La Secta de Osos Quiere Jugar

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— Diálogos, ya esté en formato de negrita, cursiva, cursiva-negrita o normal —
«Remembranzas»
{Pensamientos}
[Diálogos de Espíritus] o [Diálogos de Espíritus]

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The Curse Project
Por: Fjola Lovely.

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CAPÍTULO 22

La Secta de Osos Quiere Jugar

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En una de las posadas, en la planta baja del local, una hermosa mujer se mostraba meditabunda mientras que estaba sentada en el sector del comedor, justo en la barra que a la vez es usado como el mostrador donde un Pache tiende a estar disponible para atender al cliente.

— ¿Ah?

De repente, ante sus ojos que estaban fijados en sus manos que reposaban sobre la barra de madera, apareció una taza humeante de café con leche. Ella alzó su vista para hallar a un Pache que le sonreía de manera amable para proseguir limpiando un vaso de cristal y situarlo en la despensa junto con los demás vasos.

— Ah, yo no pedí...

— Es parte de la casa —Le interrumpió, ya sospechando lo que le diría. Ella se mostró reticente, parece que no era buena aceptando la amabilidad, así que agregó en decirle: — Si se siente en deuda, sólo tiene que pasar la voz en decir lo delicioso que es la comida aquí y su buen servicio. Eso me ayudaría.

La mujer que no se le calculaba más de treinta y cinco años, sonrió agradecida por el gesto al notar que el nativo americano intentaba que no se sintiera incómoda por brindarle la taza.

— Se los diré con gusto. Muchas gracias.

Él cabeceo en cortesía y continuó con su labor, mientras que ella se disponía a darle un sorbo a su taza... hasta que escuchó la campanilla de la entrada principal, avisando que alguien ingresaba al local. Reconociendo a las personas...

— ¡¿Están bien?!

Cuestionó alarmada apenas que observo como detrás de la pareja de ancianos, un hombre con un vestuario de shugenja y máscara de pájaro cargaba con su único brazo sano a una mujer con ropa de oficina, la cual está rodeaba con sus brazos el cuello masculino mientras que su rostro se ocultaba bajo una cortina de su cabello castaño.

— Estamos bien. No hay porqué alarmarse.

Aclaró la anciana, dándole una sonrisa conciliadora.

— Es verdad, tú relájate —Apoyó el anciano con un curioso peinado, dado a su calvicie. — Si lo comparamos con las lesiones que trae luego de regresar de una excursión a las montañas, esto no es nada.

La joven mujer de ondulado cabello castaño claro, asintió no muy convencida pero prefirió no opinar más del tema. Sabía por experiencia propia al convivir con dos chamanes que su percepción era un poco diferente, así como su resistencia ante las dolencias ya que su profesión les exigía crear cierta inmunidad a las penurias sufridas.

— ¿Qué puedo hacer? —Se ofreció, lista para ayudar.

Cuando la anciana de lentes oscuros hizo el ademan de responderle, el sonido de la campanilla volvió a escucharse. Provocando que todos enfocaran su atención a la entrada principal, observando como una adolescente de cabello ámbar que le llega a la cintura entraba seguido de un hombre sombrío en sillas de ruedas y...

SHAMAN KING: The Curse ProjectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora