Two.

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La lluvia azotaba ferozmente la ventana a su lado

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La lluvia azotaba ferozmente la ventana a su lado. Las calles estaban empapadas, al igual que las pocas personas que tenían la mala suerte de no tener una sombrilla a su disposición. El cielo gris, oscurecido por las nubes, era tenuemente iluminado por los relámpagos que caían y el silencio cortado por los truenos que acompañaban las finas líneas de luz.

Se encontraba sentado en una de las pequeñas bancas que los hospitales poseían para esperar informes de sus familiares. Estaba justo frente a la habitación 601, que pertenecía a Dale. No estaba esperando nada, los médicos le habían dicho ya todo lo que necesitaba saber, también le habían dicho que si quería podía entrar. Después el médico se retiró, dejándolo solo ahí.

Únicamente miraba un punto muerto en la pared. Intentaba crear una conexión inexistente en los sucesos ocurridos. Ellie le había proporcionado una copia de los archivos del caso, marcando sospechosos, y el informe oficial; este último aún no se había publicado, incluso estaban las fotografías que se habían tomado de la escena apenas llegar.

Había tenido que verla en busca de una pista. Si era sincero preferiría eliminar dicha imagen de su mente; no porque fuera grotesca, simplemente porque se trataba de una persona que conocía desde hace mucho tiempo atrás, alguien que le importaba.

No había tenido la valentía suficiente para entrar al cuarto aún, usaba la excusa de en cinco minutos más. Solo estaba ahí sentado, con una carpeta amarilla entre sus manos, la misma que había tenido durante todo su viaje. Ni siquiera había dormido, ni comido; había tenido que tomar un camión desde Nueva York hasta Maryland. El autobús había llegado a la capital del estado, Annapolis, y de ahí viajó hasta Baltimore, que era donde el hospital se encontraba. No había sido un trayecto de más de cuatro horas.

Algo dentro de él no le había permitido descansar durante el viaje, tenía un terrible sentimiento de culpabilidad que se había manifestado por primera vez cuando Gadget lo llamó. La sensación de que, si tan solo hubiera estado ahí con él esa noche, tal vez habrían podido cambiar lo que había pasado le oprimía el pecho. Si hubiera estado ahí tal vez Dale no estaría ahora en la habitación de ese hospital, luchando por su vida.

No se lo había dicho a nadie, ni a Ellie o Gadget, no lo había considerado algo importante en el momento en el que estuvo en la comisaría, pero ahora que lo pensaba fríamente tal vez sí podría brindar alguna información.

Esa noche, en la que sucedió el ataque, había recibido una llamada de Dale.

Dale le había invitado a cenar esa noche, dijo que podían pasar un rato juntos y ponerse al corriente, hablar un poco más a fondo sobre los treinta años que los habían distanciado y discutir algunas cosas sobre la nueva versión de Rescue Rangers. Y él, como el orgulloso que era, había dicho que no. Se había excusado en que tenía cosas que hacer en casa, creyó que a pesar de aceptar su trato aún tenía que marcar su distancia. 

Había sentido la misma necesidad que tenía cuando no eran más que unos adolescentes, aún quería creer que Dale lo necesitaba. No quería ser el único que no podía avanzar estando solo. Ahora que no había nadie alrededor y podía pensar con claridad, se le cruzó una cuestión extraña por la mente.

𝓢𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮 𝓗𝓮𝓶𝓸𝓼 𝓢𝓲𝓭𝓸 𝓣ú 𝓨 𝓨𝓸 [ 𝓒𝓱𝓲𝓹 𝔁 𝓓𝓪𝓵𝓮 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora