los presupuestos.



Rápido, pues a Kuga le irritaba encontrarse con gente en los pasillos, llegaron a su salón, justo había abierto la puerta cuando sintió su pecado subiéndosele a la cabeza.

-¡TÚ! ¡MALDITO INÚTIL!-. Tate alzó la mirada tan asustado como puede ser exagerado en una comedia.

Y como al rubio tampoco le quedaba magia después de huir el día anterior, no se le ocurrió otra cosa más que quedarse inmóvil. -Si no me muevo no me ves-.

-¡Soy un demonio, no un puto T-REX!-. Como el profe aun no llegaba, gritaba a sus anchas, o sea, con el viejo ahí aun así hubiera gritado, pero gritaba más a gusto sin humanos cerca.

-¡No regresaré!-.

-¡Te cortaré las pelotas si no regresas!-.

-¡Shizuru te prohibió mutilar!-.

-¡Te las quemaré entonces!-.

-¿¡Cuál es tu problema!?-.

-¡TÚ ERES MI MALDITO PROBLEMA!-. Desde que se conocieron en la oficina, de hecho, el rubio daba flojera solo con verlo, de por si trabajar en el infierno ya era... un infierno, y luego llegaba él y hacía que trabajar costará más trabajo... bueno igual siempre les había dado pereza trabajar sus 18 horas diarias, pero era más fácil culparlo a él, y a Nagi.

-¡Ya renuncié!-. Se aferró a su banco como si Natsuki no pudiera levantarlo aunque se aferrara a un elefante.

-¡Renunciar y una mierda!-. Hizo una cortina de fuego, en la que se vio un contrato. ¿¡Ves esa cosa horrorosa de ahí!?-. Señaló una firma más fea que la fealdad misma.

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