Capítulo 2

1 0 0
                                    

El primer desafío.

Cuando volvimos a casa todo fue normal, cenamos y fuimos a dormir.

Estaba emocionada, sí, pero también un poco nerviosa porque a veces soy muy impulsiva y necesito tener autocontrol en el caso de que alguien quiera tener ese típico conflicto con los nuevos.

¿Nuevos? Oh sí, dije nuevos.

Bien, mi padre decidió incluir en la escuela Western a los gemelos, quería que tuviera la motivación y que no me sintiera incómoda ahí.

Los gemelos estaban en secundaria, cuando terminara todo esto volveríamos a nuestra otra escuela y todo estaría bien.

O eso creía.

***
—Bien, recuerda el plan Megan, entras a la escuela, tratas de mezclarte con todos buscas sus puntos débiles, eliges y los matas. —me dije a mí misma, estaba repasando todo mientras terminaba de acomodar mi cabello, acababa de bañarme y vestirme. No quería exagerar, pero tampoco quería verme tan simple, llevaba unos jeans celestes rasgados, unas botas blancas y una blusa de tirantes rosa.

Bien, admito que me veía ridículamente bien, el rosa no era exactamente mi color, pero quería verme normal.

En el camino a la escuela iba repasando todo, era una chica dulce, agradable y social, debería sonreír a todo el mundo y saludar a todos gentilmente.

Todo saldría bien, si cumplía con todo, le caería bien a algunos, a otros no y las chicas probablemente iban a ser crueles por intentar integrarme a su escuela.

Bien, no estaba equivocada.

Cuando entré a la escuela, todos se me quedaron viendo, mis hermanos y yo entramos juntos, cada que recuerdo esto me imagino a nosotros caminando en cámara lenta.

Un par de chicas se me quedaron viendo en mal plan, un par de ojos volteados y esa clase de cosas.

Oh.

¡Oh!

Esto...

Esto en realidad no me lo esperaba.

¿Posible fallo en el plan? Espero que no, pero si pasara, no lo permitiría.

Con un rostro de emoción y asombro, mi mejor amiga de la infancia se estaba acercando a mí.

—¿Megan...? —chilló con una emoción que me incomodó un poco. —¡Oh por Dios, Megan, eres tú!

Y me abrazó.

—Claire Miller, la gran Claire Miller —dije con una sonrisa fingida, no me esperaba verla aquí, no me desagradaba del todo, pero era muy... Extraño.

—Ha pasado mucho tiempo, ¿Dónde diablos has estado?

Las miradas de todos estaban en nosotras, la nueva que absolutamente nadie esperaba ver y la chica popular, ¡Vaya sorpresa!

—Oh, bueno... Por aquí y por allá. —dije con un entusiasmo fingido.

Bien, hora de otra historia, ¡Yey!

La conocí cuando yo tenía 5 años, estábamos en la misma clase, éramos el dúo dinámico, lo hacíamos todo juntas, éramos súper amigas.

Todo eso cambió cuando cumplí 7, empecé a descubrir cosas extrañas, de repente imaginaba como sería matar a mi gato y jugar con sus entrañas a la cirujana, Maia vió que una vez lo intenté y me detuvo, estaba con Claire y me dijo que quizá eso no le agradaría mucho a ella.

Le contó a papá, pensé que me castigaría o algo, pero no, se alegró porque era igual a toda mi familia, una asesina, me contó que todos hicieron algo parecido, él asesinó a su pez dorado destripándolo con sus propias manos, Charlie había puesto veneno de ratas en el plato de la niñera que le caía mal, Maia había empujado a una niña de un tobogán y se golpeó la cabeza, dibujo una carita feliz con su sangre.

MeganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora