Capítulo 4: No soy la solución

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—¡Eh! ¿Por qué me preguntas eso tan de repente? —Preguntó Melany sorprendida.

—Bueno...solo me gustaría que seamos amigas, tú me salvaste en esa ocasión y quería...pues...compensártelo de alguna forma —respondió Lis llevando una de sus manos detrás de su cabeza.

—Oh, así que eso era, me tomaste por sorpresa —dijo Melany.

— ¿Y qué dices? —preguntó Lis.

—Bueno... «¿Ahora que hago? No creí que este momento llegaría y mucho menos me lo veía venir» Bueno no lo sé ¿Está bien si lo pienso un momento? —pregunta Melany con incertidumbre.

— ¿Por qué no podrías? ¡Claro! ¿no? —contestó Lis.

—Oh, ya veo, entonces sí, lo pensaré —dijo Melany.

Tras algunos minutos mucho silencio Lis siente la necesidad de romper el hielo.

—Una pregunta ¿Y tu mamá dónde está? ¿Aún no regresa? —preguntó Lis con inocencia.

Una pregunta ciertamente inocente, pero que a Melany la hizo sentirse incómoda, pero mirando en otra dirección le contestó.

—Bueno... aún no ha regresado, pero te agradecería mucho que no hablemos del tema —contestó Melany con una sonrisa.

En su rostro se notaba la incomodidad que sentía y estaba claro que la extrañaba, pero no se atrevía a decirlo abiertamente.

—Oh, discúlpame, mi intención no era hacerte sentir incómoda, mi error —dijo Lis arrepentida.

—Tranquila, solo no me siento en condición para comentar el tema con alguien —expresó Melany.

—Está bien, no te hablaré más sobre eso —aseguró Lis, seguidamente se fue a sentar nuevamente al lado de la mesita.

Ahora Melany debía pensar si aceptar la propuesta de Lis o no; de aceptar podrían hablar sobre cosas de la vida y despejar su mente vez en cuando, pero al haber tenido una amistad auténtica su madre era lo más cercano a esto, no sabía cómo era una más allá de lo que su madre le explicó.

—Sabes, mejor hagamos otra cosa ¿Qué te parece si pruebas un fruto de Vatran? —sugirió Melany.

—Oh, pero ¿No estabas cocinando algo? —preguntó Lis.

—Es verdad, pero supongo que podríamos ir luego de esto, aunque... ¿estás de acuerdo? —comentó Melany.

—Bueno supongo que está bien, pero ¿no habrá de esa sustancia? —exclamó Lis con algo de temor.

—No, eso solo ocurre cuando llueve, tú solo tuviste mala suerte ese día, pero ahí hay unos frutos que son muy ricos —le comentó Melany.

—Bueno si tú lo dices, espero que lo dices sea verdad —expresó Lis.

Tras un tiempo Melany terminó de preparar un aperitivo y fue a dárselo a Lis.

—Gracias por esperar, buen provecho —dijo Melany de forma alegre.

—Muchas gracias se ve muy rico —dijo Lis también alegremente.

—No hay que, me iré a cambiar para ir allá —comentó Melany.

Y mientras Lis terminaba ella se cambió, se puso una bandita blanca para ocultar su marca y preparó una bebida especial en caso de ser necesaria, luego de algunos minutos su invitada termina de comer.

—Bueno vámonos —dijo Melany.

— ¿Qué era esa bebida? —preguntó Lis.

—Bueno...la preparé en caso de algún imprevisto, si algo llegase a salir mal la podemos utilizar —aseguró Melany.

Solo una pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora