Capítulo 3: ¿Quién realmente es mi amiga?

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—Mi nombre es Lis —respondió.

—Es un lindo nombre —comentó Melany.

—¿Tú crees? —preguntó Lis.

—Bueno, a mí me parece bonito, diría que es fácil de recordar —respondió Melany.

—Pues gracias —dijo Lis apenada, mirando hacia otro lado.

—«Un momento ¿Acabo de decirle que su nombre es fácil de recordar cuando no es mi amiga? Vaya que si soy inteligente»—pensó Melany con una sonrisa y cerrando sus ojos.

—¿Y tú cómo te llamas? —preguntó la chica.

—Me llamo Melany, mucho gusto —respondió.

—Gracias por todo lo que has hecho por mí, de verdad te lo agradezco muchísimo —dijo Lis con mucha alegría.

—De nada, puedes estar tranquila ahora —dijo Melany mientras se ponía de pie.

—¿Y ahora que harás? —preguntó Lis.

—Voy a prepararte algo de comer, estoy segura de que debes tener hambre luego de todo esto—respondió Melany.

—Bueno...gracias, espero no te moleste—dijo Lis con vergüenza.

—No tranquila, no hay problema—dijo Melany.

Mientras ella daba la vuelta puso su mano en su fleco, para que no se viera su marca, no sabe que podría ocurrir si alguien la ve, pero por consejo de su madre no deja que nadie la vea.

—«¿Por qué se cubre? ¿Y si le pregunto? No, mejor no, quizás sea algo vergonzoso, entonces mejor no me entrometo»—Pensó Lis.

Mientras Melany preparaba algo de comer, Lis miró como era la casa, aunque solo por curiosidad, pues no tenía malas intenciones; no es muy grande, con pocos muebles, como una pequeña mesa de piedra, un sofá y una cama en el suelo.

—Es muy bonita tu casa ¿vives sola? —preguntó Lis.

—Te lo agradezco; respondiendo a tu pregunta, no, vivo con mi madre, no sé de dónde sacas eso, aún no tengo edad para hacer tal cosa; aunque en estos días no la he visto —respondió Melany con algo de disgusto.

— ¿Hace cuánto no la ves? —preguntó Lis.

—Como tres días—respondió Melany.

—Y ¿Es eso algo malo? —pregunta Lis.

—Ella casi nunca sale de casa, si lo hace es por muy poco tiempo, por lo que diría que sí —respondió Melany, mirando en otra dirección.

El ambiente se ponía cada vez más tenso, lo que hacía sentir incomodas a ambas, Lis siente que le está faltando el respeto al preguntar demás, mientras Melany se siente sola por la ausencia de su madre y que se lo estuvieran recordando no le está agrando mucho y para evitar un mal trato responde a las preguntas con educación. Pasado un rato acabó de preparar la comida.

—Bueno aquí tienes, espero sepa bien —dijo Melany con una sonrisa falsa.

—Gracias, se ve rico —exclamó Lis de alegría.

Melany se sorprendió, ella no notó que su sonrisa no era auténtica, pero decidió no darle importancia y mejor fue a sentarse cerca de la puerta.

—Está muy buena tu comida, sabe muy bien—exclamó Lis, quien se sentía satisfecha.

—Gracias, me alegro de que te haya gustado —dijo Melany.

—¿Te ayudo en algo? —preguntó Lis.

—No tranquila, no es necesario que me ayudes—dijo Melany.

—¿Segura? —pregunta Lis.

—Sí, no te preocupes, yo puedo con esto —responde Melany para que no siga preguntando.

Solo una pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora