El bosque del monarca

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El bosque era antiguo, con árboles tan altos, gruesos y espesos que opacaban casi todo el cielo, apenas podía llegar la luz del sol, pero era suficiente visibilidad para el que estaba tan quieto como una estatua y camuflado como un camaleón acechara a lo que parecia ser un ciervo, pero inusualmente grande.

El acechador, vestido con una prenda negra con capucha y cubierta de barro y malezas entre los arboles y las piedras musgosas abrió lentamente sus curiosos ojos inusualmente de colores vívidos, el iris del ojo izquierdo tenía un tono azulado, y el iris derecho poseía un color rojizo.

Ni siquera se notaba como la persona levantaba lentamente los brazos con un arco de madera negra por el barro y suciedad de lo que parecian ser años de uso. Tensó las cuerdas firmemente y apuntó al desprevenido ciervo gigante.

Cuando el ciervo de dio cuenta de la peligrosa situación que se encontraba, ya tenía una larga flecha atravesada en el craneo, ni siquiera supo como murio, su muerte fue silenciosamente tranquila.

La persona salió de su escondite y avanzo calmadamente hacia su presa ya cazada, el comportamiento tranquilo indicaba la experiencia del sujeto. Se arrodillo ante el ciervo, le cerro sus ojos vacíos y susurró seguidamente un simple "gracias".

El sujeto observo detenidamente la fecha incrustada en el craneo del ciervo, agarro sus patas, flexiono su espalda y piernas y lo cargo para avanzar caminando en el bosque.

Ya habían pasado dos horas y el sujeto seguía caminado a un ritmo tranquilo como si no notara el enorne ciervo que tiene cargado en la espalda, camino por otros cinco minutos mas para finalmente llegar a una antigua cabaña.

Observo el poco rastro de cielo consecuentes de la espesura de los arboles, era de tarde. Dejo el ciervo a unos siete metros de la entrada, procedió a avanzar a la entrada hasta que se quedo completamente inmóvil, miro hacia la dirección de una pequeña cabaña de la que provenía un ruido bastante familiar con las cejas fruncidas.

Sujeto POV:
¿Que esta haciendo el ahí?, le dije que no se esforzara...

Me voy caminando hasta llegar en un momento frente a la pequeña cabaña con la puerta cerrada y dije.

Sujeto: Padre, se que tienes tus asuntos ahí dentro pero sabes bien que no me gusta que una persona que no puede mover bien sus piernas se esfuerze caminando innecesariamente a más de cuarenta metros sobre el barro.

Pasaron aproximadamente unos treinta segundos y se salio por la puerta mi padre con una gran bolsa hecha de cuero atada con una soga y dijo:

Sujeto mayor: Tranquilo muchacho, solo vine a dar un paseo hahahaa- se río como la persona mas despreocupada del mundo-.

Sujeto: ¿siquera sabés cuantos animales podrían devorarte ahora mismo?, tendrías suerte si solo te encontraras con una rata devoracarne.

Sujeto mayor: solo estoy aquí preparando tu regalo, ahora puedes parar de llorar?, eres como una mujer HAHAHAHA.

Rio fuerte como si quisiera que todo el bosque lo oyera...aveces me imagino mas a mi padre como un hermano mayor que como a un padre en sí.
¿Y dijo mi regalo?, cierto, estamos por entrar en invierno, según mi padre, los inicios de invierno son nuestros aniversarios, solemos brindar esta epoca del año.

Sujeto mayor: Que pasa, aún no me crees que la tranquilidad de esta parte del bosque se debe a mi presencia?, me duele que no creas en la persona que te crió HAHAHAHA.

Sujeto: Padre, discúlpame por mis palabras, pero eres un discapacitado de sesenta y cinco años, me sorprende que aún no tengas problemas de audición o de vista.

Sujeto mayor: *largo suspiro* Muy bien, escucha niño del bosque, llevame a la casa y carga esta bolsa SIN FISGONEAR- me miro con una cara inusualmente seria y dijo- llego la hora que te cuente un poco sobre las verdades de este llamado "bosque del monarca" y del....mundo exterior.

¿¡Dijo el mundo exterior!?, miraba a mi padre con unos ojos bien abiertos, después de todo este tiempo, ¿por fin dejara de ignorar mis preguntas?, sonreí inconscientemente.

Sujeto mayor: Ahora si sonríes verdad niño?-dijo con una cara aburrida y burlona- ya llevame allá y prepara un buen trago para la cena, hoy la cena lo preparo yo.- Sin decir una palabra, lo cargo en mi espalda y me dirigí hacia la casa.

Todo estaba en calma y silencio hasta que de repente me hizo una pregunta... extraña - Oye niño llorón, nunca te preguntaste por que te digo que no salgas a más de cincuenta kilometros alrededor de la cabaña???.

Sujeto: Si, pero se que simplemente lo ignoraras como cuando te hago una pregunta sobre el mundo fuera de este bosque o... sobre mi madre.

Sujeto mayor: te sere sincero niño, tal vez, todo lo que te cuente esta noche falte algo o ya ni siquera existe.

Solo me quedo callado y confundido por la extraña respuesta cuando finalmente, llegamos al frente de la cabaña.

Sujeto mayor: -observa detenidamente el ciervo gigante frente a la cabaña- Un Alcé Monarca... y ese flechazo de regalo en su craneo.. .me sorprende que lo hayas tomado así de desprevenido, te tomas muy encerio esto de cazar no?

Sujeto: ¿así me enseñaste no?. Bueno, supongo que tu te encargas del Alcé monarca, me voy a descansar, grita si entras en apuros anciano.

Sujeto mayor: Callate y vete niño llorón - me dijo sonriendo.

Deje a mi padre sobre el césped y entre en mi hogar, *respiro profundo de relajación*, por fin, después de casi un dia persiguiendo a ese Alcé, hora de descansar.
Observo detenidamente mi hogar, esta la cocina, una sala de descansó con unos asientos comodos improvisados todos hechos a base de mi cacería con una pequeñas ventanas con una especie de tapadera hechas del mismo material. Una pequeña sala de trofeo con mis presas y los arcos que mi padre y yo usamos a través del tiempo...
Subí al segundo piso y pase por un pasillo donde se ubican nuestras habitaciones, una enfrente de la otra, entre en mi cuarto y aseguré la puerta con un mecanismo de tabla de madera plegada entre la puerta y la pared hecha de troncos.

Mi cuarto estaba decorado con pequeñas farolas hechas por mi con unas bayas azuladas luminosas que encontre a unos kilómetros por el oeste, te dejan paralizado si la comes pero tienen otra gran utilidad.
Dejé mi arco en el piso y puse mi abrigo en mi mesa, quite mis botas y caí en la cama. Obserce por la ventana cerrada, se comenzo a escuchar un ruido relajante... comenzó a llover, justo a tiempo. Me cubrí con una manta y comencé a cerrar lentamente mis ojos y dije inconscientemente.

Sujeto: esta paz... creo que soy afortunado.

Soy el CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora