Tranquilo

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Te despertaste en medio de la noche, de nuevo. El teléfono que tenias al costado no dejaba de hacer un pitido que te irritaba y con molestia, te levantas de mala gana a escuchar lo que sea que te hayan enviado.

—  Holaa Mari, es Hero. No me has estado contestando últimamente, pero no te vengo a regañar ahora por eso, jeje... — Se quedo callado unos segundos, como si estuviera esperando que reaccionaras a lo que dijo, aunque ni siquiera estuvieran en llamada — De echo, ¡Te quería dar buenas noticias! En unos días salgo de vacaciones de invierno, y obviamente voy a ir a visitarlos. Cuando vaya prepararemos alguna cosa dulce para todos, ¿Te parece?

— ... Espero puedas responder, recuerda que no te presiono. Te quiero y, ¡Nos vemos pronto!  BzzZt...

Te quedaste mirando al teléfono pensando que responder, pero no vino nada más que respuestas cortas. Será mejor hablar en persona, ¿No? Además no hay manera que alguien como el conteste si lo llamas ahora.
Te fuiste a acostar de nuevo, mirando a la pared mientras cuidabas de no hacer ningún movimiento que sea brusco, pues sentías unos fríos brazos rodeandote la cintura. Cierras los ojos con fuerza, dejando caer unas pocas lágrimas involuntarias, logrando dormir al rato aun con esa sensación que te parecía insoportable.

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Despertaste abajo de un árbol, el único árbol que estaba al rededor de donde sea que estabas. Mewo ronroneaba en tus piernas, durmiendo pacíficamente. Impacientemente, te diriges a la única puerta del cuarto y la abres rápidamente, tus amigos te estan esperando del otro lado, todos rodeando una mesa mientras juegan a las cartas. De las galletas que les habías llevado hace bastante quedaba una sola.
Hero te nota, sonríe y se acerca a ti.

— Mari, ¡Estabamos esperando que llegaras! Te estabamos guardando la última galleta que nos quedo, y estabamos justo terminando una partida de... — No termino su oración, quedo mirando para atrás, pues cuando se había levantado desordeno todas las cartas.

— Aah... ¡Hero! Ibamos tan bien... — Dijo Basil, buscando sus cartas en el piso.

— ¡Mariiiii! ♪  ¡Te extrañe! — Aubrey corrio a abrazarte. — Como dijo Hero, te estabamos esperando. Íbamos a visitar a Sunny y Kel, primero te queríamos avisar así que cuando llegarás no estuvieras confundida. ¿Vamoooos?

— Como tu siempre preparas nuestros picnics, hoy queríamos hacer una excepción. No te preocupes por la comida, ya tenemos unos queques, jeje. — Agregó Basil, llegando de los últimos a rodearte.

Aceptaste, y salieron todos juntos de su escondite.

— Ahhh ... Aire fresco. — Suspiro Hero. — Vamos, ambos nos esperan en la plaza, donde siempre nos juntamos.

Asomándose ya, vieron a Sunny junto a Kel, muy concentrados en un libro para colorear. El ambiente en la plaza era tranquilo además de algunos niños gritando a lo lejos, Kel se les unió apenas los vio. Se levanto de forma brusca para saludarnos, Sunny dejo el libro de lado y se levanto junto a el, solo que más lento.

— ¡Se demoraron un montón, los queques ya estan fríos! Igual siguen estando buenos, pero pensé que llegarían cuando esten tibios... Bueno, ¡Mari, Mari! ¡Pruebalos, pruebalos, pruebalooooos! Los hicimos con Hero, tienen chocolate adentro. Y según Sunny son un 10/10, ¿A que si? — Se volteo , y Sunny solo le respondió levantando el pulgar. — ¿Vez?

— Yo también ayude, revisé que no se quemarán — Agregó Aubrey

Todos se sentaron ya tranquilos. Sorprendentemente, los queques al final no estaban tan mal.
Al rato Kel mencionó que si querían ir a su casa a jugar algo en su nueva consola. Todos aceptaron , a excepción de Sunny.

— ¿Estás cansado, Sunny?... — preguntó Aubrey

—... si, tengo un poco de sueño. No se preocupen, yo estaré descansado aquí. — Se recostó y se tapo con la manta del picnic, enrollandose como un taco.

— ¡Jeje! Esta bien. Te vendremos a ver al rato. —  Aubrey le dio palmadas en la cabeza.

— Ooww, yo quería que hicieramos una revancha por la última vez!... Pero supongo esta bien Sunny. ¡A la próxima no te me escapas!, descansa. — Dijo Kel, y ya se fueron todos en camino a su casa.

Omari AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora