Lesath Fancourt merecía toda una galaxia ante los ojos de los demás, sin embargo se enamoró de Regulus Black, una estrella a punto de acabarse.
- 𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐩𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐮𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞
- 𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐝𝐚 𝐛𝐲 @𝐣𝐱𝐯𝐢𝐥𝐞𝐯𝐚𝐮
- 𝐫𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬 𝐛�...
┌───────── ∘°❉°∘ ─────────┐ La noticia └───────── °∘❉∘° ─────────┘
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"Les" "¿Quieres salir conmigo?"
Aquellas dos frases no dejaban la mente de Lesath en paz, ni siquiera cuando Regulus y ella comenzaron a hablar de otro tema.
Parecía que aquella tarde había sido hace días, pero la realidad era que había sido apenas unas horas. Donde el tiempo volvió a hacer de las suyas, y cuando menos se dieron cuenta, el toque de queda ya estaba a punto de llegar.
Ambos se despidieron en el vestíbulo, con un beso en la mejilla haciendo que estas se sonrojaran, antes de que los dos apresuraran el paso para evitar que el otro la viera.
Lesath logró controlar muy bien la situación, pues estaba segura que de cualquier otra manera, se hubiera puesto a llorar y a gritar se la emoción.
Pareciera que no había pasado mucho tiempo desde que Lesath comenzó a tener un extraño gusto por Regulus Black, parecía que todo comenzó a acelerarse desde que Lesath empezó a escribir cartas hacía Regulus, pero que al final, todas terminaran guardadas en un cajón.
Se recordó mentalmente agradecerle a Pandora por su impulso de mandarle una de las muchas cartas a Regulus, porque ahora Lesath no sabía cómo habría podido sobrevivir sin él.
Y su querida amiga tenía un gran peso en esa historia.
Cuando llegó a su sala común, que se encontraba impresionantemente desolada, no pudo evitar soltar un grito de alegría, que solo esperaba no se escuchara en otras habitaciones.
Lesath estaba a punto de ponerse a bailar y a cantar, de una manera literal.
Comenzó a dar vueltas por toda la sala, pasando entre los sillones y saltando en las esquinas.
Su alboroto fue escuchado hasta los únicos oídos importantes, pues unos segundos después, Pandora y Maria bajaban envueltas en batas que cubrían sus pijamas.
—¿Lea? ¿Estás bien?—Maria preguntó, pero la respuesta que esperaba nunca llegó, pues Lesath siguió soltando risas como si estuviera hipnotizada por un hechizo.
—Vaya, y creí que la loca del grupo era yo— dijo Pandora mientras se dedicaba a mirar los extravagantes movimientos que su amiga hacía.
Lesath hizo caso omiso a sus palabras, y se acercó a ellas a una gran velocidad mientras las tomaba por los hombros y las agitaba entre sus brazos.
—¡Basta, Lea! ¿Qué pasa?—Maria se zafó de su agarre mientras la miraba desconcertada.
—Me acaba de pasar lo más hermoso de la vida—empezó a decir con una voz soñadora que sonaba más a Pandora que a ella misma.
