EXTRAS

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6 PECADOS

EXTRAS


VISITA

Tres de los siete pecados estaban en la oficina, Shizuru y Natsuki, que desde que se conocieron llegaban temprano para follar en el trono de Ira, y Takeda, que llegaba antes porque no le gustaba estar solito.

Como lo veían como una especie de mascota, intentaban cuidarlo, a su manera. -Oye Ku-. Estaba de espaldas y con los ojos vendados, querían evitarle el trauma, porque Mai no iba a pagarle el psicólogo.

Natsuki gruñó. -No, no puedes ver-. Shizuru estaba más intensa de lo normal.

-Mis papás quieren ver donde trabajo, ¿puedo traerlos?-. Se quitó la venda y volteó a verlas. -¡Ahhh! ¿¡Shizuru, que le haces a la cosita de Ku!?-.

-¡TE DIJE QUE NO VIERAS!-. Chasqueó los dedos apareciendo su ropa, con Shizuru bueno... no habría mucha diferencia entre estar desnuda y la poca ropa que llevaba puesta.

-Ara... Natsuki estaba estresada y...

-¡Pero Ku siempre está estresada!-.

-Estaba muy, muy estresada, y le ayudaba a sentirse mejor-. Explicó mientras evitaba que su novia le partiera la mesa de bocadillos en la cabeza a Takeda. -Pero Taki-. Así le decían de cariñito, porque Kuga se ponía más roja que Takis Fuego cuando él hacía una pendejada. -Si te decimos que no mires, no debes mirar-. Le acarició la cabeza, Takeda movió la pierna.

-Y luego te quejas de que actúa como perro-. Se masajeó la sien. -A ver animal, ¿Qué decías de tus padres?-. Le lanzó una galleta.

-Que quieren ver donde trabajo, ¿puedo traerlos?-.

Shizuru y Natsuki intercambiaron una mirada llena de confusión. -Déjame ver si entendí, ¿quieres traerlos a donde nos explotan y maltratan tanto laboral como psicológicamente, donde nuestro jefe nos grita si no le gritamos más fuerte a alguien más, donde la agonía y miseria son nuestro pan de cada día?-.

Él pareció aun más confundido que ellas. -¿Qué no son así todos los trabajos?-. Se rascó la cabeza.

-¡Pero este es el infierno! ¿¡No sientes como se rostiza tu alma!?-. En realidad eso era porque se descompuso el aire acondicionado, y Mai discutía con el técnico que sus precios eran absurdos.

-Papá siempre dice que su trabajo es un infierno-.

-Al carajo, tráelos-. No tenía sentido ir en contra de Takeda. -¿Qué es lo peor que puede pasar?-.

-Cariño, tienes que dejar de decir eso-. Shizuru tenía un poquito más de sentido común, cuando le convenía.

-Tonterías, ya trabajamos para Nagi, ¿qué más puede pasarnos?-.

Dos horas más tarde, las puertas del ascensor se abrieron, mostrando a Takeda junto con una pareja que se veía demasiado lista como para ser sus padres, asumieron que era adoptado. Cuando Takeda salió del ascensor adquirió su apariencia de demonio. -¡Oh por Dios!-. La mención del señor les provocó una migraña. -¡OH POR DIOS!-. Se arrepintieron de pensar que eran listos, definitivamente eran los padres de Takeda.

Sacaron una cruz de solo ellos supieron dónde. -¡No dijiste que tus padres eran religiosos!-. Si ya viéndolos bien, poquito les faltaba para parecer monjas, y los habían recibido con todo su esplendor demoniaco.

-¡No creí que fuera importante!-. Takeda se refugio atrás de Natsuki.

Y Natsuki atrás de Shizuru. -¿¡Qué les pasa!?-. Les estaban salpicando con agua bendita. -¡SHIZURU!-.

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