capitulo 5 - Desaparición y una pista

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Una vez, tuve una familia.
Era feliz, lo tenía todo.
Un día, alguien se fue, y se sintió raro.
Era un gran amigo de la infancia, que me quería y me enseñó a defenderme, creo que sabía que pasaría y me preparó para el mundo, que el no pudo disfrutar...
Después, se fue otro familiar, era como una hermana, me consentía e intentaba conseguir mi cariño de todas las formas posibles. Admito que me gustaba, a veces, ahora, creo que extraño su maldita insistencia.
Y así, otro día se fue la que parecía ser la mamá de nuestra familia, ahora también extrañaba sus malditos abrazos.
Luego a mi querido padre, que me recordaba a mi mejor amigo.
Y por último, mi otra hermana, no se que le pasó, pero no aguantaría más... Y finalmente, yo me fui.

Siento que fue lo que pensó mi gata, antes de irme y enterarme que no la volvería a ver. 

Duele, ¿No? Cuando alguien se va.

El bullicio se apoderó de Spe Siderum cuando múltiples desapariciones se reportaron en un solo día

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El bullicio se apoderó de Spe Siderum cuando múltiples desapariciones se reportaron en un solo día. Lo llamativo era la singularidad de las víctimas, unidas por características únicas que añadían un toque de misterio a la intriga general.

— Su majestad, me gustaría decirle que no es nada grave, pero entre los desaparecidos habían personas muy importantes...

— Todos son importantes mi querido Cross... ¡Dime sus nombres!

En los confines de la cámara real, se encontraron el monarca y el caballero principal de Somnia Fabula, convocado por mandato del soberano de aquel dominio.

— Muy bien.—Tomo una pausa para abrir un papel en sus manos
—El primero en la lista es Blueberry, un estudiante de la academia militar, prometía bastante, pues siempre tuvo buenos resultados en su entrenamiento, sus amigos y profesores les extraño que no saliera de su habitación a hacer su entrenamiento previo a las clases, y reportaron su desaparición. Y por cierto... dejo una nota...
Le sigue Lust, un bailarín profesional que trabajaba en las tabernas por la noche, muchos de sus clientes lo querían de vuelta y reportaron su desaparición. 
Sans, un aprendiz para ser monje, lo mismo, sus familiares y amigos reportaron al ver que no salia de su habitación.
Outer, astrónomo real, los guardias que lo escoltaban afuera de su habitación mencionaron no haber escuchado o encontrado algún indicio de secuestro, paso casi lo mismo con los demás.
Y... Gin

El rey mantuvo su mirada fija en el guardia durante un largo lapso de tiempo, mientras una inquietud palpable llenaba la estancia. Finalmente, con gesto lento y solemne, se levantó de su imponente asiento, el cual parecía una extensión natural de su autoridad. Su rostro, normalmente imperturbable y sereno, ahora estaba marcado por una mezcla de extrañeza y angustia que resaltaba su humanidad detrás de la corona.

En silencio, el monarca se aproximó al guardia.
—¿Quién fue el último en desaparecer? —inquirió el rey, su voz resonando con preocupación con lo que podría confirmar a continuación.

El guardia, consciente de la gravedad del momento, no titubeó al responder.—Fue Gin, su majestad —dijo con urgencia en su tono—. Si actuamos con celeridad, podría reunir una parte de mis tropas y coordinar nuestros esfuerzos con los de Epic. De esta manera, quizás podamos prevenir que algo aún más desastroso ocurra a los desaparecidos.

El rey asintió con un gesto de acuerdo, sus ojos reflejaban un alivio momentáneo ante la posibilidad de tomar acción.—Sí, por favor, hagan eso. Tienes mi permiso para reunir un séquito con Epic.

El guardia asintió levemente con la cabeza en señal de acuerdo con las palabras del rey. Su rostro reflejaba la preocupación que sentía por su monarca. Con paso tranquilo pero decidido, salió de la habitación y, justo antes de cerrar las imponentes puertas de la oficina real, echó una última mirada al interior. Allí, pudo observar cómo el rey se derrumbaba en su silla. Imaginó que esta reacción se debía al peso abrumador de la noticia de que uno de sus seres "más queridos" había desaparecido. La expresión de angustia en el rostro del rey dejaba entrever el sufrimiento y la incertidumbre que invadían su corazón en ese momento tan desgarrador.

...

Los caballeros, sin contar con ninguna pista concreta, se adentraron en la tarea de buscar a aquellos que habían desaparecido misteriosamente. Su enfoque inicial se centró en llevar a cabo una investigación minuciosa dentro del reino, comenzando por examinar detenidamente los lugares donde cada persona había sido vista por última vez. Esta búsqueda no solo tenía como objetivo descifrar el enigma de las desapariciones, sino también servía como un testimonio de la solidez de su unidad y solidaridad en tiempos de adversidad.Así, esta empresa se transformó en una travesía que requería persistencia y valentía. Cada pista parcial que descubrían avivaba la tenue llama de la esperanza en medio de la creciente incertidumbre que rodeaba los destinos de los desaparecidos.

Después de un lapso de tiempo, el ambiente vibraba de anticipación en la salida principal del reino. Dos figuras destacaban entre el grupo de personas congregadas: el caballero, Cross, y su contra parte, el enigmático caballero conocido como Epic. Junto a ellos se encontraban varios soldados, seleccionados meticulosamente para formar parte de esta travesía que los llevaría a desentrañar un misterio profundamente arraigado.

—Un momento, un momento... —Epic hizo una pausa antes de partir—. ¿Quién protegerá el reino si no somos nosotros?

—Es simple —respondió—. El consejero Fresh sigue aquí, y además he entrenado al hijo del rey en liderazgo. No te preocupes, estarán bien resguardados.

—Si tú lo dices... —murmuró Epic, con una pizca de inquietud en su voz.

Bajo el crepúsculo, las sombras cobraron vida en el umbral del reino. Murmullos enigmáticos emergieron de los rincones de Spe Siderum. La noticia de desapariciones había tejido un lamento oscuro en el reino, impregnando el aire con temor y determinación. Los caballeros reales, Cross y Epic, enfrentaban el enigma con valentía.
Cross sostenía una carta en su mano, palabra escrita con inquietante claridad. Una despedida intrigante, la firma de un destino incierto. En esas líneas yacía la pista. Eran fragmentos de un rompecabezas, pistas para descifrar una despedida que ocultaba más de lo que revelaba. Con la carta como guía, avanzaron por el reino, en busca de respuestas en la penumbra.

—¿Qué dice esa carta que llevas? 




Verdadero amor (DustBerry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora