Estaba Dazai allí, pensando en la bonita situación del día pasado y pensando en las palabras que el pelirrojo dijo con tanto cariño, de solo pensarlo era capaz de revolcarse en su colchón cual adolescente.
Nunca en su vida escolar se alistó tan rápido como lo hizo en ese momento para ir rápido a ver a aquel joven que no parecía querer irse de su joven corazón, tampoco es que el joven quisiese eso, así que espero pacientemente a la hora para salir de su hogar y caminar con una sonrisa en la cara envidiable. La inocencia pintada de rosa en ambos era tan bella durante aquellos días que era simplemente hermoso.
—Chuu~ ¿me amas?— pregunto el emocionado enamorado de pelimarron.
—Idiota, gano algo respondiendo eso? —avergonzado se tapa la cara.
Simplememte Chūya no podía con esa sonrisa del otro.
Al día siguiente de vuelta se repitió la rutina del lindo joven levantándose más feliz que un girasol cuando el sol sale, y de nuevo se encontraban en el colegio pasando ratos como de costumbre.
Eso sí.
Los besos a escondidas aumentaron, los toqueteos inocentes con intenciones de poner nervioso al otro, las risas pequeñas escapando de ambos cuando se escondían de un profesor, o un simple cálido abrazo en las escaleras.
—Chuchu, ¿me amas? —volvio a preguntar el chico al otro día.
Y de nuevo el pelirrojo solo se avergonzó, más no hizo comentarios algunos y con un leve sonrojo le ignoro la mirada.
Pasados los dos meses Dazai iba en decadencia con aquella rutina hermosa que llevaba, ahora no quería levantarse tan temprano ni ir sonriente al colegio, se debe a que, nuestro joven no dejaba de sobrepensar las cosas.
En su cabeza se decía "te conoce hace menos de un año" "no te ama dencerio" "eres para pasar el rato" y la frase de "amor adolescente" lo estaba matando.
El lo empezó a amar mucho en estos días y cada minuto que pasaba su corazón se apretaba más por querer saber que el pelirrojo sentía lo mismo. El fue el único en escribir varios poemas, el siempre le recalcaba lo tanto que lo amaba, hacía todo lo posible para hacerlo sentir querido.
Pero el estaba en una edad dónde necesitaba sentirse amado, y el no hacerlo lo podía deprimir tan rápido.
—Chūya... te puedo hacer una pregunta? —el tono serio y la forma en la que llamo hizo que su amante dejase de darle besitos por todo el rostro y lo mirara fijamente a lo que el más bajo asintió y le dejo seguir de forma muda.— hablando dencerio, me amas? me quieres a tu lado?
La pregunta sorprendió mucho al chico y lo confundió de más.
—Porque la pregunta Dazai?—suave me contestó, necesitaba saber que es lo que hizo que su "casi algo" dudase de lo que el sentía. —La situación no te lo dice?
—No necesariamente, pero siento que... te doy vergüenza, o no soy algo... ¿serio?—apretaba la punta de los pies con cada palabra dada, la verdad es que lo intimidaba mucho hacerle cara al problema que pasaba, no quería que Chūya piense mal.
En cambio el otro quedó en blanco, ¿si lo tomaba encerio? era una buena pregunta, pero se le estrujó algo chiquito que tiene dentro cuando se dio cuenta que no lo sabe, le gustaban los besos de Dazai, claro que sí, le gustaba Dazai? claro que sí, lo amaba? no lo sabe, quisiera vivir una vida junto a el? tampoco lo sabe. Su futuro estaba echo pero no podía dislumbrar a su sonriente chico de rizos marrones.
Y eso lo preocupaba.
El silencio se hizo muy incómodo siendo Dazai el primero en romperlo.—Oh, perdona por la pregunta chuchu es obvio que no, no se que digo, lamento la confusión si? no te preocupes.
Y cual víctima de un casi asesinato sale corriendo hacia un lugar que no se sabe cuál fue con exactitud, sin embargo el más chico de altura quedó en blanco sin saber que hacer, no lo podía ir a buscar, no sabría que decirle, y no es capaz de mentirle.
Los días pasaron como minutos en el minutero, siendo incapaz alguno de darse cuenta en qué momento se movió.
Chūya intento varias veces hablar normalmente con su compañero o amigo, o algo, fuese que fuese, no resultaba, puesto a qué siempre resultaba ignorado o le decían excusas como "ahora no chuchu, debo ir a cuidar a mí abuela" "después de clases voy a ver un partido de fútbol" "tengo que hacer una tarea". Excusas que nunca habían estado entre ellos dos.
El dolido chico cargaba con el peso de un rechazo indirecto, cada día que pasaba sin un mensaje o unas palabras de apoyo, o un "si te amo" lo destrozaban, en ningún momento Chūya quiso decirle que era todo una confusión. Más no se dejaba mostrar deprimido, el estaba bien, o eso quería creer de si mismo, como siempre.
Y allí la insípida clase de geografía, estaban hablando de clases sociales, o eso entendía el, que la bolsa total del país y blah blah.
Debian pasar un mapa para que todos vean la gráfica de cuál era la taza más alta de algo que no entendió, al momento de recibir el mapa recibió el dichoso material junto un papel doblado.
Inmediatamente pensó en Chūya, y paso rápido el mapa para leer su contenido lo más rápido posible. Decía algo como
—Si eres la luz de mí noche ¿porque te apagas?
Mí bella luciernaga sos la única que me da calor para seguir adelante.
Encerrarte yo quisiera en un bonito frasco de cristal para poder observarte todas las noches dónde mis pesadillas se vuelvan realidad
Y encontrar en ti una luz, una esperanza, una chispa de afecto, porque te haré saber que te quiero.
Así brillas más.
Lamento tanto mí oscuridad, si no fuese así yo también iluminaria tu camino.
Sonríe siempre luciérnaga mía.alguien que te quiere~
Sin embargo, por más que una sonrisa ronda volvió a descansar en sus labios, desapareció rápido sabiendo que el que le daba poemas, no era su chico de cabello rojizos, y observo a todo el salón de forma desesperada para su saber su proveedor. Sin tener respuesta golpeó su cabeza contra la mesa fastidiado de todo.
OLAAAAAAAA, ehh, bno, quisiera haber vuelto con algo mejor pero perdí un poco el hilo de la historia y dejo seguir con otro, mí forma de narrar también creo que de vio afectada por el tiempo, pero quierame igual xfa ¿?
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poemas en el aire | soukoku
PoetryEn cada clase de literatura ambos se dedicaban poemas románticos y tristes sin descaro alguno y al finalizar volvían a ser sólo compañeros de clase. ─ Los personajes no me pertenecen son pertenencia de Kafka Asagiri ─ Capítulos lentos. ─ En este mun...