Capítulo 5

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¿Dónde estás, Janeth?

No volvimos a casa esa noche.

Si, sé que había dicho que fuimos a casa, pero no esa casa.

Cuando terminé, fuimos con la comunidad, era miércoles. Ese miércoles.

Puedo suponer que no entendieron esa parte porque los días pasaron y fue como una semana. Bien, la cosa es que me dejaron el desafío el miércoles anterior, tenía todavía el lunes y martes antes de juntarnos.

Así que así paso: Maia y yo fuimos tranquilas a informar que todo se había hecho.

Ya iban a terminar, nosotras nos quedamos afuera porque nos retrasamos un poco, íbamos a llegar tarde si o sí.

Luego nos llamaron y entramos.

Todos tenían un rostro de satisfacción, algunos pensaron que no lo haría, pero lo hice. La prueba de eso es que aún llevaba Sangre en la ropa, en el rostro y el cuello.

Ah, sí. También llevaba mi daga llena de sangre. De su sangre.

Alcancé a ver un par de rostros insoportables que no me veían muy bien.

Verán, para saber quién entraría al consejo de hizo una clase de competencia, habían 4 candidatos. Yo les gané.

Una de ellas estaba viéndome con un rostro de odio, envidia quizás. Es demasiado arrogante para el puesto.

Hasta ahora todo bien, llevaba pruebas en el rostro y cuchillo del asesinato. Pero, ¿Y el cadáver? Necesitaban una prueba irrefutable de que ella estaba muerta y que fui yo quien la asesinó.

Pues bueno, seguramente en la mañana, cuando la madre de Janeth se diera cuenta que su hija estaba más fría que el polo norte, iba a llamar a la policía, acusando un homicidio con arma blanca.

La policía llegaría, llevarían el cuerpo con los oficiales forenses y ¡Boom! Hay un infiltrado.

Marc Wilson, era uno de nuestros miembros y es forense. Él atiende muchos de los casos de nuestros asesinatos, él confirmaría todo, lo informaría con Albert y callaría acerca de la verdad.

Al llegar con Albert le dije:
—Un corte en la garganta, no utilicé ninguna droga para dormirla o algo por el estilo, al principio quiso gritar pero le tapé la boca y nariz con un cojín, el cual devolví a su lugar justo en la forma en la que estaba y me fui.

Él solo asintió y sonrió con satisfacción.

—Hermanos y hermanas, el desafío número uno de Megan fue completado. Mañana cuando reporten esto a la policía, Marc, vas a reportarme todo. Ya sabes cómo vamos a comunicarnos.

Vi que Marc asintió. Todo estaba bien.

—Perfecto, hermanos pueden retirarse, recuerden que nos veremos mañana a las 6:00 p.m. para darle el siguiente desafío a Megan, gracias por esperar. Descansen.

Todos se retiraron, incluyendonos. Al llegar a casa fui a mi cuarto directamente a bañarme y a dormir.

Escondí todas las pruebas posibles, la peluca, la daga y la ropa.

MeganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora